Del otro lado el socialista utópico o lo que dentro de su núcleo familiar se le denomina simplemente “pendejo”. Pateador de calle martillando para sobrevivir el día a día tratando de hacer revolución, concientizador que se arrecha en los consejos comunales cuando ve algún proyecto “piche”, bocón que habla de ideales a los “misioneros cobra beca anti-parabolas del proceso” que viven agotados por clases llenas de luces. Pensador que involuciona en carencias elementales acabando con sus propias neuronas, al llenar solo con carbohidratos su hogar, para alimentarse con sus “chamos” viendo televisión y esperando la fiesta del consejo comunal de su ámbito territorial. Desempleado que se confunde y no entiende porqué aplicar 3R (revisión, rectificación y reimpulso) en su mundo de necesidades. Así se respira y se comenta en la calle con el ambiente político puesto en escena.
Este panorama exige estar atentos ante la guerra mediática que destroza el pensamiento en confusión; exceptuando al revolucionario en esencia, que ve positivo y se ha beneficiado de manera justa con el proceso de cambio, existe un grueso de venezolanos que mientras mas se beneficia de la revolución, mas habla paja y conspira para acabarla en una contradicción impensable pero real. Uno se pregunta: ¿qué está pasando?...y la respuesta es: ¡el venezolano está arrecho de tantas traiciones e inmoralidad pululando vergonzosamente las calles!
La mayor debilidad ha sido tanta plata rondando y poca conciencia en los cerebros, tanto camaleón en las estructuras del poder y tanto socialista execrado, mucho joven revolucionario con camisa del Che marca Nike y mucho borracho de maniquí rojo, poca revisión de la historia y mucha novela enlatada en tv por cable, mucho silencio si hay plata en el bolsillo y mucha bulla si no llega la beca, mucha corrupción y doble moral, poco sentido patriótico, mucha debilidad de tentación ante lo material y escaso sentido colectivista, mucho egocentrismo, “yoismo” y egotismo en los liderazgos acompañado de mucha sumisión y silencio en los seguidores.
La involución dentro de la revolución se va cuajando con los partidarios que fueron revolucionarios y ahora son de la oposición rancia...una especie de “miquilenismo” (acompañantes de Luis Miquilena; primer traidor del proceso) dentro del MVR, que se vuelve ahora, una especie de “garcismo” (seguidores de Ismael García y Podemos) colados en el PSUV para volver a empichar la revolución con mas conspiradores. El panorama se torna gris si la conciencia no despierta, la sangre correrá como río si permite el aniquilamiento revolucionario; cuando hablamos de patria, socialismo; de allí la expresión final: ...o muerte!.
Más allá de lo que muchos puedan ver como idea simplista o discusión estéril lo anteriormente escrito, todavía esperamos por la revolución dentro de la revolución planteada por el Comandante Izarra, trayendo al recuerdo un pensamiento de Vladimir Ilich Lenin: ¡no debemos ocultar nuestros errores ante el enemigo. Quien tema esto, no es revolucionario!
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