Poder Popular

En asambleas populares, se observa un sentimiento nuevo en la gente: somos un poder. Es el empoderamiento. El liderazgo del Presidente Chávez es indiscutible y reconocido como promotor-creador de lo que está naciendo. No así el de ministros, gobernadores, diputados, alcaldes, concejales, con variaciones según el caso. No se hace justicia a este proceso cuando se propone el nuevo art. 136. De hecho se subordina el Poder Popular (PP) al poder nacional.

El PP es el poder constituyente (cuestión que se omite), en conflicto con los órganos del poder constituido, conservador, opuesto a radicalizar los cambios. Esa esencia no desaparece, sólo se va extinguiendo, según lo vaya haciendo el Estado, cuando va conformándose desde abajo la nueva sociedad. Este conflicto define. Los que gobiernan están atravesados por él y se observa en las bondades y contrasentidos de la reforma, lo radical contra lo conservador.

El PP debe desarrollarse como órgano contralor de la función pública, incluido el Presidente, sobre todo hoy, cuando se ha debilitado la controlaría sobre la acción de gobierno. Si se liga con una sanción constitucional de la corrupción como crimen contra la sociedad, la contraloría del PP podría ser una salvaguarda ética y política.

Los recursos del Estado son del pueblo. El Estado ha venido poseyéndolos en nombre del capital. La constitución debe garantizar que el pueblo vaya recuperando lo que históricamente le ha pertenecido, preservando la naturaleza de la voracidad estatal y privada.

El PP debe aprobar los programas de quienes vayan a ser elegidos popularmente y establecer un compromiso explícito de fiel cumplimiento, que de no darse conduciría a la revocación inmediata. Es el mandato imperativo, diferente del mandato libre, aún vigente, propio de la democracia capitalista.

El PP ciertamente dimana de la organización-conciencia popular; pero los cargos que vayan surgiendo deben cubrirse por elección, cuestión que el art. 136 niega y confunde.

El debate toma cuerpo. Los órganos de gobierno, representando al poder constituido conservador, ya le pusieron plazo, cerrando así profundas posibilidades revolucionarias, dándole prioridad a los intereses del Estado por encima del crecimiento del PP, pero sólo éste podrá derrotar la conspiración reaccionaria.

julio.escalona@gmail.com


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Julio Escalona


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