Construcción del Proyecto Bolivariano en 5 tiempos (II)

Definición de proyectos políticos. La Revolución Política en marcha.

El modelo de democracia y de globalización que ofreció el sistema capitalista para mantener a los pueblos al margen de la soberanía y autodeterminación, enseña con mucha crudeza su carácter bárbaro. De la descomposición de la democracia burguesa o representativa, germina una nueva democracia en el continente americano, el cual está cobrando forma en Venezuela: la democracia participativa y protagónica, rebelde y revolucionaria.

En la época de mayor credibilidad de la democracia burguesa, los pobres que lograban ejercer su derecho a elegir[1], dejaban todas las decisiones sobre su destino en manos de una aristocracia, instalada en partidos políticos y en sindicatos, que ejercía un gobierno a favor de los que tenían el poder económico y vendía la soberanía nacional firmando acuerdos de libre comercio, que colocaban la riqueza nacional de los países colonizados en manos de empresas transnacionales bajo condiciones leoninas. En fin, las élites acumulaban riquezas a costa del sudor y la sangre de los que las producen.

Pese al desgaste de la democracia burguesa, las oligarquías locales e imperiales buscan arremeter contra esa institucionalidad creada por ellas antes de que se transforme el viejo modelo de manera radical o se refunde en nuevas repúblicas. Se valen de todos los recursos que están a su alcance. Ante los ojos del mundo han utilizado el autonomismo territorial y su consecuente fragmentación del Estado-Nación; la represión policial o militar y el asesinato selectivo de dirigentes populares; alzamientos de cúpulas militares; confabulaciones mediáticas a través de guerras de cuarta generación[2], cuyo impacto en la población logra confundir y desvirtuar los objetivos estratégicos del movimiento popular.

Ante la imposibilidad de derrotar contundentemente el avance de las fuerzas progresistas en el continente americano, las oligarquías enfilan sus baterías contra Honduras a través de esquemas dictatoriales de vieja factura[3] o a planes más refinados, como el golpe militar y mediático sufrido por el pueblo y el gobierno Bolivariano en abril 2002. El país centroamericano se presentó como un eje de gran resonancia por al menos dos hechos políticos que transcurrieron en él, en el último trimestre de este año:

.- En la Asamblea General de la OEA en San Pedro de Sula, EEUU no pudo no pudo defender más el aislamiento político aplicado a Cuba y esta organización levantó la sanción en su contra, mostrándose más fuerte la presión contra el bloqueo gringo.

.- El Presidente Manuel Zelaya movilizó a las fuerzas populares y a las instituciones del viejo Estado para que se le preguntara al pueblo si optaban o no por hacer un proceso refrendario, para decidir entre esa vieja democracia y otra de carácter participativo, a través de en un proceso constituyente.

Esto fue el remate de lo que podía aspirar una República concebida por esas oligarquías como “bananera”[4]. Zelaya trató de imponer su autoridad legítima contra los medios locales y la vieja institucionalidad que, valiéndose de artilugios legales, sentenciaron en contra de la participación del pueblo y colocaron al Presidente de Honduras como un criminal. Desde su deportación las élites en el poder, asumiendo la defensa de la constitución, han violado tantos DDHH como han considerado necesarios con tal de mantener el control de la situación[5].

¿Por qué honduras es el foco de atención? ¿A qué le teme tanto las oligarquías? Pero es preferible responder en ese sentido ¿Sólo debe la embestida golpista a la aspiración de un país por revisar y replantearse su sistema político?

No. La confrontación mediática muestra entre líneas lo que esta en juego: Un proyecto que cobra cada vez más fuerza se contrapone a entregarle a EEUU el resto del continente americano como su patio trasero... Se enfrenta la Doctrina Monroe de América para los (norte) americanos contra la Doctrina Bolivariana sustentada en la unión de Repúblicas y la soberanía popular, casi 200 años después. Se gestan nuevas organizaciones políticas, financieras y petroleras regionales sin injerencia norteamericana. Se construye la multipolaridad como estrategia internacional para diversificar relaciones políticas, económicas y culturales, creando nuevos bloques de poder en contra de la unipolaridad hegemónica estadounidense.

El declive hegemónico se expresa en estos momentos con la confrontación de las viejas y nuevas organizaciones multilaterales[6] contra la oligarquía apátrida hondureña y sus socios extranjeros, apoyados por la primera gran conjura mediática en el mundo occidental que llega a desconocer las decisiones del modelo democrático burgués, ese que por tanto tiempo protegió al Cuarto Poder. Sin un cambio real, EEUU mantiene su doble moral rechazando el golpe, pero sostendrá su financiamiento capaz de mantener a esa dictadura a flote a pesar de las medidas diplomáticas y económicas de aislamiento y bloqueo de gran parte de la comunidad internacional.

