Desde las trincheras de la conciencia crítica y la izquierda revolucionaria que aún cree en los principios fundacionales de la Revolución Bolivariana, alzamos nuestra voz para denunciar la sistemática exclusión, intolerancia y marginación que se ha instaurado en el sistema político venezolano.
Hoy, no solo dirigimos este mensaje al presidente Nicolás Maduro, sino también a toda la militancia de la Revolución Bolivariana, a los partidos del Polo Patriótico, a los líderes comunitarios, a los consejos comunales, a los dirigentes de base, a los intelectuales y académicos chavistas, y a todos aquellos que, de una u otra manera, han sido convertidos en cómplices de un sistema que ha traicionado los ideales de inclusión y justicia social.
Cuando se persigue, se excluye y se margina a quienes piensan distinto, incluso desde la izquierda, se está negando el espíritu mismo de la Revolución. Cuando se silencia a quienes reclaman por los derechos laborales, por la defensa de los pensionados y jubilados, y por políticas que prioricen los derechos humanos por encima de los intereses grupales o individuales de quienes detentan el poder, se está traicionando el legado de Hugo Chávez. Cuando se convierte a todos en cómplices de esta maquinaria de exclusión, se está perpetuando una barbarie que no distingue entre amigos y enemigos, sino entre quienes obedecen y quienes osan cuestionar.
¿Cómo es posible que el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), los hermanos y la hija de Chávez, los jefes de los CLAP, los intelectuales y académicos que se dicen de izquierda, hayan permitido que se instaure esta cultura de la intolerancia?
¿Cómo es posible que, en encuentros internacionales de izquierda y antifascismo, se haga la vista gorda ante las denuncias de una izquierda venezolana que reclama participación, respeto y consideración?
¿Cómo es posible que se haya normalizado la exclusión militante, convirtiendo a todos en cómplices de un sistema que no tolera la disidencia, ni siquiera desde sus propias filas?
Hoy, denunciamos que se ha construido una cúpula de poder que no tolera la crítica, que no acepta el debate, y que ha convertido a la Revolución en un instrumento de control e intolerancia a la autocrítica. Esta cúpula ha hecho cómplices a todos aquellos que, por acción u omisión, han permitido que se instaure esta cultura del "taxisismo" político, donde solo caben quienes se alinean sin cuestionar, donde solo tienen voz quienes repiten consignas sin reflexión, adulan o compiten por claquear.
Exigimos al presidente Nicolás Maduro y a toda la militancia de la Revolución Bolivariana que reflexionen sobre este camino de intolerancia y expulsión. Exigimos que se abran las puertas al diálogo, a la crítica constructiva, a la participación protagónica de todos los venezolanos, sin importar su color político, su raza, su religión o su biología. Exigimos que se respete el derecho a pensar distinto, a disentir, a construir una patria donde quepamos todos.
No permitiremos que se siga traicionando el legado de Hugo Chávez. No permitiremos que se convierta a la Revolución en una maquinaria de ostracismo y persecución. No permitiremos que se siga normalizando la barbarie del "taxisismo" y la intolerancia militante.
¡Basta de complicidades! ¡Basta de exclusión! ¡Basta de silenciar a quienes reclaman justicia, participación y respeto!
Desde la izquierda revolucionaria, desde la conciencia crítica, seguiremos luchando por una Venezuela donde la democracia sea verdadera, donde la inclusión sea real, y donde el legado de Chávez no sea una bandera vacía, sino un compromiso vivo con el pueblo.
¡Por una Revolución que incluya a todos!
¡Por una patria donde quepamos todos!
¡Por el derecho a pensar distinto y a participar sin exclusiones!
Vanguardia Ciudadana por la Democracia
07 de marzo de 2025