El Arado y el Mar

El madurismo decreta la ilegalidad de la ley de gravedad y de las olas del mar

En la Inglaterra de los años 1000 existió un Rey llamado Canuto. Un día, el Rey paseaba con su corte por la costa, se paró frente al mar y le ordenó que cesaran las olas. Por su puesto, el mar no le hizo caso, las olas continuaron y mojaron las vestiduras reales. De esta historia se desprenden, hasta del día de hoy, muchas enseñanzas que los gobernantes deberían tener presentes.

La soberbia de los gobernantes es mala consejera, los hace olvidarse de los límites de su poder y pretenden, cual dioses, pasar por encima de la realidad, de la naturaleza. Por supuesto, el destino de estos gobernantes es el fracaso rotundo. Esta es la situación del madurismo en el gobierno. Se atragantaron con el poder que les cayó del cielo, se portaron como el heredero incauto que dilapida la fortuna adquirida. Y, al final, quedó sin prestigio y sin fortuna.

Ahora, desesperados, aplastados por el fracaso que han construido, optaron por la peor de las decisiones: crearse su propia realidad y reprimir para imponerla. Fueron a unas elecciones, las perdieron, y usaron todo su poder para ir contra la realidad que brota en las calles. Cual Rey Canuto, se decretaron triunfadores y quien se oponga, quien proteste, va preso. De esta manera, atropellan a las leyes y a las instituciones, liquidan cualquier resto de credibilidad, y minan las bases íntimas del sistema.

Confunden la realidad real con la virtualidad que ellos y sus cómplices crean. Se olvidan que la realidad se impone al final. No recuerdan a la frase de Galileo, que fue condenado por decir que el planeta tierra se movía, y les dijo: "Eppur si muove". Significa, ningún tribunal puede ir contra la naturaleza, contra la verdad. No es posible derogar la ley de la gravedad.

Desde temprano, el madurismo ignoró los límites de su poder, entraron a saco en el gobierno. Al principio quisieron ir hasta contra la Constitución de Chávez, crearon leyes absurdas para cubrir de legalidad su desafuero, como esa ley contra el odio, como un barbarazo se apropiaron hasta "del queso que estaba en la mesa". En su soberbia de nuevos ricos, no aceptaron crítica, menos hicieron autocrítica. Esa actitud produjo estos tremedales que hoy vivimos.

La soberbia política, mezclada con mediocridad del alma, es una enfermedad social de terribles consecuencias. Este madurismo escogió este camino y en su despliegue sólo hay barbaridades, todo el aparato represivo, desde la fiscalía, los tribunales, los cuerpos, todo se activa para acompañar la locura. Los secuestrados, los golpeados, los decretos a la carta son señales del debilitamiento del madurato. Sin dudas, viven sus últimos días. Su soberbia, su descaro, como esa del jefe del cne, en pleno litigio, aparece con un trombón en la mano, tocando manisero, y felicitando a maduro, esas acciones descaradas marcan su debilidad,

Lo importante ahora es qué vendrá, qué lo sustituirá. Esperemos que el pueblo no se confunda, guiarlo por el buen camino es la tarea de los revolucionarios, impedir que caiga en manos de los mercaderes del templo, sepa identificar a los líderes verdaderos, no deje que los sacrifiquen los falsos profetas. Preparar a la masa para que enfrente al fascismo, a la dictadura antipopular que asoma en las acciones del madurismo y del mariacorinismo, la destrucción de las estatuas de Chávez, y la represión madurista son señales de la locura posible.

¡CHÁVEZ ES LA SOLUCIÓN!



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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