No hay nada mas peligroso y más letal que una arrechera o una “seguidilla” de ellas, no se ha inventado nada en este mundo que la contrarreste eterna o permanentemente (algo así como el omeprazol para la acidez) De nada valen los libros de auto ayuda y el yoga, ni la asesoría del agente de la CIA llamado Dalai Lama.

Para las águilas negras, el mossad, el fanatismo asesino de sectores de la oposición venezolana, un sector de Colombia y la CIA, para todas estas alimañas asesinas existen recursos, antídotos, contraataque, estrategias que los neutralicen por ejemplo: los anillos de seguridad, la inteligencia militar y política, las asesorías internacionales de gobiernos amigos, los chalecos, camisas y ropa antibalas, vidrios blindados y guardaespaldas, la intuición, la prevención, el sentido común y hasta el sexto sentido.

Pero la arrechera… la arrechera tiene mil disfraces, centenares de transformaciones lo contrario de Gregorio Samsa, la arrechera ataca desde las grandes cosas hasta en los ínfimos detalles.

El enemigo y el adversario esta identificado, por más disfraces que se ponga en algún momento “siempre se le ve el bojote”, arrechera no, la arrechera es un virus que se lleva, que esta en el ambiente, que se estimula y como dije puede ser letal.

La arrechera ataca como respuesta o por ausencia de ella, es solo un ejemplo, o en una expresión producto de una “falla”: “ese micrófono no sirve” “otra vez el bendito micrófono” allí esta la arrechera 10 años, y yo no se cuantos ministros de comunicaciones y allí esta el bendito micrófono fallando ya debería estar inmunizado, pero que va la arrechera aparece disfrazada de sonrisa.

Ni los mejores amigos, ni los hermanos del alma, perdonan, ni los hijos adoptados bajo la formación de las armas están exentos de producirlas.

Dicen que “un clavo saca otro clavo” así que “arréchese quien se arreche” me atreveré a dar algunos antídotos para repeler la arrechera:

Primero: Desde las profundidades más antiguas de la filosofía diré que si no es o eres un Leonardo da Vinci entonces Zapatero a su Zapato en el lenguaje mas culto esto significa que el Líder sitúa, designa en el cargo a gente capacitada y con la pericia, destreza para el cargo y el designado no puede responder “yo soy un soldado de la Revolución, póngame donde usted diga” ¡Nooooo! Su humilde tarea es reflexionar sobre si tienes la pericia o la destreza para el cargo y sus implicaciones Revolucionarias y para la Patria y valorar las consecuencias en contraste con la vida que vienes llevando (tus niveles de compromiso) y después respóndale al Líder y si la respuesta es SI entonces lee el siguiente punto.

Segundo: Todo aquel que este en el Gobierno, desde el humilde portero hasta el más humilde ministro o vicepresidente debe hacer su trabajo excelente y con calidad, es decir, con Eficacia, Eficiencia, Amor a la Patria, Amor al Prójimo y pensando en las generaciones por venir, entregado en Cuerpo, Alma y Corazón, buscando siempre espacio para Estudiar, leer y estar al día.

Tercero: Basta de enroques, no se puede seguir jugando béisbol, con tres jugadores, (en todo caso dejarlos donde han sido eficientes) se requiere un cambio profundo, radical de hombres y mujeres del Gobierno, y de su estructura, funcionamientos, normas y procedimientos, hacerlos más expeditos y amigables al pueblo.

Cuarto: Mientras se realizan esos cambios los integrantes del Gobierno deben reflexionar y hacerse la auto critica y evaluar (ver objetivamente su desempeño hasta el momento) y el producto de ello Honesto y Revolucionario debe ser, PONERSE LAS PILAS (si de verdad cree que esta a la altura del cargo y de la Revolución) o RENUNCIAR

Quinto: les invito humildemente a leer estas propuestas,

Reimpulsar la Revolución de a pie http://aporrea.org/ddhh/a89298.html

La última Mujer y el próximo combate http://www.aporrea.org/ideologia/a51839.html

Caracas socialista http://www.aporrea.org/actualidad/a79413.html

Pequeño prontuario de globovision http://www.aporrea.org/ddhh/a78716.html

Por favor no se vayan a arrechar por este artículo.

“Echemos el miedo a la espalda y salvemos la Patria”

Simón Bolívar