Corrían los finales de la década de los sesenta y con ellos nuestros años febriles de empuje revolucionario en las luchas estudiantiles, eran tiempos de reforma o renovación y el rectorado de LUZ, había sido tomado por líderes del Fraccion, la JC y el MIR.
Ya militábamos en la JC de la Escuela Técnica Industrial (ETI), y aquella noche fuimos a respaldar a los tomistas, que no dormían de tanto discutir y trabajar en el multigrafo; entonces pregunté, ¿Quien coño es ese que no para de cantar, si ya es de madrugada y somos tan poquitos los que aquí estamos?, a lo que respondió el también hoy ausente, camarada Diegito Hernández, hey, ese es el pana Ali, que vino de Caracas y está echándole bolas con nosotros.
Estoy parapeteado detrás de un cartel que dice “la UCV no se rinde”, escuchando al Rector Bianco, que en los pasillos de Ingeniería está anunciando, ¡que de esta universidad nos sacaran muertos!, horas después, Caldera aplica la “Operación Canguro”, aplasta la renovación universitaria, más no la rebelión estudiantil, y meses mas tarde en la plaza del rectorado, estábamos de nuevo; ahora si, con el conocido fajador de cuatro y guitarra, cantando y gritando la canción de Lennon, en medio de una rueda de estudiante que exigía la reapertura de la UCV.
Ya son los ochenta y venimos de romper nuestra militancia con el PRV – FALN, el otro Alí, crea Tendencia Revolucionaria, resolvemos hacer campaña con José Vicente, y aliarnos para esta tarea con Alí. Fuí comisionado con el cabito para anunciarle nuestra decisión, y allí estaba en su apartamentico del valle, rodeado de sus muchachos y su Sol. “Bueno panitas vamos juntos por la unidad”, nos dijo y así fue, caminó y cantó con su clavel rojo en esa campaña hasta nunca cansarse.
Hoy todavía es su tiempo, mañana pondré un clavel rojo donde está sembrado, porque todos ya lo sabemos; pero yo quiero recordarlo, para que a nadie se le olvide: ¡Nosotros no enterramos a nuestros muertos, los sembramos!
douglas.zabala@hotmail.com