Desde esta trinchera defendemos la idea de la necesidad de la hegemonía de la propiedad social de los medios de producción, y para nuestro caso venezolano, creemos fundamental usar los ingresos petroleros (y mineros) en el desarrollo de grandes capacidades industriales, impulsadas desde nuestra fortaleza petrolera, pero apuntando hacia la diversificación industrial general (Programa de Industrialización Socialista Robin Hood I y II). Sin embargo, consideramos interesante y necesaria desarrollar una arista dentro de la propuesta económica socialista que responda, integrando de manera dialéctica, la vocación productiva implícita en el denominado "emprendedurismo" sin que signifique alimentar el metabolismo capitalista, sino integrándolo a una economía centralmente planificada.
Prerrequisitos:
· Ascensión al poder de una corriente política revolucionaria chavista, que asuma con convicción la necesidad de la hegemonía de la propiedad social de los medios de producción.
· Pasar el comercio exterior en manos del Estado. Así, los costos de producción determinados por la importación de insumos en manos del estado no solo tenderían a disminuir (en relación a la realidad actual), también, desde el Estado se selecciona la mejor calidad de los bienes y servicios importados.
· Recuperación de nuestra soberanía petrolera (retomar la Política de Plena Soberanía Petrolera inaugurada por el comandante Chávez). Para poder financiar este impulso económico.
· Nacionalización y centralización de la banca. Para poder realizar exhaustivos procedimientos de contraloría.
· Instaurar un régimen de transparencia financiera de todos los procesos económicos, a todos los niveles.
Objetivo estratégico:
· Desfragmentar la economía. Integrarla en un solo proceso social, centralmente planificado.
La planificación centralizada tomaría los datos relativos a los requerimientos de bienes y servicios a importar (para el efectivo funcionamiento de los emprendimientos), desagregados y los agregaría en montos totales, gestionándose la importación en escala nacional, en forma unificada y atendiendo a las mejores ofertas en el mercado internacional.
Todo el proceso de comercio exterior, en manos del Estado, habría de ser transparente y público, usando las Tecnologías Informáticas, y, por tanto, el ciudadano común pueda estudiar, analizar, ejercer contraloría, sobre los procesos operativos, logísticos y comerciales del comercio exterior.
Las personas interesadas en desarrollar un emprendimiento llevarían su proyecto ante un órgano de planificación económica dedicado a esta tarea.
El proyecto debe contar con un análisis de beneficio/costos, cuyo cociente debe ser mayor a uno (>1). Luego de este primer indicador, se aplican otra serie de criterios de selección como: utilidad real, impacto ambiental, respaldo constitucional, pertinencia de la magnitud de la producción esperada y de la productividad determinada, componente(s) edificante(s) (educativo, recreativo, cultural, deportivo, nutricional, salud, ecológico, tecnológico, etc.). Un baremo cuyo resultado remite a la aceptación o no de la ejecución del proyecto. Este baremo se puede intervenir para financiar proyectos que no necesariamente tengan una relación de beneficio mayor al costo, pero que tengan gran importancia en un área sensible como educación, mitigación e impacto ambiental, recuperación de la calidad de un ecosistema, entre otros. La planificación centralizada permite crear una balanza entre los excedentes generados por un tipo de actividades y los déficits que puedan tener otras como las nombradas.
El responsable del proyecto, quien lo consigna, de obtener la aprobación, recibirá un ingreso de tipo salarial correspondiente a un profesional en grado de gerente (el personal que requiera contratar también entraría en una escala salarial, correspondiente a la jerarquía laboral). El requerimiento financiero del proyecto lo asume el Estado. Vinculándolo con el ministerio que rige el ámbito en el que se desarrollaría el mismo, garantizando asesoría por parte de personal altamente calificado en el área correspondiente, y correcta ejecución.
El proyecto debe estructurarse en el tiempo, en fases planificadas, bajo supervisión (y asesoría) permanente de las instancias de contraloría del Poder Popular y del propio ente regulador de la política económica dedicado a este tipo de proyectos, sirviéndose de tecnologías informáticas avanzadas (Inteligencia Artificial, computación cuántica, etc.) que permitan analizar cantidades masivas de datos, de manera simultánea, y rindiendo indicadores de producción, consumo, eficiencia, eficacia, información sobre la valorización y apreciación por parte del público consumidor, informar sobre alternativas que permitan disminuir los costos, ajustar la producción y la productividad con la necesidad manifestada a través de mecanismos de participación ciudadana, entre otras variables de interés.
Esto tal vez suene fantasioso, pero es totalmente factible desde el punto de vista técnico / tecnológico, de hecho las empresas privadas, sobre todo de categoría de magnitud transnacional, usan estas herramientas a lo interno de sus procesos, la gran diferencia, en nuestro sistema, es que toda producción está integrada en un solo proceso social, centralmente planificado, con tendencia a la racionalización económica, y por ende a la armonía, por la ausencia de competencia entre empresas, y por la subordinación general de las capacidades productivas a las necesidades de la sociedad y al cuidado de la naturaleza (mientras que en el capitalismo la subordinación es al lucro, la acumulación de capital). Sin perder de vista que el ejercicio de la contraloría social es transversal en toda la economía, además de facilitada por las concitadas herramientas tecnológicas.
Los precios al consumidor final de tales productos y/o servicios deben ser accesibles en relación a la escala salarial vigente. Tomando en cuenta que, pueda suceder, que los eslabones más básicos de la escala no tengan el ingreso salarial necesario para determinados bienes o servicios, constituyéndose en privilegios asociados a mayores ingresos reservados a mayor nivel de calificación laboral (reconociéndose así, de hecho, las jerarquías de responsabilidad y mérito dentro del ámbito laboral).
El pago de los productos y servicios de los emprendimientos se hará contra una cuenta estatal que permitirá una trazabilidad de estas transacciones.
La planificación centralizada permitirá:
· Establecer determinados montos anuales para financiar estos emprendimientos integrados a la propiedad social de los medios de producción.
· Acotar los desarrollos productivos en función de las necesidades.
· Disminuir los costos de producción.
· Liberar fuerzas productivas de la trampa del "libre mercado".
· Integrar esfuerzos individuales con los procesos de transformación social.
· Dirigir la vocación productiva hacia áreas de interés nacional, bien sea por motivos ecológicos, educativos, de salud, formación, ejercicio de contraloría, entre otros.
· Utilizar una parte importante de los ingresos petroleros en el desarrollo socioeconómico por la vía de los emprendimientos, sin que signifique alimentar el metabolismo capitalista.
· Disminuir el desempleo.
· El responsable de gerenciar el proyecto no tiene porque angustiarse por pagar un crédito, su proyecto forma parte de un proyecto nacional no solo de manera discursiva, sino orgánica.
· La magnitud del proyecto se va ajustando paulatinamente a las necesidades registradas por el sistema.
Los revolucionarios tenemos el reto de demostrar, desde la teoría fundante, que el socialismo es realmente fuente de libertad y democracia. Muchas veces la narrativa teórica socialista, importante y necesaria, no abarca, no explora, no desarrolla, el significado que podría tener en el individuo la aplicación práctica de estos conocimientos. Y esto es una debilidad sistemáticamente explotada por los mecanismos de manipulación pro capitalismo, quienes se apropian discursivamente de las banderas de libertad y democracia y acusan al socialismo de opresión y "régimen dictatorial". O, casos como el nuestro, en el que bajo la bandera del socialismo se ponen en práctica políticas subordinadas al capitalismo imperialista, causando un daño enorme a la posibilidad socialista.