En su acepción literal desmadre significa no tener madre. Aplicado al PSUV esto indica que el partido socialista, en vez de surgir como una fusión de ideas y voluntades populares, fue un embarazo de probeta que violó procesos elementales.
El vicepresidente Ramírez debería saber que aquí se dio entrada franca a cuanto politiquero corrupto hay en la isla. Se dirá que los propios batallones debían excluir a los contrarrevolucionarios, pero resulta que, por poner un caso, Eligio Hernández, alcalde conchupante de Porlamar, constituyó decenas de batallones con empleados municipales, sin que ningún asalariado o contratista se atreviera a llevarle la contraria.
Para ser sincero creo que esa fue una imprevisión cuyos responsables son los estrategas de Caracas. También, para ser justo, los sedicentes alcaldes socialistas se valieron de la misma trácala, obteniendo por coacción el voto de empleados y beneficiarios municipales.
A Nueva Esparta nos enviaron como jerarca y organizador del PSUV al Cmdte. William Fariñas, presidente de Foncrei, quien rápidamente procedió a otorgar créditos y conquistar prosélitos en el terruño insular. Entre una y otra cosa el resultado fue que el partido quedó repleto de sinvergüenzas sin que el encargado del cotarro pusiera el menor reparo. Por lo demás, al que parte y reparte le toca la mejor parte.
Hoy estamos sufriendo las consecuencias. Eligio Hernández, golpista y contrarrevolucionario que emplea procedimientos gangsteriles, copó las elecciones a base de prebendas y amenazas. Los alcaldes bolivarianos hicieron kinos, trifectas y quinielas entre ellos, sus familiares y adeptos.
Por si fuera poco, la contabilización de los sufragios se ha realizado de manera tan irregular y secreta que uno barrunta que, en este caso, lo de "acta mata voto" volvió a ocurrir.
Ahora, como consuelo para los revolucionarios descontentos, se dice que los golpistas y enemigos del proceso serán excluidos del PSUV y de su directiva y quizás tampoco los demás alcaldes figuren entre los 15 escogidos.
Ello le permitiría a William a Fariñas ocupar el primer puesto.
O sea, si nos pela el chingo nos agarra el sin nariz.
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