El sistema oligarca se sostiene sobre la
manipulación de estos sentimientos, siendo así, la Revolución debe
recuperarlos transformándolos en soportes de una nueva vida espiritual
de la sociedad. Veamos.
Se construyen generadores de miedo para conducir a la sociedad.
Si
analizamos un poco encontraremos en el miedo una de las causas de las
altas ventas de celulares. Pero es el miedo a las pérdidas donde la
oligarquía asienta con más fuerza la manipulación de la sociedad.
Primero, el miedo a la muerte,
que es la pérdida mayor. Así, la esencia de la medicina capitalista es
una velada promesa de vida eterna: si hay dinero todo se puede comprar,
hasta la vida eterna.
Otro miedo es a la pérdida de la juventud,
hoy asistimos asombrados a un festival de bisturí, de inyecciones, de
sustancias azules, todo tras la promesa, dinero mediante, de saltarse
las leyes de la biología y de la gravedad.
La manipulación del miedo adquiere visos de crueldad cuando se manipula a las madres con el temor a la pérdida de sus hijos.
Siempre que la oligarquía está en peligro apela al miedo instintivo de
las madres a perder sus hijos. Es el caso de la Revolución Bolivariana,
ahora se levanta el miedo a la pérdida de la patria potestad, o a la
tal ideologización.
El mismo miedo se movió contra la Revolución Cubana y contra la Sandinista , y ni se diga con la Revolución Bolchevique.
La
Revolución debe ir a la raíz de estos miedos, y allí combatirlos,
aclarar que es profundamente respetuosa de las relaciones amorosas. Al
contrario de perjudicar el amor materno, la Revolución crea condiciones
reales para que este se exprese: garantiza el desarrollo pleno de las
potencialidades de los niños, les garantiza alimentación adecuada,
salud, recreación, albergue, espacio y tiempo para la convivencia. ¿Qué
mayor anhelo que este para las madres? ¡El Socialismo asegura el futuro
de los niños!
La Revolución debe construir humanos que se valoricen por el “ser”, más que por el “tener”.
Humanos conscientes de sus limitaciones, y de su biológica evolución,
que se hagan fuertes y grandes dentro de esta comprensión.
Otro
de los principales sostenedores del sistema oligarca es la Ilusión de
que los problemas sociales se pueden resolver de manera individual,
esta es la base del egoísmo: todos pugnando, unos contra otros, por
“sacarnos el premio gordo en la vida”.
El
capitalismo nos dice “todos pueden”, “fíjate este emprendedor que lo
hizo”, la publicidad y los medios están llenos de estos ejemplos. Así
consiguen fragmentar las luchas sociales hasta hacerlas imposibles,
esta ilusión es, sin duda, una de las mayores defensas del sistema
capitalista.
La Revolución Bolivariana debe develar este fraude, demostrar que no es posible resolver los problemas de manera individual, que la mayor suma de felicidad posible de la que nos habló El Libertador, sólo se consigue socialmente, es decir, con el Socialismo.
¡Chávez, es Socialismo!
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