Para entender ese odio, es necesario ubicarlo en el paisaje político: en Venezuela sucedía un ejemplo que irritaba, amenazaba y preocupaba al capitalismo internacional y nacional; el mundo estaba unánime bajo el dominio de ellos, y el ejemplo señalaba el camino de rebeldía. Había que aplastarlo, sacarlo de raíz. Y asesinaron al líder, ese fue el comienzo de la operación de arrase del chavismo, del ensayo socialista.
Mucho ha avanzado la traición y la canalla en ese propósito, hoy tenemos un circo electoral en el que evitaron de todas las maneras la participación del Socialismo, es decir, del chavismo auténtico. Persiguieron a sus líderes, cárcel y exilio, ablandaron a otros, usaron su potente maquinaria de desinformación para desprestigiar a sus principales exponentes. Su principal blanco es el Ministro Rafael Ramírez, le temen y le odian por variadas razones.
Ramírez es el líder natural del Chavismo auténtico, se opuso con valentía a la traición; siguiendo el ejemplo de Fabricio Ojeda, dejó la comodidad de un buen puesto diplomático y escogió el azaroso camino de la resistencia a la deriva capitalista. Y aquí vale un inciso: en Venezuela se produce el milagroso ensayo socialista, por muchas razones, una de ella, y principal, es la poderosa economía de propiedad social, teniendo como pilar a PDVSA, esto hace posible, el avance socialista, en un país con poco desarrollo material y de conciencia de la masa obrera. Sin dudas, PDVSA jugó un papel fundamental en aquel avance, y fue Ramírez el operador principal del Comandante Chávez en esa empresa y en la construcción del Socialismo.
El paisaje político es favorable al capitalismo, estamos en presencia de un circo electoral donde sólo compiten los capitalistas en sus variados disfraces, unos con maría se visten de capitalismo ordenado, por atrás se les ve la cola de milei, el antiargentina. Otros, el madurismo, se disfraza de chavista, aunque cada día se le ve el rostro de fedecámaras y los imperios rusos y chinos tras la máscara. Otros no se atreven a tomar el testigo del Socialismo y deambulan en la periferia, como almas en pena, buscando un rumbo que se les vuelve humo en los discursos vacíos.
Ese circo que el madurismo ha montado no augura un buen final, al contrario, la crisis se agudizará, ninguno de estos bandos tiene respuesta a la grave situación; además el juego está trancado con el terror del madurismo a dejar el poder.
En este cuadro surge el chavismo como una fuerza de la esperanza, resistiendo la falsificación a que lo sometió el madurismo. Y surge Ramírez con su prestigio intacto, la infamia, la calumnia a que lo sometió el madurismo se lavó en la práctica nefasta del madurismo, el interés de gato maula de sus ataques quedó en evidencia. La imagen del Ministro recuperó su valor.
Hay, esperanzas, en medio de la crisis horrible creada por el madurismo, la vista se dirige hacia el ejemplo del gobierno Chávez, de su gestión, de la masa consciente de su fuerza, de las Misiones, de la conciencia del deber social conseguida, y en medio del recuerdo luminoso del Comandante Chávez, a su lado los líderes leales que lo acompañaron y allí sobresale el Ministro Rafael Ramírez, seguro protagonista de la resurrección del chavismo.
¡CHÁVEZ Y RAMÍREZ, ESPERANZA!
