Profundización del Proceso y la Gobernabilidad Revolucionaria

¿Y después del 2-D, qué hacer?

Cuando se trata de levantar una opción política por la izquierda de Chávez, necesario es calibrar las coincidencias con la oposición fascista y sus aliados del Norte. Por ejemplo, colocar al presidente como factor determinante o simplemente cómplice principal en los desaciertos de su gobierno no es muestra de calidad analítica o profundidad en el diagnóstico, como tampoco goza de cordura y pertinencia la santificación del mismo. Ambas posiciones reflejan la peligrosa coincidencia de la derecha endógena y del radicalismo de izquierda al hacer de la figura presidencial el alfa y el omega de la vida política nacional, de la posibilidad de hacer revolución hoy: La derecha endógena convirtiéndolo en amuleto de la buena suerte y la izquierda radical focalizándolo como la razón última de las desdichas, desventuras y atraso del pueblo.

En nuestra opinión Chávez es un estilo, una hechura en la cual se pueden inventariar diversas pigmentaciones ideológicas, sin embargo, él personaliza un impulso importante en el proceso de reivindicación de la idea del socialismo, de la participación y de la liberación de los explotados dentro y fuera del país. Hugo Rafael Chávez Frías y su gobierno, con todas las fallas que le podamos endilgar, ha tolerado en los últimos nueve años, la más absoluta libertad de acción de radicales, locos a favor de la cordura, soñadores despiertos, escuálidos, comunistas, anti-comunistas, jubilados, callejeros, mujeres, niños, ancianos, anarquistas y autonomistas, en fin, hasta los perros de la calle gozan hoy de mayor respeto a sus costumbres y hábitos que en períodos pasados. A esta altura, vale la pena plantearse algunas interrogantes: ¿Será que la Misión de los revolucionarios en este país es atacar fieramente cada política de Chávez; plegarse ciegamente a lo que diga el Presidente o aprovechar las incongruencias, la flexibilidad, la dispersión y conservadurismo propio del chavismo burocrático para hacer revolución? ¿Será que necesariamente, si no existe un enfrentamiento contra Chávez, no se podrá profundizar el proceso que hoy vivimos en Venezuela?

Desde mi punto de vista es un error político e histórico hacer de Chávez nuestro techo, así como diferenciar la finalidad de sus acciones de las de su entorno, aún a conciencia de sus grados de responsabilidad sea por omisión o incapacidad de control en un proceso político como el que vivimos, sin intención de santificarlo, siendo mas bien realistas al extremo de afirmar: ¡Que tire la primera piedra aquel que se considere virtuoso en su particular gobernabilidad! ¡Que lance la primera piedra ese especialista en encontrar los errores de Chávez hasta en la memoria genética de éste, pero que aun hoy, con todos los años dedicados a la actividad revolucionaria no puede presentar un balance aceptable, un acumulado válido como para desde ahora mismo transformar este proceso con el apoyo o la presencia de más de cien mil activista o seguidores en las calles de este país!

Ante los resultados del 2 de diciembre pasado; ante el hipócrita llamado a la reconciliación de parte del fascismo opositor (y de algunos funcionarios y conocidos activistas del chavismo); ante los golpes de pecho de la derecha endógena y el desafuero de cierto radicalismo, se impone rescatar el carácter de clase que debe tener este proceso como antesala a la profundización del mismo, y en tal sentido, lo pertinente es abocarnos al problema de la frágil gobernabilidad existente, pero sobretodo a la ausencia de gobernabilidad popular y revolucionaria a lo largo y ancho del país. La autocrítica es importante en la medida en que nos permita ver en nosotros la gran viga antes que la paja en el ojo ajeno; en evaluar las iniciativas impulsadas por Chávez, sin la presión de vanguardias o de masas. Más allá del glorioso 13 de abril, ¿cuántos escritos o movilizaciones conocemos a partir de la autonomía de la clase?

