Tabanuco venia
de la regia militancia donde cada palabra era acompañada con el riesgo
y la metralla, nunca puso condiciones y las pocas veces que le vi exigir
algo, fue su decidido puesto en la vanguardia. En una Semana Santa de
Abril se apareció por mi casa y me dijo: Marco Polo, aquí está el
plan, es menos riesgoso, vamos a cobrar sin apretar nada y arrancaremos
en Mayo con todos nuestros planes: la revista, los recursos, la escuela
de cuadros, el traslado de nuestros camaradas hacia el trabajo de masas,
ahora si le daremos el impulso a nuestra Tendencia Revolucionaria.
Son los días
santos del Abril del siglo pasado, del Abril de 1982, una noche salimos
a buscar vituallas hacia Caracas y para mi asombro llegamos al 23 de
Enero combativo de siempre; frente a los Bloques, subimos al Barrio
y entramos a su “Bunker”. Me hace sentir orgulloso por la confianza
demostrada en aquel rancho, desplaza un viejo mueble y allí sendo túnel:
su cuartel general, es guerrillero urbano, es bondad y coraje, es espoleta
y fusil, es obrero militante, intelectual de pocas palabras, pero por
ellas empeñaba hasta la vida.
Ese mañana;
la última vez que vi su rostro, hasta estos días que el camarada Armando
(Chino) Daza, después de 27 años me hiciera llegar su fotografía;
me dijo como si lanzará una premonición. ¡Vendrán los tiempos donde
se acabaran nuestros días de hambre, nos vemos la semana que viene!
Todos sabíamos para donde iba Tabanuco y para donde íbamos todos.
Fue en la
Sierra de Falcón, vía Hueque, Cabure y San luis. Todo Coro es una
alarma, dicen que son bandoleros, otros que son guerrilleros y Tabanuco
estaba allí frente a sus esbirros, con su pantalón y camisa de caqui,
sonriéndole a la vida y despreciando a la muerte. Sus esbirros
no le iban a perdonar su compromiso con la lealtad y la firmeza revolucionaria,
ni una palabra, ni un lamento se escucho en la sierra, tampoco en el
mar.
Es Abril día
29 del 1982, es su último combate, cae prisionero, es desaparecido,
torturado, pero no vencido. Todavía el 2 de Mayo por presión del camarada
José Vicente Rangel, sus esbirros lo presentan ante los medios, la
revista Resumen de Jorge Olavarria, lo saca en la portada casi agonizando.
Al otro día el 3 de Mayo deciden asesinarlo y esconder su cuerpo. En
la Sierra no dejaron huellas, pero hoy camina con nosotros. Los pescadores
dicen que se lo llevó el mar, pero hoy aparece y esta presente en todos
nuestros actos.
¡Honor y gloria a TABANUCO, a los 27 años de su último combate!