La reforma de la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela, planteada por el Comandante Presidente, constituye un notable avance hacia el modelo de la democracia socialista, reivindicando las luchas históricas de los pueblos, por las demandas sociales, de manera pues, que para los que ideológicamente estamos convencidos y ganados por la causa de la izquierda, la reforma planteada constituirá un trascendental y ciclópeo avance hacia la sociedad de todos y para todos, el reino de la procura de la igualdad y la justicia, que los cristianos legalistas creen en el cielo, pero el mundo lo clama en la Tierra. Reducción de la jornada laboral, salud gratuita sin exclusión, seguridad social para los trabajadores no dependientes, como taxistas, amas de casa, costureras, etc., socialización de los modos de producción, muestras indiscutibles del progreso humanista que constituye la propuesta de reforma.
Seguramente asusta la socialización de los modos de producción, a los que por diversas razones, defienden el modelo capitalista global, empero ¿de que vale tener la ciudad llena con grandes edificios y plantas, identificados con los nombres: Loocked Marieta, Panamericam, Chevron-Texaco, o Wolkswagen, pero alrededor de la selva de cemento, el pueblo muere de hambre?; Argentina y Ecuador son grandes ejemplos, de cómo el modelo capitalista, conduce a la debacle económica, este ejemplo cercano, coloco para no referir la hecatombe de los famosos Tigres Asiáticos en los años 90.
Notable Avance constituye, esta suerte de “nacionalización” del Banco Central, plantead en la reforma, el B.C.V. ha estado hasta ahora de espaldas a las necesidades reales de la sociedad, por su situación de amarre a la dictadura global capitalista, en la que el Banco Mundial, el F.M.I. y cuatro o cinco bancos más como el J.P. Morgan o el Chase Maniatan, determinan la marcha de la economía global, en este sentido, es notoriamente absurdo, que el Banco Central, coloque nuestras reservas en bancos foráneos, para luego solicitarles empresitos pidiéndoles que nos presten nuestro dinero con intereses, esto suena descabellado, pero sucede en todos los países de Suramérica, sin excepción; en suma, con la supresión de la autonomía del Banco Central, estos desordenes e incongruencias irán extirpándose paulatinamente.
La reforma especifica que la actividades económicas o sociales del Estado deben dibujar sus líneas, bajo los principios de la economía socialista, estipula que el Estado ha de promover la agricultura sustentable como base estratégica del desarrollo rural integral, en aras de garantizar la seguridad alimentaria de la sociedad; la reforma enuncia que, la producción de alimentos es de interés nacional y por tanto fundamental para el desarrollo económico y social de la Nación; en ese sentido el Estado podrá asumir sectores de la producción agrícola, pecuaria, pesquera y acuícola indispensables a tal efecto. Además, en un notable avance social, prohíbe el latifundio. Crea tributos sobre las tierras que siendo aptas y adecuadas para la producción, no sean empleadas para la producción agrícola o pecuaria. Prevé, en el mismo sentido, la confiscación de fundos, en los que se “ejecuten actos irreparables de destrucción ambiental o se dediquen a la producción de sustancias psicotrópicas o estupefacientes o la trata de personas” (Art. 307), o cualquier otro acto punible
El Artículo 112, enmarca la actividad económica y el desarrollo “en los valores humanísticos de la cooperación y la preponderancia de los intereses comunes sobre los individuales,” procurando en todo tiempo “la mayor suma de estabilidad política y social y la mayor suma de felicidad posible.” En ese sentido, afirma que el Estado patrocinará el desarrollo de diversas formas de propiedad, además de las tradicionales privada y social.