Indiscutiblemente, la derecha endógena y el chavismo burocrático desmovilizan, eso forma parte de sus funciones y la nuestra es descifrar e inventar los mecanismos para la organización y movilización hoy, en el ahora desde la localidad, región, país o sub-región andina. Vista así las cosas, no queda otra alternativa, luego del 2-D, que cursar la siguiente asignatura: La Unidad del Pueblo como preámbulo en la defensa de sus intereses, sin intermediarios, trabas burocráticas, clientelismo o anti-Chavismo. Hablamos de la Unidad del Pueblo, de sus sectores avanzados y de todo el universo de grupos y movimientos que lo conforman, para trabajar en la Teoría y en la Práctica el problema de la Gobernabilidad Popular y Revolucionaria; de garantizar espacios para ejercitarnos en ello y sobretodo alcanzar el reflejo de clase suficiente para doblegar la lógica del Estado, de la causa gubernamental y conservadora, mediante el poder y la pertinencia de la razón social, popular y revolucionaria. Por ahora nos limitamos a presentar algunos aspectos sobre esa Gobernabilidad como un sencillo abre boca, confiando en que será la sabiduría de la práctica y el debate de todos y entre todos lo que nos dará la clave del cómo alcanzar la radicalización del proceso bolivariano.

Unidad del Pueblo para profundizar el Proceso que lidera el Presidente Chávez: Absurdo sería negar el rol protagónico que tiene el presidente de la república en este momento histórico, pero también sería iluso esperar que solo la obra del mismo permitirá la profundización del proceso. Es más, siempre será desde una actuación más allá de la lógica gubernamental desde donde se puede profundizar el proceso político venezolano. Unidad para mostrar y denunciar la perversión de la Propiedad Privada en el ámbito
educacional, médico-asistencial, productivo y comunicacional, entre otros. Unidad que posibilite efectivamente acabar con la acción terrorista de Globovisión, la Conferencia Episcopal, Fedecámaras, Consejos Universitarios y dirigentes estudiantiles fascistas. Así como la falta de contundencia de los medios de comunicación gubernamental y comunitaria.
Unidad del Pueblo para ejercer Gobernabilidad Popular y Revolucionaria: En el período de transición o de puja para que muera lo que ha de morir y nazca lo que ha de nacer. Es un hecho, los intereses populares no serán satisfechos desde estructuras anquilosadas, conformadas por funcionarios que no gerencian y menos revolucionariamente, sin mística e identificación con los valores e intereses de los pueblos y del venezolano en particular. Funcionarios que se interpretan así mismos como dadores de favores o peor aún, alcabalas en contra de los más humildes. Entes que son expresión de todos los poderes del Estado, estructurados en cotos cerrados que prefiguran un funcionariado público, una especie de clase media totalmente contraria a los cambios que favorezcan a las grandes mayorías. Sobre esas entidades ha de ejercerse formas de presión, contraloría e intervención popular, ya que la transformación y democratización de los mismos no llegará por órdenes ejecutivas sino por movilización y exigencia de las bases sociales, comunales y populares. Es el culto y estímulo de la irreverencia creativa, la idea de que el pueblo gobierne desde una nueva modalidad a construir en el proceso mismo de esa labor. Y esta es parte sustantiva de la Revolución en la Revolución.
Unidad del Pueblo para detectar, enfrentar y desplazar a la derecha endógena y sus aliados; la corrupción, ineficacia e impunidad: Caracterizar a la derecha endógena como la re-actualización de la cultura política de la IV República; de la presencia de aquello que debe morir en el ejercicio de la política, la gobernabilidad y administración de los recursos del Estado. Elaborar campañas de denuncias y enfrentamiento a los ideólogos y activistas de esa corriente enemiga de los cambios revolucionarios. De igual modo es la detección de la corrupción, la ineficiencia e impunidad y en acuerdo con el pueblo organizado y de los sectores afectados directamente por esas prácticas, empujar jornadas ejemplares de educación, sanción y expropiación de los bienes adquiridos delincuencialmente.
