Con razón nuestro himno Nacional, nombra al aguerrido pueblo caraqueño en sus estrofas y ordena al soberano, cuando dice: “ Y si el despotismo, levanta la voz, seguid el ejemplo que Caracas dio”.
Es que esos barrios, esos herederos de Bolívar, que circundan la llamada ciudad de los techos rojos, esos habitantes de la hoy gran metrópolis de cara al Caribe, que representa la casta del criollo, que como Guaicaipuro, Tamanaco y el cacique Naiguatá derrotaron el yugo imperialista e hicieron respetar la virtud y el honor, son los mismos que en Abril rescataron el hilo constitucional dando al traste con el efímero golpe protagonizado por un grupo de canallas que instalaron una dictadura de 48 horas y que fueron barridos con la misma fuerza con que tristemente nació esa traición asesina, que llenó de sangre las calles y los corazones de muchos compatriotas que perdieron la vida en aquellos aciagos días.
Solo el Presidente Chávez, pudo contener aquella fuerza arrasadora y liberadora que se había desatado como un gigante dormido desde todos los rincones de la sultana del Avila, al pedirle al pueblo caraqueño que retornara a sus casas y volviera la calma a la ciudad, que mostraba estelas de humo y signos de destrucción en sus cuatro costados y amenazaba raudamente con extenderse hacia los responsables directos de la batalla mediática, los medios de comunicación privados y políticos asesinos que deben su desdichada vida y su impune conducta fratricida a la sublime aparición del presidente legítimamente elegido por ese tsunami humano que lo reclamaba.
Por eso, estos inolvidables días de Abril el país como un todo acompaña con orgullo la celebración de la victoria popular conducida valientemente por el pueblo caraqueño, pidiéndole a Dios por el alma de los caídos en la batalla, por la resignación de sus familiares, por la justicia, al exigir castigo a los responsables de la masacre que aun mantienen la espada desenvainada hiriendo impunemente la inteligencia de ese pueblo que no les perdona y que apacible pero firme espera, se mantiene vigilante de cualquier amenaza que intente volver a mancillar su voluntad soberana, la de vivir en paz y libertad de la mano del comandante.
“Gloria al Bravo pueblo, que el yugo lanzó, la ley respetando la virtud y honor”
Patria, Socialismo o Muerte………….Venceremos
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