Cuando los trabajadores y la mayoría del pueblo de Paris salieron resueltos a tomar la cárcel de la Bastilla, para liberar a un puñado de revolucionarios e instaurar un nuevo gobierno, estaban provocando un salto en la humanidad que quizás ni ellos mismos se lo habían calculado. A partir de ese momento toda Europa sintió el rugido del poder comunal, de los comuneros y por supuesto de la Comuna de Paris. De aquel 18 de Marzo de 1871 hasta nuestros días, la Comuna como institución social y forma de autogobierno popular, no resulta nada novedoso al ser asumida como instancia de participacion comunitaria; sobre todo en Europa, donde solo en Francia, desde la mencionada revuelta hasta nuestros días, los franceses han constituido más de 36.000 comunas.
También en países como Bélgica, Suiza, España, Italia, sus ciudadanos se rigen por esta modalidad de gobiernos locales; esto sin ahondar que los camaradas de la Republica Popular China, allá por el año de 1958, cuando Mao Tse-Tung, convocó al “Gran Salto Adelante”, ese inmenso territorio se vio sembrado de comunas agrícolas y de producción fabril, como forma de avanzar en la socialización de su economía.
Sin ir muy lejos, aquí mismo en nuestro continente, países con una amplia experiencia en la lucha comunitaria, han venido batallando por la consolidación de su autogestión social. Chile tiene instituido la figura de la Comuna, desde mediado del siglo XVIII, y hoy cuenta con más de 360 comunas, debidamente constituidas. Así mismo, Argentina con su reconocida Ley 1777 (Ley Orgánica sobre Comunas), ha dado importantes avances en la descentralización y desconcentración en las funciones del gobierno de la ciudad.
De tal forma, que la propuesta de Comuna, presentada por nuestro Presidente en su Articulo 16, al referir que, “Las Comunas serán las células Geo-Humanas del territorio y estarán conformadas por las Comunidades, cada una de las cuales constituirá el núcleo espacial básico e indivisible del Estado Socialista Venezolano, donde los ciudadanos y las ciudadanas comunes tendrán el poder para construir su propia geografía y su propia historia”, viene a ser también un gran salto adelante, que manda al cesto de la basura toda la perorata mediática y ridícula de los sectores de la oposición, en torno a la cacareada “descentralización y desconcentración” del poder. De hecho el gran salto adelante consiste en que este nuevo instrumento de participacion social, colocará en manos de los vecinos, la elaboración y ejecución de las partidas presupuestarias, que sean de su competencia directa y también de aquellas que le sean concurrentes. Sobre este “novedosa” estructura en la administración pública, solo resta señalar que la propuesta de forma global es revolucionaria en si misma; pero no se debió dejar en manos sólo del poder ejecutivo, la voluntad de su conformación, y en este sentido propongo, que la iniciativa refrendaría debe recaer, sobre todo en los vecinos que hayan asumido la lucha por transformarse en comuna; de lo contrario, lo del poder popular, seguiría siendo puro discurso inconsecuente, con aquello de que: “si quieres acabar con la pobreza dale poder a los pobres”.
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