Es innegable la inspiración que provoca el simbolismo revolucionario y los múltiples ejemplos de vida que la historia guarda, que a la fecha ha venido alimentando el alma de muchos, en especial de los que en posiciones de mando asumen el ideal revolucionario, pero que lamentablemente encuentra en otros un perfecto disfraz que les permite camuflarse para hacerse de todo cuanto los favorece y beneficia, al tiempo que le exigen a los demás apliquen una suerte de austeridad automática a costa de ser chantajeados moralmente, creando sentimientos de culpa inútiles y excluyentes; y no estoy hablando de escuálidos u oposicionistas.
El fundamento ideológico del movimiento revolucionario venezolano han venido sufriendo metamorfosis, más por su inconclusa definición, que por una evolución que le resultase natural al ir adaptándose a los nuevos tiempos y corrientes del pensamiento humano. Hemos transitado por distintas manifestaciones de estado, algunas tan contrapuestas, que cuando se recuerdan da algo de pena, sin embargo, aquello de “inventar o errar” ha servido para recorrer el largo camino, solo que no debería abusarse de esa capacidad que poseemos la mayoría de los seres humanos, pues a veces solo sirve para ir hacia adelante, para luego, irremediablemente, tener que ir hacia atrás. Y es verdad, se han logrado magnificas cosas, pero muchas después de múltiples intentos fallidos, algunos de los cuales, no solo han costado tiempo, sino también provocado pérdidas humanas y económicas.
Presidente lo hemos visto indignado por la miseria humana acumulada, lleno de esa euforia revolucionaria que lo llevo a cambiar, con justa razón, todo cuanto oliera a cuarta república e imperio. Sabemos del socialismo del siglo XXI, al que nos dirigimos, aún cuando no está totalmente claro que partes del socialismo histórico no serán incluidas, de lo contrario, por qué llamarlo de otra manera, sin embargo, compartimos el ideal es su contenido igualitario y humano. Pero Presidente, las imprecisiones no están haciendo daño. Necesitamos explicaciones claras, como aquella cuando Usted muy excelentemente, pero lamentablemente con muy poco tiempo, explicaba días previos a la decisión del 02 de Diciembre respecto a la reforma y la nueva geometría territorial. Solo imaginar lo que usted expresaba en esa oportunidad lo llena a uno de entusiasmo.
Presidente usted es un hombre versátil, estratega incansable, que no deja de pensar, de hacer, de inventar. Usted es un hombre que sin llegar a ser oportunista, sabe dejarse llevar por las circunstancias, sacándole provecho. Frontal, contestatario, exigente, pero a la vez vulnerable, porque usted cree en el ser humano, algunos de los cuales lamentablemente al venderse, traicionan. Es por ello que para usted solo tiene sentido la formula sí el componente humano tiene la mayor preponderancia. Estas pocas características de su personalidad lo hacen ser un justiciero y pacifista por naturaleza, cosa que ha demostrado siempre. Sabemos que tras esa imagen dura, de hablar fuerte y vehemente, hay un ser humano humilde, franco, lleno de sentimientos que buscan expresar y recibir afectos. Por eso el pueblo lo quiere y cree en usted.
Presidente, usted ahora nos habla de las tres ERRES y dice: Revisión, pues muy bien, revisemos, sobretodo a las instituciones del estado y a muchos de sus operadores; Rectificación, pues también, echemos hacia atrás, pero no mucho, ya que realmente algunas cosas no se han hecho bien, solo que no permita la impunidad, pues en esos casos son otros los que deben rectificar; y Reimpulsar la revolución, pues con mayor razón, porque se ve detenida, ahogada en la embriaguez de la abundancia que alimenta, pero que también lamentablemente, adormece y embrutece. Y es que estamos dando vueltas en las indefiniciones, en las incongruencias, llenos de convenientes como aquellos del quiquiriquí de su famosa anécdota.
Confío en usted Presidente, sin embargo, es indudable que el chavismo, aún cuando no ha sido derrotado, quedo aturdido ese 02 de diciembre de 2007, y ahora que Usted decide una ley de amnistía, con la que puedo estar de acuerdo, en especial si tiene el propósito que usted manifestó y busca ser consistente con la acción humanitaria que ahora emprende, aún así, nos llenamos de preocupación, en especial, porque sabemos que esto, lejos de verse como debería, será tomado como una victoria más de los que desean su fin, dándoles impulso y más razones para seguir “jodiendole la paciencia” a todo un país.
Que no se nos quede en el viento los gritos de ¡PATRIA, SOCIALISMO O MUERTE…. VENCEREMOS!. ¿Cómo vencemos así?. Dígame por favor, háganos saber que los está sacando a la calle para que se terminen de hundir en sus arrebatos y así neutralizarlos para siempre. Dígame algo así para saber que responde a una estrategia bien pensada que no vemos los comunes, en especial por esa gente irrecuperable y vendida, que saldrá y seguirá conspirando, cuando no a seguir echándole mierda al país que los vio nacer.
Y mi Presidente, tenga cuidado; cuidado de no ser absorbido por lo de mayor amplitud. Es lamentable, pero si usted no está para impulsar las magnificas ideas que brinda y que otros deben consolidar, se detienen. Es lamentable, pero aún cuando no sea su rol, usted debe estar pendiente de los detalles en las regiones y de las políticas que son de gestión regional, porque hay muy pocos que tienen su misma capacidad y se pierden en medidas, que a lo más llegan a ser puramente asistencialistas, sin profundidad y permanencia. No se nos extravíe, no se nos pierda tanto en esas importantísimas causas que usted lidera e impulsa, tal como la acción integracionista que es necesaria. No se nos concentre tanto en esa justa dignificación de otros pueblos, en las causas humanitarias impostergables. Tenga cuidado Presidente, no se nos disperse tanto, porque del mismo modo nos esparramamos nosotros, y aunque no lleguemos a dudar, aún así ya no empujaríamos en la misma dirección. Los que lo apoyamos estamos aturdidos por los últimos acontecimientos, pero a la vez expectantes, confiados de su accionar próximo… no nos haga esperar demasiado…
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