Las elecciones maduristas, capitalistas, se sustentan en el engaño: el primero es la construcción de un teatro, de un torneo bufo entre dos factores que representan lo mismo, al capitalismo en sus versiones más perversas. Se trata de una operación de enterramiento del ensayo Socialista, del Chavismo. Pretenden hundir a la sociedad en una lucha de mentirita entre dos candidatos, distraerla, confinarla en el mundo del capitalismo, blindarlo, ocultando otras alternativas.
Gane quien gane, el capitalismo estará tranquilo, no hay riesgo para él, al contrario, tendrán un gran auge subastando las riquezas nacionales, apropiándose sin control del trabajo ajeno. Una victoria de las elecciones, su éxito, significará un logro del capitalismo, sumirá a la sociedad en la lógica del capital, el egoísmo, la guerra de todos contra todos, la división de la sociedad en una élite minoritaria, y una masa marginada condenada a la miseria material y espiritual. Reducirá la capacidad de respuesta, de resistencia a esta barbarie.
Un éxito de las elecciones maduristas, capitalistas, significará un duro golpe para la causa socialista, quedará relegada al olvido, al mal recuerdo, será una sociedad engañada, sin alternativas, resignada a sufrir, sin esperanzas de cambios. Sus luchas se limitarán a dorar las cadenas. El mundo será despojado de un ejemplo, de una señal de que otro mundo diferente del capitalismo es posible, seguirá su rumbo al abismo.
El arma contra las elecciones maduristas, capitalistas, es la abstención, a esta arma temen los capitalistas, la ocultan, la persiguen, la ignoran, pero la abstención tiene vida propia; este vacío, esta negación que significa la abstención, deslegitima al gobierno que de las elecciones surge. Ellos allá adentro sabrán que no tienen apoyo, se asustarán, se reconocerán débiles, aunque lo nieguen. La abstención es una formidable fuerza política. Recordemos el referendo, aquella masiva abstención, frustró el camino belicista del madurismo, evitó una guerra absurda, truncó la locura.
En estas elecciones maduristas, capitalistas, la abstención tiene característica de vida o muerte, es una manera de dejar con vida a la opción socialista, romper el cerco a que la someten la derecha gringa y el madurismo. La abstención no es una mera muestra de desgano, al contrario, es señal clara de que Chávez vive, el legado vive, y sobre todo, es muestra clara del fracaso del intento madurista y la derecha gringa de sacarlo del corazón de la masa, el engaño no ha prosperado.
Esta es la situación, la verdad de las elecciones: por un lado el capitalismo representado por maduristas y mariacorinos, enfrentados a Chávez, a su legado, al Socialismo, que esta sociedad vivió, conoce, lo recuerda como una etapa de felicidad material y espiritual, de unión, de poder popular verdadero, de lucha por la construcción de un nuevo mundo, que sabe diferenciarlo del madurismo manipulador. Votar por cualquiera de los candidatos que el capitalismo permitió, el simple hecho de hacer la cola, de ir al centro de votación es votar contra los desposeídos, votar por los enchufados capitalistas, votar contra el Comandante Chávez, enterrarlo.
Al contrario, no ir, hacerle el vacío, es votar con la ley de los desposeídos, por el Comandante Chávez, por la construcción de un mundo “con todos por el bien de todos”. No importan los recursos manipuladores de los medios al servicio del capitalismo, la gente conocerá la verdad de una abstención masiva, que será un rayo, un latigazo imposible de ocultar.
¡CHÁVEZ VIVE EN LA ABSTENCIÓN!