Unidad del Pueblo para hacer de la cotidianidad escenario de su gobernabilidad: Si en algunos aspectos se puede ejercer la Gobernabilidad tantas veces acá mencionada, esos son precisamente los espacios comunicacionales (nos referimos a los medios de comunicación del Estado y a los medios comunitarios y alternativos); Mercal y toda la problemática alimentaria, el acaparamiento, las roscas, la inseguridad y corrupción policial. Es nuestra confianza de que el pueblo unido, en alianza con sectores de avanzada y unos cuantos intelectuales o conocedores de materias como la política comunicacional, la problemática alimentaria y la inseguridad pueden constituirse en la palanca idónea contra esas alcabalas, esos nichos del crimen que imposibilitan: Una comunicación alternativa y revolucionaria; seguridad alimentaria y seguridad social. En tal sentido, pendiente esta el rescate de todo lo que se avanzó en La Comisión Presidencial para la Reforma Policial; los trabajos que se han realizado sobre la Inteligencia Social; la elaboración de una propuesta alterna a Mercal y la política alimentaria en general. Al mismo tiempo, descansa en nosotros el impulso de iniciativas como: Procesos constituyentes o mesas de diálogo sobre la comunicación alternativa y la comunicación en general; el debate abierto sobre la inseguridad y la discusión referida a la política alimentaria. En fin, la idea es ser consecuente con la prédica de que no esperamos que desde un Ministerio se resuelvan estos problemas, pero lo que es más, que la militancia en una gobernabilidad de nuevo tipo, cargada de toda la creatividad popular, mística revolucionaria y autonomía de clase es una de las aristas fundamentales para la cualificación de este proceso.
Unidad del Campesinado y demás trabajadores del campo en la defensa de su existencia ante el sicariato, por una vida digna ante el feudalismo y por la tierra para quien la trabaja: Sólo la autónoma organización y movilización del campesinado, su enfrentamiento en todos los terrenos al sicariato y confrontación a la burocracia existente, garantizará el uso adecuado del campo y con ello la garantía estratégica de alimentación del país. No será desde Caracas, desde el Ministerio o la Gobernación que surgirán las respuestas, será solo desde un ejercicio de Gobernabilidad Campesina y Revolucionaria con banderas claras e irrenunciables donde la figura de expropiación y castigo al corrupto o padrino del sicariato sea parte del proceso de auto-defensa.
Unidad del Estudiantado, de los Artesanos, de los Profesionales y Técnicos de la Administración Pública y trabajadores y gremios en general: Necesario es el rescate de esos sectores sociales de la trampa institucional en que el burocratismo y la derecha endógena los han metido. Es la reivindicación de organizarse y movilizarse en torno a programas de lucha propios a sus intereses y a los de la sociedad en general. Basta ya de Comisiones Presidenciales que institucionalizan y burocratizan cualquier iniciativa popular. El movimiento estudiantil y laboral en general que pudiera ayudar a profundizar este proceso saldrá del esfuerzo y sacrificio de lo mejor de la clase, no de jóvenes objeto de prebendas o dirigentes sindicales más parecido a diputados o Ministros que a líderes populares.
Unidad del Pueblo para instrumentar la Guerra de todo el Pueblo ante las posibles agresiones imperialistas: Y por último llegamos a uno de los aspectos más importante de esta propuesta o idea de Gobernabilidad Revolucionaria, la Defensa Integral de la Patria. Seguramente existen en los diversos componentes de nuestras Fuerzas Armadas valiosos soldados y oficiales identificados plenamente con el proceso que lidera el presidente Chávez, sin embargo tendrán que pasar muchas lunas y muchos soles para que en verdad contemos con unas Fuerzas Armadas en capacidad de enfrentar al imperio desde una acción integral, consustanciado con un pueblo movilizado. No basta un ejercicio de reserva y menos aún la institucionalización de las milicias populares. No será en los cuarteles donde se configurará ese Ejército del Pueblo en Armas, es en las barriadas, urbanizaciones, asentamientos campesinos, centros de distracción y entretenimientos, escuelas, liceos y Universidades, centros de trabajo, en fin la geografía toda nacional constituida en un solo escenario para el entrenamiento y para el desempeño de la Guerra de todo el Pueblo. Así, la Gobernabilidad Revolucionaria en el ámbito militar es la desmitificación de los códigos y barreras del ejército burgués entre otros.

Hasta ahora nos hemos limitado a suponer respuestas o una pregunta fundamental ¿Unidad del pueblo para qué? Quedando pendiente el cómo de esa unidad, pero sobre todo la instrumentalización en lo real, en la palabra y en la acción de dicha unidad. Tarea ésta que ha de convocarnos a todos y todas en función de la profundización de este proceso bolivariano y Nuestroamericano.
 

¡Solo el Pueblo Salva al Pueblo!



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Luis Villafaña


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