Hay quienes alegan que la revolución no llega. ¿será cierto?

El legado del Presidente Chávez fue tan contundente, que conllevó a la materialización escrita del Discurso de Angostura y se constitucionalizó el Poder Ciudadano y el Poder Electoral para hacer efectivo convocar la soberanía para ejercer la voluntad del pueblo. Esto me hace recordar que en cierta ocasión para el año 2003, un equipo interdisciplinario de profesionales, trabajadores sociales, estudiantes universitarios y movimientos populares; dimos respuesta al Presidente ante el llamado de defender la Constitución y ejercer la Democracia Participativa y Protagónica en ejercicio de la Contraloría Social, pero no del Estado para con los ciudadanos como hoy ocurre; sino del ciudadano al Estado, amparados por el principio constitucional de corresponsabilidad.

Y comenzó pues, todo un trabajo sistemático de fiscalización y seguimiento ciudadano apegados al Sistema Nacional de Control Fiscal sobre el desempeño de la gestión pública, a favor del cumplimiento de las metas y los objetivos institucionales para dar respuesta oportuna a las diversas demandas sociales del pueblo, desempeño éste que hoy el gobierno y su séquito de burócratas se pasa por el forro del palto desacatando el Estado de Derecho

Es así, que en aplicación de todo un proceso metodológico para dicho ejercicio de vinculación ciudadana en los asuntos de la administración pública, logramos evidenciar cruentos desvíos de los recursos del Patrimonio Público, por parte del ente oficial en conchupancia tras vestidores, con las más notables personalidades de la oposición, mientras juegan al gato y al ratón; toda una depravación heredada desde los colonos, gran cáncer latinoamericano que ha traído como consecuencia hoy día, graves violaciones de los derechos fundamentales ciudadanos en general y; curiosamente las víctimas mayoritaria hemos sido las personas quiénes defendemos la transformación y la trascendencia social. 

En este sentido, para esa ocasión, cierto director de alguna institución gubernamental rojo rojito, en cierto Estado venezolano, ante dicho cumplimiento del deber y el derecho corresponsable de velar por la transparencia institucional y en exigencia y defensa de tal transformación  social, el pueblo le exigió compromiso revolucionario bajo la propuesta de Chávez y éste burócrata exhortó la importancia de un revolucionómetro que determinara, quien era más revolucionario que quien, ya asomando la depravación en los altos niveles; sin embargo, no se salvó y se evidenció el desvío de los recursos públicos, mediante un proceso auditor, mayor revolucionómetro no existe. Por supuesto, el fracaso de ésta experiencia y muchas otras similares se le atañe a la falta de sanciones, por parte de los demás poderes públicos, quienes ya iban pintando de rojo también; y no aplicaron las sanciones correspondientes para los correctivos necesarios, no hubo sanción, peor aún, se le premió con un mejor cargo y a partir de esa experiencia y muchas otras similares, ha sido progresivo la malversación del erario y la recompensa a quien la practique, de allí la nueva boliburguesía, eso se ha convertido en una práctica sine qua non por la preeminencia política de “carácter vinculante” que impone el poder del gobierno.

Pese a ésta situación, quienes hacemos de nuestra existencia un estilo de vida transformador, donde prevalece el valor humano, por sobre los intereses de poder, la convivencia con valores y principios y no un burdo moralismo, puede reconocerse una persona evolucionada y quien promueva esa forma de convivencia social, y no la de dársela de vivo, es una persona revolucionaria ante éste sistema de poder de mentecato y esto no solo en Venezuela; sino a nivel planetario. En otra ocasión, en otro lado del mundo, una joven alemana izquierdosa de la cuarta internacional, me decía: ¿Cuándo llegará la revolución? Y yo le respondí, si la revolución es un estilo de vida ¿qué estás esperando? Independientemente de ser de izquierda o de derecha, la persona evolucionada es sabedora de la importancia de dar lo mejor de sí para lograr la transformación social, se trata sólo de ser buena persona. 

De igual forma ocurre, para aquellos derechistas o izquierdosos que hacen plusvalía de la necesidad humana sin estimar principios y valores de convivencia social; asimismo no derivado de un líder (caudillo) o partido de gobierno, sino de un accionar social cotidiano de convivencia lumpen, donde el sistema de poder tanto gubernamental, como empresarial exprime para sus apetencias encarecedoras que les genera a las dos caras de la moneda, cada vez mayor sobreprecio a los productos de la canasta básica.

Para finalizar, la oportunidad que tenemos todas las personas de trascender es un nivel de consciencia que debemos alcanzar, solo así lograremos avanzar, desde las familias para transformar en lo social, sin darnos golpes de pecho ideológicos, que si el capitalismo o que si el socialismo, enfoques de pensamientos socio productivos que llaman a ser conscientes, para que resulten. En nuestros países latinoamericanos no hay capitalismo, no hay socialismo; lo que existe es una miseria que hace multimillonario a unos pocos por la ignorancia que prevalece en nuestros pueblos y no sólo se trata de ser comelibros; sino de discernir conscientemente cómo queremos avanzar socialmente en nuestro país. Esto lo sabe las grandes potencias de Estado, de Academias, de religiones, de fuerzas militares, de medios de comunicación;  pero les gusta alimentar la ignorancia ideológica para continuar manipulando y chantajeando las masas a beneficio de sus cuentas bancarias… y mientras… siguen mamando gallo!!!

 


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Yasmeli Pernía Guillén

Activista por la Contraloría y la Auditoría pública y ciudadana. Merideña. Militante de Marea Socialista

 yasmeli2673@gmail.com

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