Ser, es existir el sujeto con su atributo. Estar, es existir en un lugar, en una situación y parecer es tener cierto aspecto. La revolución bolivariana necesita presencia, urge de existencia alejada del disfraz y el maquillaje.
Entre arribismos y resentimientos, entre claros y oscuros, hay quienes ven matices y hay quienes ven arco iris. Hay quienes hacen lo que quieren, estando donde no quieren y hay quienes hacen lo que no quieren, estando donde quieren. Hay quienes hablan de una clase media en positivo y otros de una clase media votando en negativo.
Hay quienes comen y quienes tienen hambre, hay quien estudia para ser y hay quien es para estudiar. Hay jefes y subordinados, engañadores, engañados, rebeldes y sumisos. Hay jóvenes mezclados con viejitos que conspiran y viejos que educan con ideas a los jovencitos. Amores rojos que se mezclan entre blanco y amarillo, amores convertidos en rosado y amarillito, y al final, un gris como destino, resultado de mezclar lo blanco con lo negro.
Hay quien trabaja por sus niños y hay niños que trabajan por ellos, unos en la vida juegan con juguetes y en otros, la vida juega con ellos. Hay balas que dan vida por la patria y balas que desangran por la muerte. Hay quien ama y hay quien odia, hay quien dice, quien hace, hay quien construye y quien destruye...hay memoria, olvidados, esperanza y desterrados. Hay celosos y celados, envidiosos y envidiados.
No están todos los que son, ni son todos los que están, hay quienes piden guerra y hay quienes piden paz, unos dicen lo que saben, otros saben lo que dicen, unos creen en un dios y otros dioses creen ser. Hay quienes mienten para ser y quienes son para mentir, unos ganan y otros pierden, en lo justo al competir. Habrá quien dice sí y habrá quien dice no y el neutral es quien decide...
(Extracto de “La lucha por el pan y por la tierra” del primer manifiesto del Partido Comunista de Venezuela hace décadas):
“Hay gente, como los pequeños comerciantes, los dueños de talleres pequeños y otros que no son ni trabajadores ni ricos. Hablan mucho de revolución, pero, como ellos también quieren ser ricos mediante la explotación del pueblo trabajador, casi siempre se van con los caudillos de la burguesía...Hay solamente dos campos, los explotados y los explotadores, los que no están con los explotados están con nuestros enemigos. No hay un terreno intermedio en la lucha entre dos clases. Trabajadores alerta contra los traidores. El fusil en el hombro de un obrero es la única garantía de la democracia”.
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