Porque Fabricio Ojeda, fue una demostración viviente de ética y moral socialista; para que realmente tengamos una Asamblea Socialista y Popular.
Se sabe que estas elecciones son vitales para la revolución. Estamos claro. Pero también estamos claros que necesitamos diputados como Fabricio, convencidos y decididos, para superar la transición que hoy se vive, y empezar el vuelo definitivo hacia la sociedad socialista: es decir gente de base, con rostro de pueblo.
No esta fácil, escoger genuinos revolucionarios en estos tiempos, donde el oportunismo y el aprovechamiento del trabajo honesto de los demás, los brincos de talanqueras y los enredos en negocios y prácticas indeseables del viejo sistema, han sido frecuentes y van por el camino del enriquecimiento fácil y rápido, .
Si queremos tener mayoría - Socialista y Popular- en la asamblea, no será con diputados que no sean como Fabricio Ojeda. Se necesitan muchos Fabricios para combatir, abiertamente, la corrupción y el burocratismo. No con gente alejada del pueblo, que ni cuenta se dan de su olvido de la gente y su alejamiento de lo humilde; haciendo caso omiso, a la democracia participativa y protagónica.
Se necesitan y queremos diputados como Fabricio, como candidatos idóneos que realmente vengan de las bases bajo la sombra del pueblo revolucionario. De eso y de ellos dependerá el futuro de nuestra revolución, y aun más, del socialismo bolivariano; y no con frases celebres del Che, Sandino, Allende, Lenin, Marx, y tantos otros, que gusta tanto a la gente de la Asamblea mencionar pero que ninguno, esta dispuesto a cumplir porque son burgueses de nueva clase.
Se presenta una buena oportunidad para que los curules no sean para pasar el tiempo, puesto que hay responsabilidades no expresadas con la revolución, en donde la asamblea tiene muchísimo que ver para satisfacer, no solo en primer lugar, las necesidades sino también las flaquezas no resueltas por esta asamblea. Se requiere la práctica de un modelo hacia otro sistema de vida, hacia otra sociedad… Y no se trata de la señal de costumbre para decidir el destino del pueblo y de la revolución, hay que hacerla junto al pueblo.
*Coordinadora Simón Bolívar
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