La perennidad del 1 de mayo

En 1886, la jornada laboral duraba entre 10 y 16 horas. Para presionar por una jornada de 8 horas, la Federación de Sindicatos de Obreros y Artesanos de los Estados Unidos y Canada, y la Unión Internacional de Trabajadores, organizaron el 1 de mayo manifestaciones en varias ciudades de los EEUU. La mas grande fue la de Chicago, en la que participaron unos 90.000 obreros. En los días subsiguientes, 350.000 trabajadores de 1.200 fábricas se fueron a la huelga en todo el país. El 3 de mayo ocurrió una pelea entre huelguistas y rompe-huelgas en una fábrica de maquinaria agrícola en Chicago. La policia intervino y dió muerte a cuatro obreros. Los militantes anarquistas que habían organizado la marcha del 1 de mayo convocaron a una manifestación en la plaza Haymarket, sitio para entonces de un mercado abierto. La manifestación transcurrió en paz. Cuando ya se dispersaba, un desconocido lanzó una bomba hacia la policía y causó la muerte de un agente. La policía comenzó a disparar. Al final del tumulto, por lo menos 11 personas habían perdido la vida. Según una de las versiones, fue un agente de Pinkertons, una organización policial privada al servicio de los patronos, quien lanzó a bomba que inició la tragedia. Los organizadores de la manifestación fueron acusados de asesinato y siete de ellos fueron condenados a muerte, incluyendo a varios que no se encontraban en el lugar cuando ocurrió el incidente. Antes de ser ahorcado, August Spies, anarquista de origen alemán, gritó: "¡Llegará el día en el que nuestro silencio será más poderoso que las voces que hoy ustedes estrangulan!"

En los años subsiguientes los trabajadores de todo el mundo conmemoraron los sucesos de Chicago. En 1891 el 1 de mayo se convirtió oficialmente en el día internacional del trabajador. Y como tal lo celebraremos este martes en Bogotá, Caracas, Buenos Aires, Chilpancingo, Guayaquil, La Habana, Santiago, Londres, Lisboa, Madrid, Nápoles, Nuremberg, Paris, Estanbul, Helsinski, Johannesburgo, Lagos y decenas de otras ciudades. No se celebrará oficialmente en los EEUU, que no lo reconoce como día festivo. Pero la gente sí lo celebrará.

En los países industrializados, la lucha de los trabajadores incluye la reivindicación de los derechos de los trabajadores inmigrantes. En Londres, por ejemplo, un afiche convoca a una "Celebración del día Internacional del Trabajador. Una Función en Beneficio de los Derechos de Inmigrantes y Refugiados: Legalización para Todos y que Finalicen las Detenciones y Deportaciones." En los EEUU, el "Movimiento Nacional 1 de Mayo para los Derechos de Inmigrantes y Trabajadores" convoca a participar en el "Segundo Gran Boicot Americano: No compres, no trabajes, no asistas a la escuela, no a la actividad económica." La idea, por supuesto, es la de siempre, demostrar el poder del trabajo, en general, y del trabajo de los inmigrantes, en particular. "Alto a las Redadas y a las Deportaciones," dice el afiche.

Los inmigrantes no están solos. El movimiento contra la guerra "U.S. troops OUT NOW!" (Fuera la tropas de EEUU ¡Ahora!) también convoca a la movilización del 1 de mayo. La convocatoria finaliza con el siguiente exhorto: "El movimiento contra la guerra debe involucrarse en el 1 de mayo con la misma pasión y energía con la que marcha contra la guerra. Si así lo hacemos, no solamente seremos solidarios con los trabajadores inmigrantes. También ayudaremos a revivir la solidaridad mundial de la clase trabajadora, en el país donde más se necesita."

¿Es premonitorio el hecho de que sean los inmigrantes quienes regresen el 1 de mayo a EEUU? Puede ser. En todo caso, el 1 de mayo simboliza las aspiraciones concretas de millones de seres humanos. Por ello perdura.

gmata@telcel.net.ve


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Gustavo J. Mata


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