Ante todo la verdad. Lo digo para que no nos hagamos castillos en el aire.
Aunque en esto, nadie es mejor arquitecto que yo.
Bolívar
Un problema de fondo que se vea de superficie, no es de fondo el problema. La conciencia le marca principalidad, y al conocerlo le trastoca su profundidad mediante el juez principal, la vista categórica. El conocimiento proviene de la información, lo que no posee la superficialidad y sus posesiones de vocera, de pauta o de insignia: no hay conocimiento (entiéndase como la materia prima de una sociedad para saber y entender la verdad) donde existe superficialidad.
La lucha de la izquierda por el poder, el poder mismo en sus manos, visto en nuestro peculiar presente, la está obligando transformar la monótona mirada en caleidoscopio sobre el presente que vive, sobre el objetivo por el que tanto luchó: socialismo, como en su diferencia con la historia, la paranoia de las derrotas, las nuevas armas que le propician los amenazadores tiempos terráqueos, los panoramas del imperio, el delicado celofán de su actual poder, que cada vez transparenta más nítida la propaganda como LA verdad.
Nuestro pueblo deseaba transparencia, oler de cerca la profundidad de lo que pasa, cómo resolver si esto es tan rico, por qué estamos más viejos y pobres; dóciles, sin tan siquiera contrapuntear. Se nos enseñaba subir la mirada para ver quimeras, no porvenir. Y hartos de mentiras brotamos al fenómeno Chávez.
La Verdad es el arma caleidoscópica. ¿Qué descubres con ella?: Bueno eso: Que es un arma; un espejo por el que observas la confección de ti no hecha por ti. Que no solamente eres tú. Que quieres cambiar. Miras hacia fuera: Es un lo mismo.
-La base de control parte de un castillo de naipes, primer enfoque.
-Pero también que el castillo está punto de quiebra, por lo tanto a un paso devorarlo todo para fortalecerse ad infinitum, segundo enfoque.
-Que el del poder eres tú (te sientes ínfimo) y el del control te elimina por saberlo, tercer enfoque. Siempre lo ha hecho.
-Que para colmo te encuentras entre el anhelo y el hecho con tremendo trecho (¿de tiempo?, ¿de estímulo?). En fin, que dudas. El presente humano robado por lo quimérico, habla por ti.
Mientras, se están abriendo depósitos de La verdad, mostrando caminos infinitos para crecer, abrirlos (descubrirlos) implica que su manifestación pertenece a todos los tiempos, descubres que la verdad es cercanía, amor. El amor une. La clasificación que había sido tu maestra, es mezquina, separa. El reto se plantea: ¿Eres en verdad superior o inferior que alguien? Los caminos, hay que desenmarañarlos, a unos, a otros, abrirlos. Desenredar los tiempos humanos, lo único que vale DE VERDAD, el costo primario y agregado, que hizo todo este embrollo y puede (¡debe!) deshacerlo. Lo demás es añadidura. Nada, desde oro para abajo importa tanto.
La mina está en el impresionante porcentaje humano que no lo sabe: He allí el primer camino. La verdad debe abrir su centro de información. Permitió que el liberalismo opinara. Perdón, perdiste profundidad al equiparar ESTE chance de tu vida, con la eterna oferta caníbal del liberalismo: El “dejar ser”, esencia del liberalismo, como dizque esencia de la verdad. Cuando la verdad es ante todo CAMINO. Por lo tanto, si la verdad es camino, ponte en él. Es la chispa.
El “dejar ser” que las cosas sean así -la codiciosa flojera en dos palabras-, no es camino sino para esclavos, porque mientras flojeas, los colonizadores sí trabajan el robo diario de conciencias como la tuya para perpetuarse. El “laisser faire” como también lo llaman, es la píldora de la diaria esclavitud, contraria a la libertad, la puerta que abre la verdad a cuantos entren a ella. Es el enemigo más cercano que tiene la revolución. Como diría Mao: “El liberalismo constituye una manifestación de oportunismo… Es negativo y, objetivamente, hace el juego al enemigo. De ahí que éste se alegre si en nuestras filas persiste el liberalismo. Por ser tal su naturaleza, no debe haber lugar para el liberalismo en las filas revolucionarias.”
Los tiempos han sido tan vertiginosos que la propia izquierda ha recibido su baño de agua fría por su retraso con la verdad. Los tiempos acosan a su arrogancia, carente de muchas informaciones, flancos de la verdad, aunque la izquierda sepa cuán imprescindible es su camino-tesoro. Desde Holística para abajo, la izquierda debe aprender al analizar los fenómenos que transformará en timones. La pelea va ahorita, casi por el absoluto: Sinceridad contra hipocresía; la verdad contra la mentira. La misma emergencia en los entornos humano y ambiental emplaza el resarcirse, vía única de la emergencia.
Ahora bien, vía única, no significa falta de libertad. Lo que pasa es que la emergencia del emplazamiento la aprovecha el liberalismo como embudo para borregos. Es hora que sepamos que es hora determinante. Las circunstancias abruman el apremio de la verdad, el agotamiento de recursos, hace patente un cambio. El sistema dueño de imperios, de imperitos que pujan por ser imperios, sabe mejor que nadie lo que (le) está pasando a su –digámoslo sin tapujos- mentira que hasta ahora sostiene como verdad. No sólo que está desenmascarado, sino que tiene que pelear su supervivencia, la de sus imperitos: invadir antes de que el conocimiento prosiga su esparcimiento como la tenaz verdolaga entre las aceras cosmopolitas.
Es imposible desde todo punto de vista, que se intente esparcir la actividad, con reglamentos que la frenen. De “hablar seriamente” ahora como estrategia, lo que endilgaría la falta de seriedad a toda la experiencia recorrida de estos ocho años. ¿Qué hablaba entonces? ¿por qué tanto esperar? Se trata de proceso hacia, no de proporcionar más espacio al argumento de “dejar ser”, cuando se sabe de antemano que las cargas se están arreglando en el camino, no precisamente porque se ha quedado en la inactividad, sino mas bien, porque la acción no ha permitido abordar al proceso, picando adelante.
La izquierda tiene que renovar, alimentar(se) en el camino, penetrar la individualidad que está extendida en los corrillos internos del poder. La izquierda ha sido y es un menjurje de esnobismo, inocencia, impertinencia, bohemia, consumista, y dentro de algunos ángulos del gobierno: de patota corrillera. Pareciera que el valor humano es secundario antes que el SOSTENERSE en el poder. Sin embargo, si continúa la siembra de que hay que buscar la posibilidad de entregar el poder al pueblo, ese pueblo en su búsqueda de la verdad, razonará a la lerda burocracia, como obstáculo para sus logros, alias, pagarán los platos apoderados y burocratizados.
La verdad es una: libertad en el andar, la libertad del hombre que nació para ser activo hasta la muerte, la libertad mullida ya es pacto con la muerte. Pretender enraizar la vida mullida del liberalismo es ya pactar con la muerte, cuando es emergencia de acción lo que transparenta el celofán por todos lados. Y acción unida, no es trofeo de corrillos, sino de quien la plasmó, EL PUEBLO. El verdadero nuevo dueño, que no se olvide.
arnulfopoyer@gmail.com