(Un amigo nos trajo la alegría de este texto, no podíamos dejar de publicarlo, privarlos del contento de saber que el chavismo despierta)
"Si un barco no sabe a cuál puerto se dirige, ningún viento le es favorable" (Esta frase se la oímos a Ali Rodríguez)
En la lucha política, es forzoso determinar la meta estratégica. Luego encontrar las cadenas que impiden llegar a ella, y las razones para luchar por esa meta. Para tener éxito en ese empeño, es necesario revisar la historia, ¿de dónde venimos? ¿Quiénes somos, cuál es nuestra responsabilidad?
¿Por qué el Socialismo?
Nuestra meta estratégica es el Socialismo. Un sistema que significa el fin de la prehistoria de la humanidad. Superar los sistemas basados en la explotación del hombre por el hombre, y superar la última fase de estos sistemas, el capitalismo. El Socialismo significa el reencuentro del hombre con su condición humana, de ser social y de ser parte de la naturaleza. La pérdida de estas cualidades, ese extrañamiento del humano de sí mismo, ha producido una especie nueva, el "homo capitalista", que, sin dudas, es una especie forajida que, con su afán de lucro por sobre todas las cosas, acaba con la vida en el planeta. El capitalismo impide la felicidad del humano, en él sólo se puede alcanzar un espejismo, una simulación. La felicidad verdadera, plena, no es posible con una sociedad fragmentada, donde la mayoría es condenada a la miseria material y espiritual, y las élites explotadoras viven en la enajenación de ser esclavos del capital, de la ganancia, a costa de la pérdida de su condición humana, de ser social y de ser natural.
Podemos afirmar sin riesgo de exageración, que, o la humanidad se hace Socialista, o la humanidad perece, ese es el dilema de hoy, no es Socialismo o barbarie, como nos dijo Rosa Luxemburgo, ya la barbarie llegó, ahora el dilema es Socialismo o extinción.
¿Qué se opone al Socialismo?
El sistema capitalista, heredero de todos los sistemas de explotación del hombre, de fragmentación de la sociedad, de extrañamiento del humano, es un sistema con mucho éxito en perpetuarse. Para esto instala en la humanidad dos deformaciones que impiden la lucha exitosa en su contra: el aislamiento y la inmediatez.
La superación del capitalismo es la tarea más social que se le ha presentado al humano, o la lucha la hace el colectivo social o fracasa. Solo un humano encontrado con su condición social, puede tener éxito en la fundación del nuevo mundo. Entenderemos que el egoísmo, el individualismo, el aislamiento, son barreras formidables que impiden, la visión de sociedad que es el objetivo, el individualismo, importarse sólo de sí mismo, nos hace enemigo de la sociedad, del prójimo, de la organización política necesaria para enfrentar al capitalismo. En una sociedad de aislados, de solitarios, el capitalismo está seguro.
La otra deformación, es la inmediatez: el homo capitalista, perdió la capacidad de pensar lo universal, la especie, la vida, la naturaleza, sólo piensa, se importa en él como individuo y no como ser social. Así también perdió su capacidad de ver el futuro, más allá de su mezquina existencia. De esta manera, con esta visión corta, no puede el humano tener metas estratégicas más allá de lo que hoy vivimos, está impedido de soñar un nuevo mundo, lo invade la resignación.
¿Cuál es la situación hoy, de la lucha entre el capitalismo y el Socialismo?
En el 1991, comenzando la última década del siglo pasado, la Unión Soviética dejó de existir. El capitalismo fue unánime en el planeta, se proclamó el fin de la historia. De ahora en adelante, todo lo que pase sería dentro del capitalismo. Y la profecía se fue cumpliendo: Rusia, China, Vietnam, y el resto del mundo se hundían en el miasma del capitalismo.
El futuro se veía incierto para los desposeídos, no había esperanzas, su destino era ser explotados, despojados, una existencia miserable. Y el capitalismo mundial se fue desarrollando, y aparecieron las contradicciones en sus entrañas. La competencia entre los imperios fue agudizándose, los diversos polos se fortalecieron, ya no cabían en el planeta. Lo contaminaron todo, mares, atmósfera, amenazan la vida. La competencia llevó al mundo a plagarse de armas atómicas, la misma lógica del capital que justificó su construcción, justifica, impulsa su utilización.
Pocos años bastaron para cubrir al mundo con una capa de desesperanza, de resignación. El avance del capitalismo fue acompañado por una bestial manipulación de la mente colectiva. Los medios de creación de realidades paralelas cumplieron su función de protectores del sistema, y consiguieron que el planeta se ocupara de lo subalterno, olvidara los peligros reales, no cuestionara al sistema, creyera que más allá del capitalismo no había nada. La masa, enferma de capitalismo, se refugió en sus mezquinos límites personales, el egoísmo, el individualismo, la inmediatez, pilares del capitalismo, se fortalecieron y rigieron las conductas individuales y colectivas.
