En octubre ya las clases estarán firmes, el ambiente de vacaciones se disipará, los balnearios estarán tranquilos, el tráfico intenso volverá, las luncheras, las levantadas temprano, regresarán. Todo sería bien bonito a no ser por las amenazas de la oligarquía.
Las señales son claras: los oligarcas intentarán calentar la calle, desconocer las leyes por mandato de los gringos, ejecutarán protestas en los colegios. Es parte de un plan golpista bien estructurado:
La agresión tiene un componente internacional que se evidencia con las declaraciones de personeros gringos militares y civiles, la acusación de construir aquí armas prohibidas, la instalación de las bases en Colombia, la complicidad con grupos terroristas internacionales y un largo etc.
Aquí adentro los agentes de los gringos anuncian golpe de Estado y divulgan sus planes. Están envalentonados. No hay dudas, Octubre es un mes de recrudecimiento de la ofensiva oligarca.
¿Qué debemos hacer los Revolucionarios?
Es necesario, urgente, construir un muro de contención a la ofensiva imperial, este muro debe construirse con estos ladrillos:
Primer ladrillo. Quizá el más importante, elevación de la espiritualidad revolucionaria: dar al pueblo razones sagradas por las cuales luchar, aquellas que sin el Socialismo, sin el Comandante Chávez no serían posible, y que son, sin duda, el camino para la redención definitiva de los humildes. Por ejemplo, el rescate de la fraternidad, del amor entre gobernantes y pueblo humilde, de allí, de ese sentimiento se desprenden acciones que son la esencia de la Revolución : la dignificación de los pobres, la atención a sus necesidades, el camino a perfeccionar las relaciones humanas en la sociedad.
Sólo elevando la espiritualidad encenderemos la pasión que nos lleva a la defensa decidida de la Revolución.
Segundo ladrillo. Reafirmar el amor del pueblo por el Comandante, combatir la campaña que busca satanizarlo. Chávez encarna el proceso revolucionario que vivimos. Debemos reforzar la unidad alrededor de su liderazgo, reconocerlo sin mezquindades.
Tercer ladrillo. La organización de las masas y del partido. El pueblo sin organización, sin dirección no puede contener la amenaza oligarca que se avecina. La organización popular debe trascender el papel y mostrarse vigorosa en la movilización política. Cada unidad organizativa debe ser una prefiguración de la sociedad socialista, foco de fraternidad y de combatividad, ladrillo del muro de contención de los planes oligarcas.
Cuarto ladrillo. Ya es momento para consolidar la doctrina, la ideología revolucionaria, la que da continuidad al movimiento revolucionario de la humanidad, aquel que para nosotros se origina en Cristo, en Espartaco, y sigue con José Leonardo, Bolívar, Martí, Zamora, La Comuna de París, Lenin, Rosa, Mariátegui, Mella, Fidel, Che, Miguel Enríquez, entre muchos otros. Esas experiencias que dieron origen a lo que hoy es el pensamiento revolucionario universal deben ser enriquecidas y adaptadas a nuestra realidad.
Sólo un muro construido con el amor al Comandante, al Socialismo, a la teoría y a la organización revolucionaria, y una alta pasión por defender esta Revolución, podrá contener el intento del imperio de truncar nuestra esperanza.
¡Si se atreven profundizaremos el Socialismo!
¡Chávez es Socialismo!