Una Revolución, que es en definitiva una confrontación, una guerra, supone posiciones, territorios, frentes, flancos, retaguardia, líneas de suministro, etc. Cuando la Revolución es violenta, estos elementos son claros, bien definidos, tienen sus leyes, se estudian desde hace milenios.
No es así con la Revolución Pacífica, ésta tiene sus propias características, sus propias leyes, la gran mayoría aún por descubrirse. Podríamos decir que la Revolución Pacífica es inédita: en ella nos movemos, tenemos que avanzar y descubrir simultáneamente sus determinaciones, esto por supuesto requiere pensamiento, estudio, razonamiento, rigor.
Algo avanzamos desde el empeño de averiguar las leyes que rigen a nuestra Revolución pacífica y ponerlas a nuestro favor: sabemos la función de los medios como cañones enemigos, detectamos la existencia de ciclos con una fase “democrática”, que les sirve a los oligarcas para entrar en una fase violenta, presentimos que el ciclo final nos llevará a un enfrentamiento que será muy cruento.
Estamos en un punto de madurez en el que es necesario delimitar los teatros de operaciones, los campos de la confrontación.
Lo primero es entender que la Revolución pacífica es una guerra, en ella hay dos enemigos irreconciliables, el capitalismo y el Socialismo, que se enfrentan en condiciones especiales. Veamos.
En una primera fase de ese enfrentamiento, se lleva a cabo una guerra no declarada, no convencional, y podemos decir, parafraseando a Von Clausewitz, que en este caso “la política es la guerra expresada por otros medios”. La segunda fase, el desenlace, puede adquirir características más convencionales.
En la nueva expresión de la guerra, los conceptos militares cambian, los frentes, los teatros, las posiciones, flancos, líneas, etc., adquieren otras características, son inéditas.
¿A quién enfrentamos, dónde está el enemigo?
Los campos están poco definidos. Geográficamente la situación es marmorosa, presenta manchas y vetas dispersas. En lo económico la situación es similar, se entremezclan las “colinas”. En lo político se mezclan las posiciones de los dos bandos.
¿Cuál es el objetivo militar-político, cuál es la Zona Socialista?
Se deduce que en la Zona lo determinante, lo decisivo, no es lo geográfico, lo político, lo económico, esos son componentes, pero no la definen.
Lo que determina, lo que da carácter a la Zona Socialista, lo que la hace perdurable, es sin dudas la Conciencia del Deber Social, la Conciencia Socialista.
La Zona Socialista está delimitada por el nivel de conciencia, por el espíritu. Entonces sus frentes de batalla van desde el interior individual, hasta la batalla armada abierta, todos estos frentes tienen como objetivo conquistar la Conciencia, el alma de la sociedad y de los individuos.
El objetivo militar, en este caso, es el aniquilamiento del espíritu capitalista y la instauración de la Conciencia Socialista. Las Zonas Capitalistas y Socialistas se delimitan en la Conciencia.
Por supuesto que la Zona Socialista tiene base material, fundamento político, planteamiento militar, forma de organización, etc., pero todo esto se entrelaza con el determinante que es la conciencia.
¡Chávez es Socialismo!
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