Es más que evidente que hicieron trampa con los reparos, como la hicieron con el firmazo, como la trampa del 11 y 12 de abril.
Clonaron cédulas y falsificaron cuadernos de reparo. Pusieron a votar a los muertos. Se les agarró con las manos en la masa, con bolsos repletos de cédulas “chimbas”, metidos en sus “covachas de guacharacas” fabricando el fraude y la próxima “guarimba”.
Denuncias sobran; lo que falta es justicia y acción en consecuencia.
Que no vengan a quejarse ahora de los posibles “tecnicismos” obstaculizadores: Las firmas de los reparos habría que revisarlas con super-lupas y contrastarlas cuidadosamente con las del llamado “firmazo”. Toda firma que no corresponda deberá ser invalidada, no se puede negociar con esto; no se puede sujetar a ningún tipo de acuerdo político.
Pero los delitos electorales han sido tan escandalosos y extendidos que ameritan la anulación del proceso de reparos completo.
El delito electoral y el fraude no pueden tener recompensa, ni tolerancia, ni complacencia. Es decir; no puede tener complicidad. Transigir sería claudicar, traicionar y pisotear los derechos constitucionales del pueblo. Si hay delito y delincuente TIENE QUE HABER CASTIGO, no sólo para las mulas de cédulas clonadas sino principalmente para los grandes capos: Los dirigentes de la Coordinadora Golpista.
Ellos también tienen pendiente la cuenta por los muertos del 11 de Abril, por el secuestro de Chávez, por el golpe fascista, por los daños causados con el paro-sabotaje petrolero, por los desastres de la “guarimba”, por los paramilitares, por su traición al país para someterlo a una potencia extranjera…
La discusión no es que de todos modos les derrotaríamos en un referéndum. La discusión es que se lo tenían que ganar limpiamente y no lo pueden imponer contra la democracia y contra la dignidad del pueblo. La discusión es que tampoco tienen derecho, porque deberían estar en la cárcel.
Si pretenden imponer el fraude, sería como un 11 de Abril electoral. Y a eso sólo se le puede responder como lo hicimos el 13, bajando, saliendo, tomando.
Si esto sucediera, habría que considerar incluso –en las instancias sindicales, como la UNT- la paralización de las empresas, especialmente las privadas, las de la patronal golpista.
A propósito de esto; las empresas que han extorsionado, forzado o despedido trabajadores como método para obligarles a firmar contra el Presidente Chávez y el proceso revolucionario, deben sentir ya el peso de la represalia obrera para que escarmienten.
Deberíamos convocar a una gran asamblea de los trabajadores y el pueblo, de los sindicatos y de las organizaciones populares, de la militancia de base y la dirigencia de las organizaciones políticas del proceso. La UNT debería hacerse eco de este llamado, para evaluar la situación, sentar posición y decidir acciones de presión contra el fraude golpista.
No esperemos en frío el informe de resultados del CNE, hagamos sentir desde ya la presión obrera y popular contra la presión de la patronal golpista, de los medios psico-terroristas privados y de los agentes de los organismos imperialistas.
Piquemos adelante con la movilización general, antes de que los golpistas traten de alborotar y ganar espacios de calle. No aceptemos que se autorice la entrada de ninguna manifestación de “guarimberos” a los territorios populares ni en los lugares estratégicos.
No más concesiones a los criminales de la derecha fascista. El 11 de abril no fue derrotado ni por el CNE, ni por la Fiscalía, ni mucho menos por el TSJ; la verdadera autoridad fue el propio pueblo del 13 de Abril, apoyado por sectores de la FAN respetuosos de la Constitución y del proceso revolucionario.
No dejemos que las cúpulas negociadoras nos sigan arrebatando los triunfos populares conseguidos en la calle, dejemos que fluya la revolución.