Con la Plancha 7 la clase obrera petrolera dio muestras de madurez revolucionaria, este hecho marca el inicio de la superación de su etapa economicista y su participación decisiva en la construcción de la máxima reivindicación social y obrera: El Socialismo.
La Revolución necesita consolidar la ideología revolucionaria, hoy es más cierta que nunca la clásica afirmación de que no es posible práctica revolucionaria sin teoría revolucionaria.
Un proceso revolucionario puede avanzar durante un período sin que se produzca el encuentro de la clase obrera con su ideología, pero es imposible consolidar el Socialismo sin una clase obrera conciente de su papel histórico.
Sólo la clase obrera conciente, puede ser partera de los grandes cambios que supone una Revolución, sólo ella puede impulsar el cambio en la relación de propiedad de los medios de producción, y sólo ella puede conducir al resto de la sociedad por senderos de transformación.
La clase obrera no tiene compromiso con la propiedad nosocial de los medios de producción, al contrario, su explotación es consecuencia directa de esa forma contranatural de propiedad, por eso la clase obrera es la clase revolucionaria, llamada a impregnar al proceso con su ideología revolucionaria.
La tarea está llena de dificultades, la costumbre ejerce su influencia, cambiar es un proceso doloroso, cuesta abandonar los remansos, las caletas que dan seguridad.
Ha sido difícil cambiar los objetivos conocidos y los métodos mil veces transitados: responder a la hermosa aventura de transformar al mundo, de restaurar las relaciones humanas.
Algunos trabajadores no han comprendido, no han tenido sentido del momento histórico, han extraviado el camino.
Unos prefirieron quedarse en las luchas reivindicativas, lo hacen con honestidad, pero así con buenas intenciones perjudican a la Revolución.
Otros sirven a los oligarcas, saben que la demagogia reivindicativa distrae al trabajador de su verdadero papel emancipador y la utilizan como arma contrarrevolucionaria. Y aquí se produce una paradoja, la reivindicación que en el capitalismo era justificada resistencia, hoy en plena Revolución, al separarlas de la lucha general, se puede transformar en instrumento de los enemigos del pueblo.
Los trabajadores agrupados en la Plancha 7 luchan por las reivindicaciones obreras tradicionales, pero incorporando esas luchas, insertándolas dentro de la gran lucha por el Socialismo, la gran reivindicación de la sociedad toda.
Saben que el Socialismo es la única forma de romper con el círculo vicioso de luchas por reivindicaciones, conquista de esas reivindicaciones, alegría temporal, para descubrir después que las condiciones de existencia de los trabajadores no han cambiado, al contrario, el proceso de depauperación aumenta para la mayoría, y las amenazas de la exclusión son cada vez más fuertes.
Es correcto el camino que han emprendido los trabajadores agrupados en la Plancha 7, el de la unidad y el de la claridad ideológica, ese es el camino de la esperanza, un importante paso hacia la consolidación ideologíca de la Revolución , todos debemos apoyarlos, dejar de lado mezquindades, cálculos egoístas.
¡Chávez es Socialismo!
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