Premisas fundamentales:
.Los que asumimos estas premisas nos identificamos antes que todo como militantes de la lucha popular y revolucionaria. Conscientes de que hemos llegado a un momento crucial en el proceso que demanda la construcción de un tejido férreo de organizaciones político-sociales que estén a la altura del combate político frontal en que estamos involucrados. Pero igualmente concientes que aquí en nuestra patria tan sólo somos un punto más de confrontación contra todo un sistema de dominio planetario que intenta despedazar y explotar todo lo que han sido los frutos de la creación humana y natural.
.Construimos por fuera del estado, apoyando el proceso bolivariano entendido como momento de expansión del protagonismo, la soberanía y el poder popular. Exigiendo a los distintos entes de gobierno lo que nos es necesario y no tenemos, de lo contrario, no quedará otra salida que apropiarnos de ello por fuera de todas sus leyes. Ya lo hemos constatado con nuestra piel; definitivamente la leyenda de un estado comprometido con la liberación de los pueblos no es solo una triste y destructiva falacia sino la vía más expedita para hundirnos en la impotencia. Cada paso que se de, si quiere apuntar a la emancipación de todos, ha de derribar los monumentos de la mentira, de la sustitución, de la delegación, de la representación y la explotación tanto política como económica del pueblo.
.No confundimos por supuesto al funcionari@ que se gana la vida o incluso al que de buena fe y teniendo algún cargo de dirección estatal, quiere aportar lo que pueda al proceso colectivo de liberación. Estamos concientes que el Estado en sus laberintos internos es igualmente una zona de mil tensiones pero sin ninguna salida interna. Por ello mismo le exigimos a los que están allí que no se confundan con las metas y la razón de ser del Estado como tal, cueste lo que les cueste, eso se lo exigimos a Tod@s. Estado que, llámese como se llame, tenga las leyes y constituciones que tenga, siempre será un instrumento de la opresión y la explotación capitalista.
.El Estado no es distinto a la derecha que hoy acusamos, y solo con nuestra lucha, como bien lo demostramos el 13 de Abril, evitaremos que se transforme en una maquinaria meramente fascista y de desintegración de toda soberanía. La derecha fuera o adentro, roja o azul, es la misma porque sus fines son los mismos: administar y participar en la apropiación de las riquezas producidas por los trabajadores y colectividades creadoras, convertirnos en piezas de sus ansias de poder y riqueza. Nuestros gobiernos propios, nuestra revolución, la de los parias que ningún capital tienen ni quieren, será todo menos un estado capitalista, será una república libre, de iguales y sin fronteras.
.Más allá aún, asumimos que aún si no están los pocos amigos que quieren ser solidarios y honestos en los interiores del gobierno, y por los mecanismos que sean desplazados de sus lugares de sus funciones por los burguesitos y fascistas de la derecha, igual seguimos la lucha. La presencia de enemigos o amigos en el estado no nos diminuye o engrandece en sí mismo; nadie nos otorga poder, somos nosotros lo que tenemos que hacernos poderosos en todos los frentes de la lucha popular. Por ello, en toda circunstancia debemos ganar terreno y hacernos más fuertes y capaces. Y si estos fascistas porque ganan o pierden elecciones quieren guerra, guerra tendrá. Incluso en un terreno tan difícil e indeseado tenemos que multiplicar nuestro poder, construir la república de iguales. Pedimos a todas nuestras organizaciones que se preparen para ello.
.Consideramos que la revolución bolivariana es un proceso que no termina pero que tuvo su primera muerte el 2D, y eso lo consideramos absolutamente necesario. Era demasiado necesario que muera el silencio convertido en norma “revolucionaria” y que se destapen las voces y afloren las verdades que ni siquiera en los momentos mas duros del 2002 y el 2003 afloraron. Derrotada la burocracia, el caudillismo, la vieja izquierda, el reformismo traidor, el populismo, la revolución maniquea y convertida en espectáculo mediático, resurge ella misma sobre un nosotros absolutamente antagónico a esta lógica.
.Igual, y sin ningún problema en reconocer y defender el liderazgo del compañero presidente, sin embargo también consideramos que las insistencias reaccionarias de poner en su persona, y por extensión en la burocracia, la representación absoluta de este proceso de lucha, quiebra toda posibilidad de victoria. Esa forma de representativismo alienante y desmovilizador también ha sido derrotado. Ha comenzado la rebelión antiburocrática, libertaria y socialista hecha con nuestras manos y liberada con la palabra. No hay otra salida, toda conciliación es morir de antemano.
