Grano de Maíz

Fortalecer el campo enemigo

Hoy en Venezuela está el centro de la guerra entre capitalismo y Socialismo, tenemos la responsabilidad más grande que un pueblo haya tenido, hoy somos responsables del destino de la humanidad, si nosotros no señalamos el rumbo cierto, si nos conformamos con adelantos, pero no con cambios de estructuras, de espíritu, entonces habremos arado en el mar, todo el esfuerzo y las buenas intenciones habrán sido vanos.

Nuestra responsabilidad, nuestro reto es demostrar al mundo que el Socialismo es posible, que es la única vía para salvar a la humanidad y la vida planetaria, que es la única manera de rescatar la armonía perdida.

La Revolución Bolivariana ha avanzado mucho, llegar a la encrucijada definitiva, donde el Socialismo es una opción real, es una hazaña, o mejor, un auténtico milagro. Mientras el resto del mundo se bate en atar sus vidas a los índices de una economía donde el humano no cuenta, aquí en Venezuela se tuvo la valentía de hablar de Socialismo, de levantarlo y echarlo a andar, de explorar formas de construirlo, romper con lo que estorbaba al camino, hacer alianzas con los que facilitaban el rumbo.

Ahora que estamos en etapa definitoria es responsabilidad de los líderes de la Revolución transmitir al pueblo la idea de que sólo el Socialismo podrá resolver los problemas de hoy creados por el capitalismo, y garantizar la vida a la humanidad.
Ya no hay tiempo para extravíos, algunas cosas hemos aprendido de nuestra experiencia. Veamos.

Primero, es la Propiedad Social de los Medios de Producción la que determina la distribución y el consumo socialista, aquí no debemos hacer concesiones a ficciones que proponen comercio socialista y medios de producción en manos de nosociales.

Segundo, sólo hegemonía de la Propiedad Social de los Medios de Producción hace posible la hegemonía de la Conciencia del Deber Social, pilar fundamental del Socialismo, su objetivo central. Entonces las propuestas de propiedad nosocial nunca nos acercarán al Socialismo, sólo pueden aceptarse como requerimientos tácticos, nunca estratégicos.

Tercero, la convivencia con el capitalismo es la cohabitación de enemigos irreconciliables, sólo explicable como una etapa táctica, nunca se pueden plantear como metas socialistas. El capitalismo siempre intentará yugular al Socialismo.
Cuarto, la meta de los revolucionarios es construir el Socialismo y este se construye a partir de la Zona Socialista, es decir, haciendo Socialismo.

Por tanto, fortalecer al capitalismo, fortalecer a la propiedad nosocial, con la excusa que sea, es fortalecer al enemigo en esta guerra sin cuartel que nunca ganaremos fortaleciendo al capitalismo.
Hacer concesiones estratégicas a la propiedad nosocial, le hace un daño irreparable a la causa socialista, porque multiplica por millón la conciencia egoísta, y esa debilidad en la economía se convierte en un claro riesgo de derrumbe de la posibilidad socialista, de la pérdida de la guerra que hoy libra la humanidad.

Los revolucionarios debemos tener claro que estimular trampas tipo “emprealba”, o el comercio socialista impulsando la industria de propiedad nosocial es fortalecer el campo enemigo.
¡El Socialismo se construye con Socialismo!
¡Chávez es Socialismo!


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Antonio Aponte

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