Estamos en una nueva fase del socialismo, el democrático quedo atrás ocho años por las diversas paradojas de la historia y porque los movimientos religiosos lo arroparon para descubrir muchos desengaños y mentiras propulsados por los mentores de la Iglesia ortodoxa y protestante. Es el momento de radicalizar algunos paradigmas y dejar atrás algunos sentimientos absurdos que nos dejan una mala memoria, la historia nos lleva a radicalizar el modelo político que nos dibujo algunos ilustres del siglo llamado La Ilustración y debemos ir a fondo con la reforma apabullada en años anteriores por algunos mancilladotes y lograr que el proyecto que se incursiona sea claro y con verdadera vocación de cambio. Estamos frente a una sociedad que urge respirar bajo una nueva cotidianidad y lograr que una buena camada de venezolanos sepan comprender que el socialismo es una fase histórica que como pueblo estamos experimentando.
Hay que definir ésta época y su estilo. Es necesario crear una plataforma ideológica capaz de infundir nuevas sensaciones en las masas para avanzar con criterio hacia la verdadera interpretación de nuestra gesta ideológica donde ya no podemos pensar en si mismos, sino también por nuestro prójimo y de esta manera r3econtrarnos con las figuras más emblemáticas que lucharon a favor de un crisol común.
El socialismo es proyectar nuestra mirada a un individuo que desea en el futuro una relación de superación y capacidad laboral para lograr desarrollar un Estado que este articulado hacia su propio afecto y crecimiento ciudadano. La sociedad venezolana tiene que plantearse varias interrogantes y discernir la realidad de las bases militares estadounidenses en Colombia, donde el punto de avanzada son los paramilitares y el hampa común. Un plan bien preparado para aniquilar a un colectivo y a nuestros dirigentes de base. La ultraderecha venezolana esta respaldada por grupos extranjeros y el Grupo Roma, cuy fin es apoderarse de las alcaldías, gobernaciones y cargos de representación pública ante la Asamblea Nacional.
Hay que luchar contra las versiones falsas del socialismo, que, viene haciendo un sueño devastador en muchas conciencias coterráneas dañando la misma esencia del Estado en todas sus interpretaciones porque no hay una definición acertada porque muchos dirigentes juegan al contertulio presidencial para confundir al pueblo y originar distorsiones en los asuntos inherentes al Estado Debemos plantearnos un proyecto de masas donde todo ciudadano asuma un perfil sobre su actuación ideológica, es el momento de avanzar hacia una nueva perspectiva política con una plataforma que responda a los interés del partido que propugna.
(*) filósofo
La Isabelica. Valencia.
Edo Carabobo. Venezuela
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