Venezuela está atrapada en el engaño de la dominación capitalista: se trata de proponerle a la sociedad dos posibilidades que representan lo mismo, son la quintaesencia del capitalismo.
El madurismo propone un capitalismo atracador, sin más ideología que el saco, la mentira, tierra arrasada y, después, la huida. No tiene estrategia, se agota a medida que lo destruye todo, lo saquea todo. No tiene lealtad con nada diferente que su goce inmediato; es así que traicionó, de manera flagrante, al Comandante Chávez, y traicionará a los que hoy les sirven.
El madurismo fue a las elecciones buscando legitimar su saqueo, procurando unos años más de patente de corso. En ese empeño, parió un fraude, que como todo lo que hace le salió mal, burdo. Para paliar la situación tuvo que arrasar con el cne, el tribunal supremo y la fiscalía, no hubo poder del Estado incólume, todos se plegaron al maltrecho fraude, todos recibieron su dosis de descrédito. Sin embargo, el fraude descubierto, fracasado, no los desalentó, al contrario, con más arrebato se dedicaron a lo que saben: represión a la masa y a los dirigentes, miles de presos, dirigentes perseguidos acosados, extorsionados con la prisión de familiares. Y se pronostica “cielo encapotado”, la situación tiende a empeorar, el madurismo acorralado se convierte en una pandilla represiva que no respeta más ley que lo necesario para permanecer.
Enfrente de este desastre madurista que cada día pierde el apoyo espiritual y material de la masa, el capitalismo propone a mariacorina y a edmundo. Con la tesis de un capitalismo igual de dañino o, quizá, peor que el propuesto por el madurismo, pero con orden, como buenos parásitos protegiendo al hospedador, no liquidándolo. Este par de dos entregarán el país, sin que les tiemble el pulso, a los capitalistas, la riqueza social, la que queda después de la barbarie madurista, será apropiada, el trabajador será esclavizado, se producirán pobres como arroz, serán marginados de la sociedad. Todas las penurias que hoy conocemos con el madurismo se intensificarán, pero, con orden, sin destruir a la gallina de los huevos de oro, sólo que ellos, la elite capitalista, se apropiará de los huevos, y al resto la caáscara y el excremento.
La Patria está atrapada en esta celada, o la agarra el chingo o la agarra el sin nariz. Es necesario, más que nunca, la opción que nos dejó el Comandante Chávez. Y aquí es válido un inciso: Esta operación de desmontaje del ensayo Socialista, en la que participaron los maduristas y la derecha gringa, el mariacorinismo, tenía como objetivo liquidar al Socialismo, y a su líder, al Comandante. La campaña en contra el chavismo auténtico ha sido feroz, se persiguen a los leales, el pensamiento auténtico de Chávez es anatema, se ha deformado, perseguido. Saben los capitalistas que hay que quitarle sus líderes a la masa, a su idea revolucionaria así es fácilmente manipulable, no puede hacerle frente al capitalismo, simplemente vuelve a la esclavitud. Y llegamos al centro de toda esta situación: se trata de una batalla inclemente contra el Socialismo, contra la humanidad.
¿Qué hacer?
La Patria se disuelve en nuestras narices, ya el éxodo millonario lo anuncia, y el porvenir en manos de estos gaznápiros, y lo que está por venir, no augura nada mejor. La Patria hoy requiere, clama, por el concurso de sus mejores hijos. Es necesario que agrupados en Unión Civil-Militar, sus mejores hijos muestren a la sociedad que no todo está perdido, que la esperanza está, renace, en el camino señalado por El Comandante Chávez, que no ha podido ser borrado por la deslealtad madurista ni por la infamia de los mariacorinos. Es necesario que se sienta la acción y la presencia de la Unidad Civil-Militar que se enfrenta al madurismo en el gobierno, y a la derecha gringa. Que se demuestre que la esperanza vive, que es posible reconstruir la legalidad de la Constitución y el sueño de Chávez, volver al camino, al Socialismo, devolver la autoestima a la población, el orgullo de ser venezolano y de la oportunidad de defender la Patria, construir un futuro de felicidad para todos.
¡CHÁVEZ VOLVERÁ!