De donde serán los traidores

Los traidores no se definen así mismo sino por la gente a quienes traicionan. Que lo digan los 2.359.459 venezolanos de la oposición que incautamente cifraron sus esperanzas en aquellas elecciones del 30 de julio del 2000, donde limpiamente y voto a voto le ganamos al que a su vez ya venía de traicionar a los que aquel 4 de febrero juraron darlo todo por la patria.

Si de traiciones, falsías y vilezas nos tocara hablar, es evidente que llegaríamos a septiembre y nos faltaría tiempo para explicar las razones por las cuales los Rosendos y los Acostas Carlez volaron sus talanqueras; pero el tema que nos ocupa es más complejo que dar cabriolas desde el gobierno a la oposición o al revés como el susodicho innombrado, quien ahora se pavonea por los pasillos de Miraflores, una vez que quien lo había definido como tal, le desprendió el remoquete de traidor.

Con la desaparición física de Lenin, su “camarada” José Stalin utilizó los mismos términos de traidor y desertor contra todos aquellos dirigentes del PCUS que se atrevieran a disentir de su modelo de socialismo, impuesto allá en la Unión Soviética a finales de la década de 1930. De centro terrorista trokista y de alta traición al proceso también acusó Stalin en 1936 a Grigori Zinóviev, Lev Kámenev y trece miembros más del comité central del partido, dando inicio con estos juicios a la gran purga que en definitiva terminó con las posibilidades de realizar el gran sueño de construir un Estado socialista, revolucionario, democrático y libertario.

De manera que estos episodios no son nada nuevo en la historia por la construcción del socialismo; y en todo caso lo que llama la atención es que hallándose el comandante rodeado de tantos militantes viejos y viejos militantes del socialismo, no exista uno que le recuerde que del 14 al 26 de febrero de 1956 se celebró el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética y que el mismo se transformó en el punto de partida de las primeras críticas directas a la gestión del antiguo acusador de “traiciones” a lo que realmente era disidencia revolucionaria en aras de evitar la construcción de un régimen que después de 50 años se vino abajo sin que hubiese un soldado rojo rojito que lo defendiera.

Así las cosas, camarada presidente pele bien el ojo porque los que lo han traicionado y los que hoy andan buscando de forma palaciega y a pesar de los esfuerzos del compañero Ramiro Valdez, ejecutar sus felonías no son precisamente las más de 20.0000 almas que con Henri Falcón, José Albornoz, Vladimir Villegas, José Simón Calzadilla , José Luis Pírela y el irreductible negro Uzcategui, que este sábado sudaron la gota gorda en el Domo Bolivariano de Barquisimeto, en su intento por demostrarle a usted y al país que aun es posible construir el socialismo en una patria donde quepamos todos.

zabala.douglas@gmail.com


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Douglas Zabala


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