Ser revolucionario no es un switch

Cuando alguien me pregunta: ¿Es usted revolucionario?, le contesto: me gustaría serlo. Creo que es la mejor respuesta en estos tiempos, ser revolucionario es un aprendizaje, es una meta a alcanzar. Me gusta asociarlo a los interruptores o switches, ser revolucionario no es un switch que se presiona y listo, ya lo somos. El aprendizaje puede ser doloroso, no tenemos a nadie que nos evalúe, que nos estimule a seguir el penoso camino. Y no hablemos de socialismo, tampoco lo somos, es el mismo concepto, para llegar a ser un socialista perfecto se debe estar en armonía con nosotros mismos, no debemos tener odio, este sentimiento es contrario al progreso socialista. Ser socialista no es un dogma. No somos socialistas porque tengamos una camisa roja con su gorra del mismo color. Ser socialista, ni siquiera es aquel líder que vocifera recitando en perfecto orden, palabras y frases del Che o de Marx. Pienso que el revolucionario es un estado de conciencia, se puede llegar a ese estado de conciencia. Lo primero que debemos hacer es desintoxicarnos de la mierda mediática, de toda, no crea que es solo de los canales como Globovisión, Radio Caracas Internacional, Venevisión. También debemos desintoxicarnos del Canal del Estado. Debemos eliminar en nosotros toda posibilidad de manipulación de conciencias. Ese estado de desintoxicación lleva su tiempo, poner en el filtro de nuestra conciencia toda noticia o comentario, no dejar nada al sueño mediático. Debemos pensar por nosotros mismos, no aceptar chantajes ni miedos. El Estado Venezolano es eminentemente capitalista, dependiente totalmente de los centros de poder mundial, pero se dice Estado socialista. ¿Qué cambió desde los gobiernos de la IV República? Me lo he preguntado muchas veces. Esa dependencia es mortal para la revolución, ese no producir nada, solo petróleo. Ahora con todos estos acuerdos entre países Latinoamericanos: Brasil, Colombia, Cuba, Ecuador, Perú, Bolivia, Venezuela se convirtió en un país comprador más que vendedor, de todos los productos agrícolas. Venezuela no tiene capacidad de producción de alimentos teniendo una de las mejores tierras del Continente. Le colocaron a Venezuela ese arquetipo de país comprador dependiente. Con acuerdos así, Venezuela nunca saldrá de esta dependencia, no se autoabastece en ningún rubro agrícola, y todo por las malas políticas del Estado socialista, que tiene terrible miedo de potenciar la agricultura y ganadería local, porque de esta manera estaría potenciando a empresarios Venezolanos. El Estado tiene más confianza en los agricultores extranjeros que en los Venezolanos. Tiene más confianza en los médicos extranjeros que en los médicos Venezolanos. Tiene más confianza en los educadores extranjeros que en los educadores Venezolanos. Está más seguro con los militares extranjeros que con los venezolanos. Verdaderamente, este síndrome del miedo se fue inyectando muy adentro desde el golpe de Estado contra la Industria Petrolera. El Estado Venezolano tiene terrible miedo a perder el poder, y eso lo anula por completo. No existen en Venezuela socialistas, sino socios listos, están en todas partes del territorio nacional, dentro de la política, haciendo suculentos negocios, están en la estructura militar, en la Banca. Estos socios listos utilizan el concepto de socialismo para pervertirlo, sacar provecho de él. Cuando se habla que existen, dentro de la revolución, personas que podrían destruirlo desde adentro, como una implosión, se debe, primeramente, buscarlos muy cerca del Presidente y del poder. A estos socios listos les encanta salir por televisión, son los empresarios socialistas que se están llenando ahora más que nunca con este proceso. Son políticos con deseos de sustituir al líder, pero no para el futuro, es para el presente, es para ya. Son conocidos, tienen medios de comunicación.

Es la lucha obsesiva por el poder. La cúpula militar también lo ambiciona. Tiene sus fracturas internas, está cohesionada a medias. Se hablan a media voz, muestran su molestia, pero la callan por temor a perder sus posiciones. Mas de un militar está molesto con el saludo de Patria, socialismo o muerte, venceremos, pero callan, no tienen suficientes bolas para expresar sus ideas y pensamientos.

El Estado teme de algunos de ellos. ¿Qué canibalismo es este? La guerra del silencio, retroceso y avance. Políticas contradictorias del Estado, cambios de ministros que destruyen cualquier avance importante. ¿Se puede gobernar un país con tantas contradicciones? ¿Es que se quiere jugar a un colapso de la economía? ¿Qué busca el Estado socialista con esta manera mediocre de manejar el país?


sedelu@hotmail.com


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Sergio Delgado


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