Estamos en presencia de una descomunal y exquisita operación de fraude. Oculto por el humo de una simulación de elección, se esconde el artificio digno de los mejores magos de la literatura. El truco consiste en hacer creer al votante que elige, cuando en realidad no hay tal cosa, las dos alternativas posibles son idénticas, no hay escogencia, todo es una ilusión. No hay manera de evitar el éxito del mago.
La esencia similar de los contrincantes está muy bien disimulada, se evita ir a la profundidad, que lo develaría todo. Por eso, la campaña electoral es un torneo de mediocridad; no hay proyectos, sólo promesas irresponsables; no hay argumentos, sólo ataques personales, mentiras. La campaña se asemeja a peleas de borrachitos en la madrugada, puras pendejadas, unos dicen que el contrincante es viejo y decrépito, y aquellos le responden dudando de la capacidad intelectual del oponente. Abundan las vallas publicitarias absurdas, en un derroche ofensivo de la riqueza que tanta falta hace para urgencias de la población.
La campaña es exitosa, se debe reconocer, atrás quedó la política grande, fue aplastada por lo trivial. Ya no se discute la economía, no se habla abiertamente del destino del petróleo, de pdvsa, de las concesiones a las compañías extranjeras, las dos alternativas están de acuerdo en eso, privatizarlo. Ya cisneros mordió su tajada, ahora es socio en el petróleo, augura para dónde va la economía, gane quien gane.
El engaño está montado, el 28J gana el capitalismo, y pierde Chávez, el Socialismo. Estará consumado el entierro del legado del Comandante Chávez. En la campaña no se habla del legado del Comandante, de su indicación de ir contra la lógica del capital. Ese mandamiento lo ignoran los maduristas y, por supuesto los mariacorinos, de eso no se habla. Los dos son capitalistas.
El engaño debe develarse, decir a la gente con claridad que el madurismo no es chavista, es su contrario: más daño ha hecho el madurismo a la causa del Chávez, que la misma derecha gringa; decirle con claridad que votar por cualquiera de los dos es un voto contra Chávez.
Los capitalistas, los antichavistas, vale decir, los maduristas y los de la derecha gringa, a lo que más le temen, lo que más los perturba, es la abstención. Es una manera de zafarse del engaño, desmontar el artificio, decirle a los traidores al Comandante, a la derecha capitalista, que la gente no come cuento, están descubiertos: abstenerse es un voto por Chávez, una prueba de la vigencia de su pensamiento, una prueba de que la lucha contra la lógica del capital tiene vigencia.
La abstención, y su hermana, el voto nulo -así lo oculten-, será una advertencia al futuro gobierno, sea este el que sea, que hay una masa rebelde que estará organizándose, resistiendo a la deriva capitalista. Será un rayo de Esperanza, una demostración de que no todo está perdido, hay pueblo consciente al lado de sus líderes naturales. Una prueba de que las mentiras, los engaños, no pararán la lucha por devolver al país a la senda que extraviamos con el asesinato del Comandante.
¡CHÁVEZ, ABSTENCIÓN!