El pasado primero de junio se celebró la elección de los candidatos del psuv a las alcaldías y gobernaciones. Allí participó quien quiso ser candidato, unos pocos con opción verdadera de ser un candidato y muchos más que no representaban una opción válida, algunos que no sacaron ni los votos familiares. Luego aparecieron los decepcionados, que a pesar de haber perdido la contienda, no tienen la suficiente madurez para aceptar su derrota y han proferido cualquier cantidad de epítetos sobre la razón de su pérdida, atribuyéndola a causas externas a ellos, y nunca a que no tienen arraigo ni liderazgo para ser el candidato.
Hasta allí todo es folklórico, una vieja costumbre y hasta ejemplos y modo de actuar cuarto republicano, muy arraigado en el interior de muchos que se llaman revolucionarios, pero que son verdaderas manifestaciones de lo que se ha querido erradicar con el proceso de cambios que lideriza Hugo Chávez; incluso han quienes están acostumbrados a participar en procesos internos del partido que apoya al líder, y luego que no obtienen el beneficio de la candidatura, abren tienda aparte y se lanzan con otras organizaciones o por iniciativa propia hasta después de las elecciones, y cuando viene otro proceso electoral repiten todo el ciclo…
Actualmente, algunos de esos personajes han aparecido en el psuv, y no nos debe extrañar que a pesar de haber contraído el compromiso de apoyar al ganador fuese quien fuese el ganador, una vez que no fueron favorecidos no lo apoyarán y buscarán la manera de ser candidatos incluso se podrá ver campañas de desprestigio a algunos candidatos del psuv por parte de algunos de esos que compitieron internamente y no fueron favorecidos con el voto mayoriratario.
Esto seguirá siendo una práctica común hasta que en realidad se cumplan los reglamentos y sean sancionados quienes incurran en estas prácticas, que en muchos casos no se corresponden con el sentir de la ciudadanía sino a la búsqueda de satisfacer apetencias personales que pasan por el resolver problemas económicos personales y familiares…
Se es o no se es revolucionario, no por el decir sino por el sentir y el actuar, ese es el problema.
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