Cuando la humanidad resignada, inerme, caminaba hacia su extinción. Una madrugada, que parecía una madrugada más como otra cualquiera, fue cruzada por un rayo de luz. En Venezuela, en una ciudad del interior, un grupo de militares intentó dar un golpe al sistema imperante. Era el 4 de febrero de 1998. El intento falló desde lo militar, pero asombró al pueblo en lo espiritual, no entendían que un grupo de jóvenes militares, con la vida asegurada, disfrutando de las mieles del privilegio, ponía en riesgo su vida por objetivos altruistas, sociales, cuestionaba al sistema que se creía natural y perenne, se zafaba de las cadenas del sistema y lo enfrentaba. Esa fue la primera siembra de este grupo, y el logro del 4 de febrero, demostrar que el sentimiento altruista, el sentido de sociedad estaba vivo, no todo era egoísmo. Sentimiento que se ve afirmado, cuando el jefe del intento, asume su responsabilidad, y además reta al sistema del cual es prisionero, con aquel "por ahora". Ese gesto coloreó de valentía, de desprendimiento a la gesta. Aunque en aquel momento no se percibió con claridad, el alma del país había sufrido un estremecimiento, todo había cambiado, se fracturó el aislamiento, uno de los pilares de la dominación capitalista. El 4, esos muchachos demostraron que el hombre no es un fragmento perdido pertenece a una intención colectiva social.
Y SE DIO OTRO PASO
Y el pueblo, estremecido con el ejemplo del 4 eligió Presidente al Comandante Chávez, el jefe del 4 de febrero. Y continuó el proceso de desarrollo de la Esperanza. Y el gobierno de Chávez, comenzó a dar muestras, cabalgando en la historia, con Bolívar, y las resistencias revolucionarias de todos los tiempos, de Zamora, la generación del 28 que se opuso a gómez, la resistencia a pérez jiménez, la lucha contra la cuarta república, Fabricio, la resistencia armada, Iracara, Los Humocaros, Argimiro, Américo Silva, el Bachiller. Y el proceso continuó su evolución, y un día, en el Jardín Botánico de Caracas, Chávez declara el proceso antiimperialista; y más tarde en Copacabana declara a la Revolución Socialista.
Y el planeta hasta entonces dormido, despierta, vientos huracanados de cambio, lo agitan. Allá, en un lugar de la América, donde menos se esperaba, aquel rayo del 4 de Febrero, se convirtió en huracán de cambio, luz que iluminó los corazones de los pueblos. Renació la Esperanza, en un lugar inesperado, ardía la llama del nuevo mundo posible. El capitalismo no era natural, más allá estaba el futuro, la mayor suma de felicidad posible. Se fracturó la inmediatez.
¿Y HOY?
El capitalismo no se rinde, no se suicida. Y aquellas deformaciones, aquellas barreras que había instalado en el alma de dirigentes y de las masas comienzan su labor desde las entrañas de la Revolución. Y asesinaron a Chávez, y al poder llegó el madurismo, que merece estudio aparte, sólo diremos, que lo mueve la ideología marginal, donde las características negativas de la ideología capitalista se expresan de manera más brutal. El individualismo, la inmediatez tienen esa manifestación descarnada. Y ese madurismo, su carácter marginal, reunía todas las condiciones para la labor encomendada por el capitalismo: borrar la obra socialista, acabar con la propiedad social, con PDVSA, destruir la conciencia del deber social alcanzada con Chávez, recomponer la propiedad capitalista y la idealidad capitalista.
Y el madurismo le cumplió al capitalismo, truncó el camino al Socialismo, derrotó al chavismo, que, dicho sea, no entendió las peripecias de la lucha interna. Y hoy estamos en una encrucijada: se decide, si el chavismo tiene aún capacidad de reaccionar, de existir, o si el capitalismo definitivamente se instaló, y probablemente, en su versión fascista. Se decide si la humanidad tiene esperanzas, si este país tiene esperanzas, si cumplirá el papel que la historia le asignó de ser faro de la vida, como en los días de la Independencia, o será una insignificancia llevada por el torbellino de la extinción
¿QUE HACER?
Tenemos el puerto, vamos hacia el Socialismo, sabemos la importancia de echar "abajo las cadenas" de estos tiempos, tenemos razones sagradas para la lucha. Los hombres que lucharon junto a Chávez, existen, están allí dispuestos a seguir luchando en el camino de Chávez.
El primer paso, es organizar la resistencia, la lucha, para eso es necesario refundar una organización que sea vitrina de la nueva sociedad que queremos, y guía para su conquista. Nosotros chavistas leales al legado, al mandato del Comandante Chávez: contra la lógica del capital, cuidado con el reformismo, por el Socialismo. Leales a ese mandato, convencidos que el futuro de la humanidad, el bienestar de hoy está en la construcción, en la lucha por el Socialismo, decidimos dar un paso al frente, y fundar "La Esperanza con Chávez". Queremos que sea un instrumento para la fundación Socialista, retomar, rescatar el papel de la organización, la misión que en su fundación tuvo el PSUV, papel que fue traicionado por el madurismo. Nacemos para enfrentar al madurismo capitalista, y también a la derecha gringa, nacemos para crear rescatar la alternativa chavista, darle al país un rumbo distinto al capitalismo creador de miseria. Entendemos que esta lucha no sólo es nacional, el mundo necesita un ejemplo, un sistema alternativo al capitalismo unánime y suicida
Por encima de la canallada, la manipulación del poderoso sistema de deformación de la opinión pública que acompaña al gobierno madurista. Más allá de la fuerte represión, estamos seguros de que la verdad se impondrá y la masa reconocerá a su verdaderos líderes, los que la conducirán por caminos de redención.
LA ESPERANZA CON CHÁVEZ, ¡PRESENTE!