Si la felicidad no es para todos
es mera vanidad de la clase dominante
construyamos el socialismo.
No hay dudas, que después de diez años de batalla por la construcción de una nación justa, el mayor logro de la revolución ha sido despertar en el colectivo la necesidad de saber y hacer su historia desde la perspectiva de un modelo propio que satisfaga sus necesidades materiales de existencia y mas importante aun, abra el horizonte para todos y por todos.
Pero los únicos que al parecer no entienden, o no quieren entender este magno objetivo social, son aquellos cuyas pobres vidas la han dedicado al logro de bienes, servicios, modos y costumbres que le ofrezcan un estatus de privilegio, una posición de exclusividad distante de la sociedad y sobre todo lejos de esa gente pobre, sin educación y de mal gusto, que a los sumos podrá servir para hacer trabajo manuales propios de quienes no tienen educación. Lo trágico, es que en su cacareada individualidad y su exclusividad, conforman sin percatarse un conglomerado uniformado por la ropa, las marcas y los prejuicios seudo intelectuales.
Una vida casada con la simulación del saber, tener y poder, como "arte del buen vivir", una existencia sin esencia, dominada la vacuidad, inundados hasta el alma y más a allá de sus patéticas convicciones neo nazistas de impertinente hedor imperialista, cargada de todo cuanto traen los medios, sus modelos de consumo pequeño burgueses y su inagotable estrategias de mercado.
Ellos aun no se percatan que el problema sustantivo de la política en Venezuela es que los excluidos se han emancipado, que aquellos que nunca tuvieron voz propia, hoy gritan con el alma sus aspiraciones por construir la historia de las mayorías.
No quiero darle consejos a los opositores, pero no fuera socialista si no me doliera su desgracia por tener que consumir y vomitar a diario el veneno mediático anti chavista y contra socialista, con el que se contradice hasta sus propias existencias y niegan toda posibilidad a la razón. Aunque en descargo de mi modesta pretensión por liberarlos de su martirio, se que ellos no entienden que los mal llamados chavistas, castro comunistas, estamos haciendo patria, por el camino del socialismo pues de lo contrario volveríamos a la oscuridad de la muerte, o lo que es lo mismo, al capitalismo y sus elites enriquecidas con el dolor y sufrir de los millones de hombres y mujeres obviados en las barriadas de la patria y en los ghetos de la clase media consumista.
En consecuencia extendemos la mano y los llamamos a la conciencia de sentirse venezolanos que quieren una patria grande soñadora y libertaria, llamamos a aquello que por temor a la realidad se han autoexcluido de la historia presente y que para colmos de males hoy ven el descalabro de los viudos y viudas de la cuarta republica los cuales no cesan en sus conocidas estrategias para intentar doblegar la voluntad de las mayorías pobres emancipadas en estos diez años de revolución.
Estamos en elecciones, en la fiesta electoral donde por cierto este gobierno nos ha invitado mas de una docena de veces, pero es conveniente reflexionar, mientras los obcecados opositores insisten en mostrarnos un conjunto de súper hombre para cada cargo de elección popular, los bolivarianos presentamos un proyecto de país, de la mano del poder popular como candidato real. En ese orden de ideas, la revolución se distancia de sus adversarios y el pueblo sabio así lo sabe y la acompaña.
(*)Dr.
Profesor Investigador Políticas Públicas
y Desarrollo Económico UNERG
Analista Internacional
internacional_bolivariana@yahoo.es