¿Quién podrá cambiar un escenario en apariencia adverso?

La soberanía popular en ejercicio debe detener el desarrollo de la institucionalidad golpista e insurgir como Poder Constituyente contra el régimen de facto. Es el pueblo hondureño en movilización, con mayor organización y mayor conciencia de lo que está en juego, con el apoyo popular del continente y el mundo, en todas las formas que sean necesarias.

Honduras es una lección más del enfrentamiento histórico entre los ricos y poderosos contra las grandes mayorías que responden a favor de las propuestas anti-neoliberales y patrióticas[7]. En este siglo, el sur del continente americano ha derrocado gobiernos traidores y entreguistas, ha desarrollado asambleas constituyentes, todo esto bajo un tipo de lucha contundente basada en la movilización e insurrección popular esencialmente pacífica en busca de objetivos políticos cada vez más claros: la defensa de la soberanía popular y la conquista del poder. Se produce con más fuerza un frente popular antiimperialista, y dentro de él, una alianza de países por el socialismo.

La estirpe rebelde y protagonista del pueblo venezolano despierta nuevamente, como lo ha hecho en otros eventos trascendentes en su historia. Este pueblo decidió refundar la República en 1999, derrocar un régimen fascista en el 2002, rescatar la industria petrolera del sabotaje, retomar el espíritu de la gesta independentista en la Fuerza Armada y avanzar hacia el socialismo Bolivariano en tan solo 10 años, aun tomando en cuenta el frenazo que aparentemente significó la derrota electoral con la propuesta de reforma constitucional, que no detuvo la marcha de la revolución, como se ratifica en el ámbito electoral con las elecciones regionales y el referéndum por la enmienda.

El sendero recorrido ha permitido acumular fuerzas para lograr conquistas históricas y avanzar en la solidaridad y unión de los pueblos del continente, luchando hombro con hombro a través del ALBA para avanzar en la solidaridad y cooperación entre las naciones como una política internacionalista, buscando satisfacer sus necesidades genuinas. El mecanismo más significativo para romper las desigualdades en las relaciones comerciales ha sido el intercambio de productos para satisfacción de necesidades recíprocas, sumado con ello la transferencia tecnológica.

El sostén de esta contraofensiva internacional que afecta las reglas del capitalismo global, es el desarrollo en Venezuela del Socialismo Bolivariano:

.- Se enterró el Pacto de Punto Fijo y con él falleció la IV República[8]: En las últimas décadas del siglo XX se propagandeó hasta el cansancio a la democracia burguesa venezolana como modelo para el continente, sostenida por una rotunda complicidad de la gran mayoría de los medios privados y del Estado para ocultar y disfrazar el modus operandi del Estado represor, así como las causas y consecuencias de la agitación popular y desmovilización política-militar de las fuerzas de izquierda.

.- Se desmitificó a la alternancia del bipartidismo adeco-copeñano como sinónimo de democracia, la expresión popular ratificó una y otra vez que la alternativa es para decidir entre dos proyectos políticos confrontados, como ha sucedido desde 1998, no entre dos caras de la misma moneda (AD y COPEI con la misma agenda neoliberal).

.- Nace la V República soportada en la votación popular: una nueva Carta Magna, la creación de nuevas instituciones, la re-legitimación de todos los cargos de elección desde el 2000, la revocatoria o ratificación de mandatos populares, decidir sobre una reforma o enmienda constitucional.

.- El Poder Ejecutivo ha estado en constante re-acomodo de sus Ministerios, organismos y funciones con tal de adecuarse a las demandas de la Revolución.

.- A través del Presidente Chávez el gobierno Bolivariano ha promovido nuevas formas de organización popular que inciden cada vez más en la planificación, ejecución y seguimiento de las Políticas Públicas.

.- El hecho electoral ha pasado a ser un hecho cada vez más colectivo y menos individualista.

.- La movilización popular esencialmente pacífica ha sido un eje determinante para revertir las acciones desestabilizadoras, inconstitucionales e ilegítimas.

.- La fundación de un partido de la Revolución ha permitido al pueblo aprender a construir una organización política que no sea como en la época de la clandestinidad ni exclusivamente desde las cúpulas.

.- La redacción de decretos con rango valor y fuerza de Ley que han apuntado a restarle poder a las relaciones de explotación y dominación capitalista: Redistribución de la renta petrolera, ilegalización del latifundio y de la pesca de arrastre, control y apropiación de sectores estratégicos de la economía nacional, legalización y promoción de diversas formas de organización popular y medios de comunicación comunitaria y alternativa, etc. Este marco legal fue dictado casi absolutamente a través de las Leyes Habilitantes, resultado de una concesión constitucional del Poder Legislativo al Ejecutivo para legislar sobre materias claramente delegadas.

