Trincheras de Ideas

La creación de la V Internacional, acierto político

“El socialismo en América Latina no debe ser calco y copia sino creación heroica; tenemos que dar vida con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje al socialismo indoamericano. He aquí una misión digna de una generación nueva”.

José Carlos Mariátegui, teórico socialista peruano, 14 de junio 1894/ 16 de abril 1930

En el marco de la instalación del Primer Congreso Extraordinario del PSUV, el camarada presidente, Hugo Chávez, propuso: “Ha llegado el momento de crear una V Internacional Socialista que agrupe a los movimientos progresistas, de cara al reto que plantea la actual crisis mundial”.

Una vez más se pone en evidencia la visión estratégica del líder revolucionario ante la crisis del capitalismo y del imperialismo.

¿Qué ha caracterizado a los movimientos progresistas y revolucionarios, a los movimientos sociales del mundo después del desplome de los países socialistas de Europa y de la caída de la URSS, es decir, los últimos 18 años?, y ¿ha surgido un nuevo movimiento revolucionario después de aquellos terribles acontecimientos?

La entronización del neoliberalismo tanto a niveles económicos como políticos fue el primer gran saldo que obtuvo el capitalismo y los centros hegemónicos de poder encabezados por los Estados Unidos. El discurso de la postmodernidad y el llamado fin de la Historia elucubrado por el filósofo e ideólogo imperialista Fukuyama e impuesto como nueva ideología del mundo por los aparatos mediáticos del victorioso imperialismo mundial, cobró otros tantos saldos en su favor ante el desplome de los partidos comunistas y socialistas europeos –desde el Eurocomunismo de Santiago Carrillo y la patinada hacia la derecha política del PCE, pasando por la extinción del otrora poderoso partido comunista italiano y muchos más de importante significación y que dejaron de brillar en las vanguardias de las luchas del movimiento obrero, campesino, juvenil y social europeo–.

Todo parecía perdido para el movimiento obrero, para los luchadores y movimientos sociales, para los socialistas y comunistas del mundo, pero sólo en apariencia, cuando el neoliberalismo se reunió en Seatle para balancear sus éxitos políticos y económicos, una masa formidable de movimientos sociales antineoliberales tomó las calles de la ciudad norteamericana y dejó sentado que la globalización capitalista tenía sus adversarios de los nuevos movimientos sociales que venían a ocupar el espacio político de vanguardia dejado por los movimientos socialistas y comunistas en fuga, retroceso o extinción. La otra gran confrontación fue en Italia, donde nuevamente los movimientos sociales enfrentaron al neoliberalismo y la globalización, con un alto saldo de heridos y muertos por la represión capitalista.

Después del admirable estallido insurreccional mexicano de los zapatistas, en la sureña ciudad de Chiapas en 1994, se desplazan el nudo de las luchas sociales hacia Latinoamérica y el Caribe, hacia el Sur. En Venezuela ya estaba sembrada la semilla del primer estallido antineoliberal a nivel mundial con la experiencia de “El Caracazo”, que fracturó todo el modelo de dominación neo colonial imperial y nacional burgués y su colofón, la insurgencia de la juventud militar del 4 de febrero de 1992, apenas un año después de la caída de la URSS, quedaba abonado, por así decirlo, el camino a las rebeliones e insurgencias en el continente. Igualmente emergen con fuerza el movimiento de Los Sin Tierra, en Brasil, Los piqueteros, en Argentina con su extraordinario saldo de llevarse, junto al resto de la clase trabajadora y el pueblo argentino, tres presidentes neoliberales y de derecha. La gesta del pueblo Boliviano y la caída de un tiranuelo, es de antología.

En ese marco se produce el aparecimiento de un singular fenómeno político/social de enorme envergadura y trascendencia, el primer encuentro en Porto Alegre, Brasil, del Foro Social Mundial. Todos los movimientos contestatarios y sociales del mundo se dan cita y, sin tener un centro mundial de coordinación –señalamiento hecho por el presidente Chávez en unas de las reuniones de ese Foro– se ha mantenido como un importante espacio de debate, confrontación e intercambio de experiencias de los movimientos

A ello se agrega, como la resultante de las luchas sociales y políticas de los pueblos, sus vanguardias políticas –tradicionales o nueva izquierda– la explosión política de más largo aliento conocida en la historia de latinoamericana, comenzando por el acceso de Hugo Chávez al poder en 1999, 7 años después de su alzamiento del 4 de febrero de 1992. Venezuela, como lo señala nuestro glorioso himno, marcó el ejemplo libertario y ese fue el mejor estímulo para los otros pueblos de América, se aceleraron los procesos libertarios y ya la Cuba heroica no estaba sola. El cuadro político de democracias burguesas y neoliberales imperantes en los años 80 y 90 del siglo XX cambió totalmente, cambió la correlación de fuerzas a favor de los oprimidos, vino el triunfo de Lula, en Brasil, de Kichner, en Argentina; de Evo Morales, en Bolivia; de Tabaré Vásquez, en Uruguay; de Daniel Ortega, en Nicaragua; de Correa en Ecuador. El Salvador, Honduras, Paraguay; gobiernos progresistas, antiimperialistas, socialistas algunos.

Pero en otros continentes como el asiático, medio Oriente, África se produjeron importantes movimientos sociales y luchas nacionales y anti burgueses de trascendental importancia, luchas de nuevo tipo, lideradas por nuevos movimientos de izquierda y un resurgir de los nuevos movimientos sociales.

Esos son los antecedentes, las bases sobre las que emerge la propuesta de Chávez de convocar la V Internacional, una propuesta dirigida al movimiento revolucionario mundial, a las organizaciones de izquierda, partidos comunistas, socialistas, a los grupos ecologistas o verdes que tantas jornadas gloriosas han hecho en defensa del medio ambiente universal, a los grupos sociales de todo signo que luchan por sus derechos, que ven la lucha con una mentalidad nueva, sin los errores tradicionales de la izquierda, sin su inmediatismo ni sus vicios.

Por supuesto que no se trata de la propuesta de Marx, de Engels, de Lenin, de Trotsky, fundadores de la I, II, III y IV Internacional. Es una audaz propuesta para los nuevos tiempos y con nuevas realidades históricas surgida de Latinoamérica y con la frescura de los procesos revolucionarios en gestación o en desarrollo, en momentos de la más aguda crisis del agotado sistema capitalista y de levantarse nuevamente, con inusitada fuerza por los pueblos y movimientos sociales, las banderas del socialismo, por nosotros bautizado como socialismo del siglo XXI.

No es una propuesta improvisada sino un giro estratégico de largo aliento. Las banderas antiimperialistas, el socialismo científico, el nacionalismo popular y el internacionalismo serían los componentes ideológicos y políticos de la organización que deberá nacer el 2010, precisamente cuando los pueblos americanos celebren los 200 años del inicio de los procesos independentistas y antiimperialistas.

Chávez se adelanta a los tiempos y con visión de estratega político propone al movimiento revolucionario y social mundial aprovechar el momento de debilidad del imperio yanqui y del capitalismo para agruparse en una gran organización socialista, hacia allá debemos de ir con alegría y optimismo.

(humbertocaracola@gmail.com)



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Humberto Gómez García

Director de la revista Caracola. Pertenece al Movimiento de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC). revistacaracola.com.ve

 humbertocaracola@gmail.com      @hgcaracola

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