.Llega el momento en que el pueblo hecho común y cualquiera, retomando su condición de sujeto, asume el protagonismo revolucionario y comienza a derribar con sus fuerzas las bases políticas, económicas y militares de la vieja sociedad. Pero para ello es necesario reencontarnos con nosotros mismos, oir al de al lado, producir la política como conciencia que se fabrica desde el pensamiento, la ciencia y la voluntad de todos. Los duros y frontales pasos a dar se darán únicamente desde el fuero colectivo y participativo o será derrotada. No importa su magnitud. No importan los tamaños y trascendencias de nuestras rebeliones. Ojalá sean inmensas, pero vale por igual la mas sencilla. De todas formas, valga que una culmine con éxito para que se multiplique como pólvora; ese es el signo del momento porque la crisis “es revolucionaria”; ellos fueron los derrotados no nosotros.
Objetivos a cubrir en las próximas semanas:
.En tal sentido, siguiendo los lineamientos de múltiples eventos donde se han convocado asambleas y reuniones populares, estimamos imprescindible el fortalecimiento inmediato del campo popular organizado y autogobernante. Se ha tomado la decisión de fortalecer los Corredores de Lucha Territorial desde donde se articulan las luchas populares en base a sus propios territorios concretos; allí desde donde los propios nucleos de organización se han venido coordinando sumando parroquias en un solo corredor o delineando espacios más concretos en aquellas que incluyen una vasta población y territorio físico. Esto vale como principio de encuentro, principio militar de defensa, pero a su vez, dados los eventos del 2D, se considera necesario el ir más allá y convertir estos corredores en lugares para la formación de las primeras formas concretas de gobierno popular en toda su diversidad y ejercicio del poder mismo. Es decir, empezar desde ya la formación concreta de la república de iguales.
.Se considera propicio el momento para ir trabajando en dos puntos fundamentales que nos darían la posibilidad de avanzar:
-En primer lugar: proyectar en base a encuentros y fortalecimiento de amplias coordinaciones de base la formación inmediata de las Comunas Populares, siguiendo incluso los mismos lineamientos generales que estaban establecidos en el texto de la Reforma Constitucional con los arreglos que progresivamente se convengan desde la propia práctica.
-En segundo lugar: la formación de las Comunas Populares deben traer consigo la sustitución inmediata y de hecho al menos de las repudiadas Juntas Parroquiales e implantar formas de Gobierno Comunal bajo la forma que cada territorio decida, siempre sustentado en los principios de la igualdad y la democracia participativa y protagónica, sin amos ni burócratas a quien obedecer. Obviamente son las organizaciones reales del colectivo a través de sus delegaturas las que constituyen la base de estas primeras formas de gobierno revolucionario.
-En tercer lugar: La formación de la Comuna como sus respectivas formas de gobernabilidad necesitan de una “Carta de Lucha” que sirva de programa de acción y construcción relamente participativo, hechas por la gente que ponga allí sus sueños, sus necesidades, sus reclamos, sus exigencias. Hechas desde los mismos barrios y zonas populares utilizando las formas mas creadoras de la propaganda y la comunicación nuestra. En el caso que no se pueda avanzar en lo inmediato hacia la formación de la Comuna Popular, por debilidades específicas de cada territorio, de todas formas consideramos indispensable avanzar el la construcción de dichas cartas como base de un programa mínimo de lucha y trabajo en cada zona. La asamblea popular dictará la pauta.
-En cuarto lugar: Las Cartas de Lucha y su síntesis en las respectivas Comunas no son programas acabados, gobiernos anquilosados o metas burocráticas a cumplir. Son verdaderos objetivos de transformación radical de nuestras realidades que se van ampliando y complejizando en la medida en que avance la consolidación y el poder del pueblo en los espacios comunitarios, obreros, culturales, educativos, comunicacionales, de salud, de defensa territorial, etc. Las necesidades inmediatas de servicios, salarios, infraestructura, etc, en la medida en que se profundice nuestro propio diálogo y aprendizaje como pueblo empalman así con objetivos mucho más profundos y universales.
-En quinto lugar: La radicalización de estos procesos y nuestra firme exigencia al Estado de recursos y necesidades, necesariamente nos llevará a abordar espacios mayores de gobernabilidad directa, controlar zonas públicas y de producción más ambiciosas, así como a abordar la indispensable tarea de la expropiación de los capitales saqueadores y monopólicos que siguen intactos. La república libre y socialista allí se engrandece. Pero todo esto debe estar guiado por una forma de protagonismo popular directa que rompa de plano con el burocratismo y el representativismo derrotados.
-En sexto lugar: todo este complejo movimiento de iniciativas políticas directas y desde la base, no deben llevar a la formación de una “cartografía general de luchas”, las cuales debemos sistematizar, ayudar a su integración y comunicación directa, organizados fundamentalmente por los propios Corredores Territoriales en formación. Las organizaciones populares por sí mismas, los movimientos sociales aislados, mucho menos los partidos, son instrumentos garantes de avance para la nueva etapa donde se arrecia el conflicto abierto por la revolución. Necesitamos de instrumentos y conceptos territoriales de organización realmente creadores que nos permitan dar el salto adelante en la revolución.
*(Corredor Territorial Central)