La barrera de protección más importante del capitalismo es el egoísmo. En contraste, el arma más importante del Socialismo es el amor. Podríamos decir que la batalla que hoy libramos es la del amor contra el egoísmo.
Eso lo saben los oligarcas, por eso sus acciones más importantes son para estimular el egoísmo, la solución individual, el aislamiento.
El Socialismo debe, debería, regir sus acciones por el estímulo, la construcción de espacios y tiempo para el amor a los semejantes, a la naturaleza, que es la verdadera forma de amarse a sí mismo, debería prestigiar las soluciones sociales, la fraternidad.
El éxito revolucionario es determinado por la capacidad de sustituir la cultura del egoísmo por la cultura del amor. Esa es la esencia de la batalla.
El egoísmo es estimulado en todas las actividades de la sociedad capitalista, desde los niños en el Kínder, las programaciones de las poderosas televisoras, que son formidables transmisoras de esa ética capitalista, la educación, las cuñas comerciales. Recordemos la propaganda de aquella cadena de farmacias que pregonaba: “si tu estás bien todo está bien”.
Lo anterior sería la parte suave de la instalación de la ética del egoísmo, cuando el asunto adquiere características más dramáticas, es el momento en que el capitalismo ve en peligro su hegemonía, entonces apela a la política de choque. Estudiemos.
Nace de la experiencia adquirida en las torturas a prisioneros, allí se dieron cuenta que después del choque psíquico que significa la tortura, los prisioneros entran en un estado en el cual son permeables a cualquier conseja, pueden aceptar cualquier idea que se quiera instalar en sus mentes.
Esa misma experiencia fue trasladada a las sociedades, de allí surge la política de choque: consiste en someter a las sociedades a grandes traumas, o aprovechar episodios de desastres naturales, y luego aplicar drásticas medidas económicas, apoderarse de los recursos económicos, tumbar gobiernos, etc. Todo para favorecer al capitalismo.
El terror aplicado por pinochet, el bombardeo a Bagdad, la destrucción de las Torres Gemelas, fueron el choque de la política de choque. Luego de esos acontecimientos aplicaron medidas neoliberales en Chile, se apoderaron del petróleo en Irak, impulsaron la represión en el mundo y en el interior del país gringo.
Ahora bien ¿cuál es el fondo de estas políticas de choque? ¿Qué buscan en definitiva? ¿Qué aprendieron con las técnicas de tortura?
Aprendieron que con el choque llevan el egoísmo y el individualismo a niveles máximos: el individuo se refugia en sí mismo, el instinto de conservación se sobrepone a cualquier otro instinto y a cualquier otro valor, a veces es tan fuerte el aislamiento que el individuo se extraña de sí mismo.
La sociedad sometida a este choque se fragmenta en millones de profundos egoísmos, queda inerme frente a la voluntad de su enemigo, es una página en blanco capaz de aceptar cualquier absurdo.
Concluimos que el combate al egoísmo, a sus bases materiales, es condición imprescindible para construir Socialismo.
¡Chávez es Socialismo!