La profundización de la Revolución Política en cuanto a la Unión de Repúblicas y Soberanía Popular lleva en su seno las contradicciones del tránsito entre un sistema que mientras no termina de morir, de su vientre trata de renacer el Socialismo. Como ejemplos están los pueblos de Ecuador y Bolivia: Vencen intentonas desestabilizadoras nacionales e internacionales, debaten sobre el socialismo, luchan por el control de sus riquezas naturales y deciden refundar sus Repúblicas.

A pesar de haber avanzado en el control político de los gobiernos y de los sectores estratégicos productivos, las fuerzas revolucionarias aun no han logrado quebrar el espinazo de las oligarquías: ellas siguen siendo:

.- Dueñas de gran parte del sector financiero usurero,

.- Acaparadoras de los medios de producción que transforman la riqueza para uso y consumo de la sociedad según las condiciones que ellos nos imponen, y

.- Propietarias de los grandes medios de difusión masivos a nivel local e internacional, los cuales moldean (producen y reproducen) la cultura capitalista basada en la desmemoria, violencia injustificada, sexo desenfrenado, consumismo, autoritarismo empresarial, segregación por raza, género, clase social, posición política, etc.

El enfrentamiento está declarado, así se asuma o no. Dijo Salvador Allende un 11 de septiembre de 1973, en momento definitorio para su vida y la de su pueblo que “la historia no se detiene, ni con la represión ni con el crimen.”

Es bueno recordar significativas palabras de Fidel Castro a propósito de tiempos con dolores de parto como éste, que a partir de lo social marcan el rumbo de la Revolución Política:
“Ningún sistema social se resignó a desaparecer de motu propio. Ningún sistema social se resignó a las revoluciones. Y desde luego, por eso nosotros decíamos que alguna vez fueron buenos. Solo que hoy están condenados por la historia, están sencillamente caducos, son sencillamente anacrónicos. Y los anacronismos existen mientras pueden existir. Los anacronismos subsisten mientras los pueblos no tienen fuerza suficiente para cambiarlos. Los anacronismos subsisten simplemente mientras no puedan ser cambiados. Pero el que no puedan ser cambiados en un momento dado de un proceso no significa históricamente que serán eternos”[9]

Continuará…

cilibertoo@pdvsa.com
(*) Trabajador petrolero
Militante del PSUV


[1] El sistema electoral en el continente sur americano se estructuró para concentrar más centro de votación en la cuidad que en el campo, y dentro de las ciudades, en las zonas urbanizadas más que en los barrios y demás anillos de miseria.

[2] Denominación dentro de la doctrina militar estadounidense basada en estrategias de combate no convencionales. El término se origina en 1989 a través de un documento denominado “El rostro cambiante de la guerra: hacia la cuarta generación”

[3] Recordatorio de regímenes militares con fachadas civiles, ejemplo: Los Somoza en Nicaragua.

[4] Término peyorativo, acuñado para Honduras en 1904 por el tipo de régimen y el principal producto de explotación, usado para describir ciertos gobiernos sumisos a loa países ricos, de África, Asia, sur y Centroamérica.
[5] Algunos derechos violados hasta ahora con el régimen de facto hondureño: Libertad de prensa, de expresión y de tránsito; derecho a organizarse públicamente, a elegir, al debido proceso, etc.
[6] Entre las viejas se hace referencia a la ONU, la OEA, la Unión Europea y entre las nuevas al ALBA, UNASUR y PETROCARIBE.

[7] A esas propuestas llegan al simplismo de llamarlas populistas la mayoría de los medios de difusión.
[8] La IV República nace en 1830 sobre los escombros de la Gran Colombia traicionada por José A. Páez en Venezuela, quién se consagró como primer presidente de Venezuela sobre una Constitución Nacional que restableció la esclavitud y restringió el derecho a elegir o ser elegido solo a los que tuvieran propiedad raíz que produjera una determinada renta anual o devengara igual suma por el sueldo como empleado o por ejercicio de alguna profesión. El pacto de punto fijo, fase final de la IV República, fue un pacto de elites, por las elites y para las élites, que a través del bipartidismo mantuvo desenfocada la lucha popular desde 1961 hasta la década de los noventa.

[9] Discurso pronunciado en el acto de despedida que le brindo el pueblo de Chile, en el Estadio Nacional, Santiago de Chile, Chile, 2 de diciembre de 1971.


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Olaf A. Ciliberto. G


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