El capitalismo ha montado su trampa. Se trata del conocido circo electoral. Una especie de lucha mejicana en la que se suben al cuadrilátero dos luchadores que simulan feroz combate con cuidado de no hacerse daño, saben que forman parte del mismo espectáculo y mañana deben volver sanos a otra simulación.
El capitalismo, urgido de estabilizar su dominación política, presenta ahora una mala copia de la cuarta: el gobierno “enfrentado” a su alma gemela, una oposición permitida. El presidente contra el aspirante al título. La escena está montada, hay un villano y un galán. El villano, fiel a su tradición, opone trampas al camino del galán, no deja que lo apoyen, le busca defectos, parece que al final aceptará, muy a su pesar, esa candidatura, aunque no hay que olvidar la vieja maña sindicalera de nunca ir a elecciones que se puedan perder.
El cuadro está definido: dos candidaturas principales, el gobierno pataleando porque se sabe perdido, y su relevo listo. El capitalismo duerme tranquilo, no está en peligro, el Socialismo, Chávez no participa en la contienda.
¿Qué hacer?
La posición correcta de los socialistas, de los chavistas es, primero, denunciar la trampa, unas elecciones para consolidar al capitalismo. Y junto a esto, proponer la abstención activa, no ir al show, abstenerse y simultáneamente proponer un nuevo gobierno, que luche, rescate la Soberanía de la Patria, que defienda a PDVSA, a la economía de propiedad social, pasos indispensables para reconquistar el bienestar material de la población, para sustentar el bienestar espiritual, rescatar la autoestima social, el orgullo, la conciencia de ser miembro de la sociedad y sentir que la sociedad se importa de cada uno de sus miembros. Un nuevo gobierno que rescate la organización de la masa, hoy envilecida por el grosero clientelismo que le impone el madurismo. El poder popular es algo más que repartir bolsas y promesas, es participar, ser responsable del rumbo de la Patria
De esta manera estaremos fijando una posición de resistencia al gobierno madurista, traidor del legado de Chávez, y también una posición contra su alma gemela, la oposición gringa capitalista. No es una posición pasiva, no da la espalda a la realidad, es una postura militante, un camino.
Es necesario que la resistencia al capitalismo se organice; dispersa, sin referencia nacional, es débil. Es necesario que el chavismo se consolide como una opción posible, que demuestre su existencia, la vigencia del legado del Comandante Chávez, que asuma su papel histórico, de dirigir la lucha contra la barbarie. Hoy toca luchar contra el opio electoral, mañana serán otros los retos. La masa debe sentir, saber, palpar que existe otra opción fuera del circo, la simulación de los actores capitalistas, debe saber que el futuro posible, de bienestar para ahora y para los hijos de los hijos, está en la superación del capitalismo que nos conduce, así lo demuestra este gobierno madurista, a grandes sufrimientos materiales y espirituales, a la pérdida del futuro. La organización de la Esperanza con Chávez, es el primer paso para rescatar la autoestima de la masa, la conciencia de cada uno de formar parte de un ejército del futuro.