Según los diccionarios tarantizadores, el fanatismo no es otra cosa que ser un preocupado (a) y tenaz que defiende con apasionamiento “desmedido” sus creencias u opiniones sobre todo religiosas o políticas. Y también lo apunta en segunda interpretación como: preocupado o entusiasmado ciegamente por algo y, que la fanaticada, es la multitud de hinchas. Así, con el simplismo que caracteriza la academia que nos raspó nuestras neuronas por centenarios almanaques, nos hacen entender su concepto del fanatismo que generalmente lo aplican a quien ellos señalan de ladrón, mientras el botín lo lleva el que grita ¡que lo agarren!
Personalmente me declaro un fanático de mis creencias mentales y éticas en la que incluyo muy ciegamente ser un comunista, socialista, anarquista, ateo, o como quieran peyorizarme los oligarcas y sus oligarquístas. Y la verdad es que el fanatismo que caracteriza el defender nuestra revolución es apasionado y tenaz, pero lleno de convicciones amorosas no sólo por nuestro líder y el socialismo indoamericano que ya nadie intente parar, sino que el fanatismo que práctica el venezolano ya contagia a seguidores de todo el mundo que podemos catalogar como una gran fanaticada.
En lo religioso, los oligarcas y oligarquistas vienen señalando al pueblo musulmán como fanáticos religiosos y terroristas. Remoquete sin fundamento que sólo usan en sus mediáticos instrumentos desinformativos para justificar los atropellos que accionan contra los pueblos árabes y todos aquellos pueblos que mal señalados, practican sus creencias religiosos de igual forma que los oligarquístas practican sus creencias católicas apostólicas y romanas o evangelismos pentecostales, adventistas, bautistas y pare de contar.
Ahora bien, los sesudos oligarcas de todo el tiempo han pretendido hacer creer de los demás, lo que ellos realmente sí practican con todas las herramientas habidas y por haber. Esta manada de sofistas y maltusianos, señalan a todo el mundo con todos los apelativos para justificar sus absurdos, de igual forma que una gran cantidad de obispos en Venezuela y el mundo estudiaron años de toda ciencia para hacer creer, y hacer practicar, lo que ellos no creen ni practican.
Los fanáticos oligarcas y sus hinchadas oligarquístas, son fanáticos acérrimos del capitalismo salvaje, ¡tanto tanto! que es común ver en sus medios de prensa como halan las turmas del mandatario norteamericano de turno, del rico que ni conocen y de los imperios capitalistas que adoran mientras hablan sandeces de sus propios países. Fanáticos a morir de su capitalismo salvaje, que “defienden” con la calumnia, con toda forma de corrupción y con asesinatos sus “creencias” del sálvese quien pueda. Fanáticos de los pelos, que los oligarcas de todo el mundo adoran el egoísmo como ídolo de sus principios y que la propiedad “privada” que roba hasta el conocimiento, es para ellos su filosofía de vida. Pero, ¡agarren a los ladrones! gritan los que van cargados con el botín.
¡Patria Socialismo o muerte!
Chávez es socialismo!
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