En otro orden de ideas, el Artículo 141, trastoca el orden del artículo actual, al referirse, no a la administración pública, sino a las administraciones públicas, normando su organización en: las burocráticas (tradicionales) que son “las que atienden a las estructuras previstas y reguladas en esta constitución y las leyes”; y las misiones, “creadas para atender a la satisfacción de las más sentidas y urgentes necesidades de la población” De este modo, se incluyen en la Carta Magna, la Misión Barrio Adentro, Misión Sucre, Misión Milagro, Misión Madres del Barrio y otras organizaciones de variada naturaleza, que prestan servicios y/o suplen necesidades elementales de la sociedad. Sin duda alguna se le entrega poder a la sociedad, con la reforma propuesta, se consagra constitucionalmente el Poder Popular como uno de los poderes públicos, y además el principal. Se trasciende del, marco jurídico en el que el Municipio es la unidad primaria de la organización territorial, para traspasar esta denominación a la ciudad, en un país en el que todos y todas son ciudadanos, se coloca como supremo ente rector de las decisiones de base a la Asamblea de Ciudadanos, con jurisprudencia y carácter vinculante, respecto a la decisiones de la municipalidad, que afecten la comunidad, se influye pues, directamente en las decisiones tomadas por la Municipalidad, amén de transferir directamente a la comunidades, a través de los Consejos Comunales porciones del situado constitucional. Además, se entrega a las comunidades, la administración de la Justicia de paz, así como de los servicios públicos, como aseo y electricidad. En ese sentido, el Artículo 158, es reformado, el artículo actual, plantea la descentralización, como manera de profundizar la democracia, “acercando el poder a la población” en un significativo avance, la propuesta de reforma, plantea que el Estado debe promover “la participación protagónica del pueblo”; no acercarle el poder, sino antes bien, darle poder, en aras de “la construcción de una Democracia Socialista.” Es por ello que, lo que se plantea es direccionar la entrega del poder, en forma directa hacia el poder constituyente originario, a través de los consejos populares, a los que los municipios deben ir entregando poder. En esa línea, el articulo 168 es reformado para colocar al poder popular, a través de la ciudad (Art. 16) como unidad política primaria de la organización nacional, además trasciende las barreras del actual artículo que señala las actuaciones del municipio en el ámbito de sus acciones, deberán incorporar la participación ciudadana, para pautar participación de los ciudadanos, en el proceso de definición y ejecución de la gestión pública, así como en “el control y evaluación de sus resultados, en forma efectiva, suficiente y oportuna”.
Todo esto, ha de conducirnos, a un despertar de nuestra conciencia como pueblo, no podemos vivir, procurando siempre nuestro beneficio y lucro, por encima de las necesidades de la otredad. No debe pues, intimidar o despertar las supiscacias de nadie, el avance hacia el modelo de la democracia socialista, que antes bien, constituye un modesto y pequeño esfuerzo por construir el mundo mejor, necesario y posible. Sin embargo, en un sentido general, el despertar de conciencia no surge realmente de campañas o estímulos de concientización, sino desde dentro del corazón, es allí donde nacen los gérmenes que destruyen un modelo social. Desde adentro de nosotros mismos deben surgir nuevos y superiores estados de conciencia que nos encaminen por los senderos de un mundo mejor; el cual no solo es posible, sino además imprescindible. Es cierto que desde afuera se puede promover el despertar de las conciencias, a través de la estimulación de la ciencia, y la suma de ésta, sin embargo, el estado superior de la conciencia, indefectiblemente, debe surgir desde adentro de cada persona del colectivo.
Ya para concluir, debemos aceptarnos capaces de ver nuestras luces y nuestras sombras también, Venezuela es atravesada sin duda alguna por una revolución, y entendiendo que toda revolución, es en esencia movimiento acelerado de la masa consciente, el dinamismo la obligará a ser de vez en cuando redimensionada o actualizada; radicó allí, en el negar esta realidad, el error del socialismo científico del pasado, en parcelar el pensamiento socio-económico equivale a estancar las aguas de un río, éstas terminarán por entrar en una fase de descomposición. Debemos entender esto: lo que hoy es aceptado por casi todos, quizá mañana sea rebatido por la sociedad. He allí uno de los peligros mortales que debe enfrentar el Socialismo Bolivariano, este debe ser capaz de no parcelarse, debe ser capaz de abrirse a los aportes y planteamientos de toda corriente del pensamiento, que desde luego, no contraríe sus principios fundamentales.
Todo problema genera un pensamiento nuevo, un nuevo conocimiento. Todo problema, es una excelente oportunidad para sobreponerse al impedimento, deben verse, los problemas y conflictos como ocasiones a tiempo, para generar, y plantear pensamiento nuevo, así como para replantear los conocimientos, en virtud de la solución oportuna de cualquier coyuntura, sin generar colateralmente con ella otros problemas.
El modelo debe preocuparse por satisfacer las necesidades del ser humano en sus dimensiones, física y espiritual, de esa preocupación ha de nacer el modelo, la ideología, el Socialismo Bolivariano, y de éste, un Nuevo Orden Social, propulsado por la madurez de las conciencias de nuestro pueblo, en ella habita la inquebrantable fortaleza para construir el nuevo bloque de la historia.
Sin duda alguna, hoy Venezuela vive una revolución genuina, pacientes debemos ser para obtener la victoria final sobre el orden imperial, no es una utopía, las multitudes conscientes pueden hacerlo, y más aún deben hacerlo para salvar el planeta, necesarios son la generación de aportes teóricos y científicos que allanen el camino y lo preparen para un mundo mejor, tal vez, ya no para nosotros, pero al menos para nuestros nietos.
*Teólogo
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