Este torneo electoral entre el madurismo y la derecha gringa es un torneo virtual, de trucos, de imágenes amañadas, de manipulación tecnológica, cuidándose de no tocar los problemas fundamentales, donde los dos coinciden. Lejos de ser una elección real, es un evento en una realidad paralela construida por las redes y los medios de deformación. Te pueden ofrecer una multitud mediática cuando la realidad es un puñado de gente tras un vehículo desde donde un candidato saluda al aire, o te muestran cientos, miles de twitter lanzados desde robots, las encuestas son más falsas que la palabra de Miraflores. Los rumores de antaño ahora suceden en las redes, se difunden con velocidad y colonizan a las mentes de esta época, acostumbradas a ver la realidad a través de las pantallas de los celulares, víctimas incautas de la inteligencia artificial y la realidad artificial.
Siendo así, las elecciones virtuales tienen, necesariamente, un resultado virtual, lo que pase en las mesas reales no importará, el resultado será fabricado, virtual, así como han fabricado la campaña. Ese resultado, o mejor, esos resultados, que serán dos, uno por cada bando, sólo los aceptará quien los produzca. La dominación capitalista no habrá conseguido estabilizarse, al contrario, entra en un periodo de alto desequilibrio.
Chocará con la realidad real: hambre, deterioro de la vida social, de la salud, la educación, la economía, todo destruido, la sociedad sin futuro viable, el éxodo bíblico amenaza con dejar el país como un asilo de ancianos; la credibilidad en el gobierno y en la oposición gringa, por el suelo. En resumen, el país sin rumbo, sin timonel, llevado por la mentira, a la penumbra.
Esa situación, y más allá de los deseos individuales, reclamará la acción de los militares, la existencia del país estará en juego, los forzará a actuar por sobre sus deseos. El dilema es, en esas manos, hacia dónde irá el país. En ese momento se presentará la contradicción principal de este tiempo: el Socialismo, el Chavismo enfrentado al capitalismo en sus variadas formas. Puede ser que se insista en volver a la cuarta república, restituir lo que se llama una democracia burguesa, que en realidad es una falsa democracia, una dictadura feroz con disfraz de oveja. O puede ser que se regrese al camino de Chávez, el Socialismo, que equivale a una democracia verdadera, la única posible, la democracia socialista. El capitalismo puede optar por un periodo de dictadura militar de derecha, pero la esencia de la contradicción será la misma con diferentes matices.
Las elecciones maduristas fracasaron en su intento de estabilizar la dominación capitalista. La falsa democracia burguesa nace vetusta, decrépita. Será la demostración palpable, palmaria, de que en esta sociedad no hay salida fuera del Socialismo. Chávez es producto de una situación de agotamiento, de fracaso de la dominación capitalista, esa situación resurgió con el ensayo de dominación que es el madurismo, y no puede tener respuesta viable en un regreso a la cuarta, así como no la tuvo con el madurismo saqueador, forajido, la respuesta, la solución para este país, es el Chavismo. Ahora, aquí, cobra vigencia como nunca la sentencia de Rosa: “Socialismo o barbarie”, para no decir “Socialismo o extinción”.
¡CHÁVEZ ES LA SOLUCIÓN!