El Socialismo es un sistema, una totalidad, no es pensable un Socialismo en lo político, pero no en lo económico, no es pensable esperar Conciencia del Deber Social en una sociedad fragmentada por unidades sociales y económicas egoístas, capitalistas.
Nosotros con la Revolución Bolivariana hemos avanzado mucho, llegado tan lejos en el camino socialista que el mundo vuelve los ojos hacia nosotros buscando una esperanza.
Hablar de Socialismo, intentar construirlo en un mundo dominado por el capitalismo en sus variados disfraces, es una hazaña, un milagro. Fundar la ALBA, los logros en educación, salud, el rescate de la autoestima del pueblo humilde, todos son milagros que nos colocan en la posibilidad socialista.
Sin embargo, es vital transformar esa luminosa nube roja socialista en roca inamovible. Para eso es imprescindible darle organización social y política, dotarlo de base material, de relaciones de Propiedad Social de los medios de producción, de Conciencia del Deber Social, imbuirnos de la idea de que sólo juntos podremos rescatar a la sociedad que el capitalismo nos robó.
Es urgente establecer el contraste con el capitalismo, demostrar claramente que no es solución para los problemas de la humanidad, al contrario, los crea.
El capitalismo siempre ataca al Socialismo, su arma más peligrosa, la que mayor daño hace a la causa socialista, es su influencia sobre la conciencia: el capitalismo es siempre creador de conciencia egoísta.
Es así que las reacciones políticas aberrantes dentro del partido, las dificultades y los episodios extraños en la selección de los delegados al Congreso Ideológico, tienen, sin duda, su origen, en los coqueteos con el capitalismo que se han visto en los últimos tiempos.
Si todos los días aparecemos en la televisión prestigiando las formas capitalistas, diciendo que son productivas y que resolverán las crisis, si todos los días presentamos como un logro los triunfos del capitalismo, si estimulamos formas económicas aisladas, creadoras de egoísmo, entonces es lógico que en la política se manifieste la conciencia generada en la economía.
Si en la economía existe un ambiente egoísta, capitalista, ese ambiente donde cada unidad económica busca su propio bienestar, impregna a la sociedad y a las unidades aisladas del partido, se desata así la “fiebre del postulado” que presenciamos.
La solución de los problemas que hoy confrontamos debemos buscarla primero en su causa más profunda: en la ideología. Sabemos que una Revolución no puede ir más allá de la ideología que la sustenta.
El Congreso Ideológico del PSUV es definitivo en la marcha de la Revolución, no es algo para salir del paso, de allí deben surgir las líneas maestras que nos guíen.
Es necesario que nuestra dirección, con el corazón en la mano, y conciente de la responsabilidad del evento, evalúe, ajuste el cronograma del Congreso con el fin dar tiempo a una discusión masiva de las diferentes tesis ideológicas, que sustente una rectificación de procederes.
¡Chávez es Socialismo!