Esta frase no es reflejo de mi vivencia, aun cuando perfectamente podría serlo; más bien es el sentir de un gran número de mujeres que en el diario trajinar, se ven atrapadas en situaciones donde esa exclamación sale de sus gargantas casi desgarrándalolas; o es que acaso usted, quien lee este manuscrito, no ha pasado por situaciones donde esta frase u otras similares, se les han hecho presente.
Es esta una sociedad machista, donde el fenómeno, en ocasiones, lamentablemente se recrudece, a pesar de que muchas y muchos, alardean de igualitaria; un ejemplo sencillo es el observar como se hace una gran alharaca cuando una mujer ocupa un lugar significativo en la estructura del estado o en una empresa; lo que debería ser algo normal se convierte en bandera para muchas y muchos, pero si nos vamos a las estadísticas, nos encontraríamos con la triste desilusión de que el índice de mujeres en estas posiciones “es ínfimo”, nada comparable con el hombre; no negamos los avances, pero son cientos de años de lucha, los resultados deberían ser mejores.
Es que acaso usted no ha estado en una reunión donde un hombre y una mujer piden el derecho de palabra al unísono y de repente usted se vuelve casi invisible, y quien funge de moderador o director de debates, le dice modosamente: “disculpa no te vi”; o mientras tu haces uso de tu derecho de palabra, éste se dedica a comentarle al compañero cualquier cosa, minusvalizando tu exposición; o lo que es peor, en una debate político te dice “no señora yo no discuto con usted”, frase donde subyace el “yo hombre superior no discuto con mujeres”, de hecho algunos se atreven a decirlo, tal cual; acaso no han ido a una Conferencia con cientos de delegados y delegadas y han visto y oído como un “bufón, dice de forma burlona “como se dice: camarada o camarado”, haciendo guasa de un asunto de género; bueno, las situaciones son muchas, nos asombraríamos, desde quienes banalizan nuestro accionar hasta quienes disfrazan su machismo con galantería barata; sin embargo nuestra capacidad de asombro jamás se agotará, les voy a contar, en estos días un apreciado colega me insinuaba, “casi inocentemente” que los problemas de la educación podrían ser originados por aquello de que “la mayoría de los docentes son mujeres”. Así es, no es mentira, además creo que mi apreciado amigo, está convencido de ello y lo que es peor no encontró una mujer a su lado que le señalará, ¡Caramba cuan machista eres!.
Que de cosas tiene que hacer una mujer en la política para que los “machos”, que de repente son muchos, entienda que tenemos igual habilidad de razonamiento lógico, abstracto y concreto, e incluso la posibilidad de desarrollar el pensamiento dialéctico. Algunas hemos invertido nuestra vivida en grupos sociales y políticos, esforzándonos por ser escuchadas y dar nuestras aportaciones, pero llegamos a la conclusión, de que son duros de entender, o lo que es lo mismo su machismo nos lo deja crecer, por supuesto existen bellas excepciones, esas son los que nos hacen seguir luchando.
Han habido algunos avances, no los negamos, pero parece que no vamos a salir de la primera etapa, que es la de las leyes, es necesario recordar que tal y como lo dijera Lenin, la emancipación de la mujer pasa por dos etapas 1) La Formulación de nuevas leyes y 2) Una economía colectiva donde la mujer participe activamente; yo agregaría una 3era. Parte. Una verdadera concientización por parte de hombres y mujeres, sin subterfugios, palabras hechas o retóricas populistas, una verdadera concientización donde el hombre nos vea como iguales y las mujeres dejen de vernos como competidoras, es necesario que demos ese salto cualitativo; ya los fundadores del marxismo-leninismo demostraron que la base de la desigualdad de la mujer tiene fundamentos económico y sociales, y que el surgimiento de la propiedad condujo de una parte a la dependencia económica de la mujer respecto a los hombres, y por la otra a un avasallamiento clasista, nos toca a nosotras y a ellos, avanzar en pro de la verdadera emancipación de la mujer, a fin de consolidar la sociedad socialista donde hombre y mujeres seamos iguales y no tengamos que ahogar el grito de “Auxilio estoy atrapada en una sociedad machista!.
*Responsable del Movimiento de Mujeres “Clara Zetkin” Carabobo