Yo disfruto las conversaciones con la gente común, con ese pueblo llano desprovisto de la necesidad de cuidarse de lo que dice por la conveniencia política, ese que es espontáneo debido a que siempre se aprende algo de ellos; ese pueblo es sabio y capaz de hacer análisis muy interesantes de las personas y de los hechos, a pesar de ser desestimados por quienes se consideran más cultos y educados que ellos, la sabiduría popular es muy grande.
En muchas ocasiones se dan con muy buen nivel discusiones e interpretaciones de hechos y acontecimientos cotidianos y en particular los de índole política. Una de las realidades que está muy en boga es la relativa a la creación de la organización política PSUV, que le dará soporte y piso político al proyecto de cambios sociales que vive nuestro país. Esta organización, entre otros objetivos tiene como fin ayudar a deslastrar el proceso de algunos de los personajes clásicos de la política venezolana que se aprovechan de su verbo para sacar provecho personal vendiendo su imagen a quienes de una u otra forma tienen poder de decisión, con esta creación en buena medida se podrá poner en evidencia a algunos representantes de esa vieja y rancia casta política cuarto republicana que cual camaleones se mimetizan y aparentan ser revolucionarios pero que emulando a aquella fruta, la pumazas o pomarrosa, se cubren de rojo por fuera aunque por dentro tengan el alma dentro color.
En conversaciones populares es posible escuchar interpretaciones muy sui géneris cuando se dice que algunos personajes de esa representación cuarto republicana están desfasados de la realidad y de las transformaciones políticas que se han dado y se continúan dando en el país, que hay quienes se consideran dirigentes y que han alcanzado posiciones de importancia relativa en las organizaciones políticas que se han identificado con el proceso de cambios que no quieren perder sus prebendas y privilegios… lo cual no se corresponde con la realidad: si observamos los procesos asociados a la participación de las asambleas y la coordinación a nivel nacional y regional, veremos las mismas caras de siempre ocupando los principales cargos de dirección, serán pocos los cambios, se autoexcluyen algunos, pero quienes persisten en sus empeños, siguen apareciendo en los puestos de dirección. Algunos no tienen la capacidad para comprenderlo y otros no han querido hacerlo.
Podemos escuchar que hay quienes en ese reconocimiento de su incapacidad de luchar por los cargos y poder lograr su ocupación se resisten a participar y niegan los cambios, en algunos casos se habla de personajes que en lugar de ayudar a gestar los cambios y avances se encargan de causar problemas, de entrabar su avance y de propulsar la permanencia de instituciones cuarto republicanas. No se cuánto de ello sea cierto, pero es una apreciación popular que tiene mucha fuerza a nivel nacional, no es exclusivo de un batallón, esto se puede sentir a nivel nacional y no es un supuesto, sino que por Internet uno se puede enterar de lo que ocurre en otros lares y formarse un criterio aproximado de lo que ocurre, y pareciera que en muchas ciudades ese es un lugar común.
El pueblo tiene un criterio muy variado y nunca será único, pero si algo es verdad, es que en cuanto a los dirigentes si se pueden obtener opiniones generalizadas aunque no unánimes. Y en ocasiones le dan respaldo a algunos dirigentes y en otras se siente el rechazo popular.
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