Celia Hart, hija de los destacados revolucionarios cubanos Armando Hart y Haydée de Santamaría, estudió física desde 1983 al 1987 en la Universidad Técnica de Dresden y trabaja como investigadora física. Celia es militante del Partido Comunista de Cuba.
Entrevista realizada por Hans-Gerd Öfinger
Versión española para la Corriente Marxista Revolucionaria de Venezuela (venezuela.elmilitante.org)
Como comunista cubana, ¿como ves el proceso revolucionario en Venezuela?
La revolución Bolivariana encuentra mucho apoyo no sólo por parte de comunistas de muchos años y experiencia, sino también entre los jóvenes, entre los cuales el proceso revolucionario vivo de Venezuela despierta mucho más entusiasmo que alguna de la retórica aburrida y monótona del “socialismo”. El Ché Guevara en una ocasión habló de crear “muchos Vietnams” en América Latina. Ahora nos enfrentamos a esta tarea de nuevo y tenemos la posibilidad de profundizar la revolución Bolivariana y consolidarla como una revolución socialista. El impulso para la revolución socialista en toda América Latina puede y debe venir de Venezuela. La idea de la revolución permanente, por la cual también luchaba el Ché, es relevante hoy en día.
Pero algunos temen que una revolución socialista en Venezuela podría provocar a la reacción e incluso desencadenar una invasión militar. ¿Crees que Hugo Chávez has sido “inteligente” en las últimas semanas buscando alguna forma de consenso en las negociaciones con las organizaciones empresariales?
La reacción sabe lo que quiere y no necesita ser provocada. Espero que Hugo Chávez no vaya a caer en la trampa reformista y hacer concesiones a sus enemigos jurados. La oligarquía venezolana necesita ganar tiempo. Cuando se den las condiciones la oligarquía tratará de eliminar a Chávez de la misma manera en que la clase dirigente chilena eliminó al presidente socialista Salvador Allende y con él a muchos otros activistas de izquierdas en 1973. La mayoría de los venezolanos, sin duda, lucharían contra una invasión como hicieron los cubanos en la invasión de la Bahía de Cochinos en 1961. En esas circunstancias, como internacionalistas, tenemos que ayudar a la revolución venezolana como hicieron las brigadas internacionales en la guerra civil española en 1936.
Pero la Revolución Cubana, ¿no ha sobrevivido durante 45 años sin tener que “exportar” su revolución?
La Cuba revolucionaria se ha mantenido debido a la ruptura decisiva de Fidel Castro con el capitalismo y el imperialismo. A raíz de mis experiencias en la RDA y en Cuba he llegado a la conclusión de que el “socialismo en un solo país” es imposible. La extensión de la revolución a todo el continente Latinoamericano es esencial para la supervivencia de la Cuba revolucionaria. El petróleo venezolano a bajo precio alivia la crisis energética de Cuba, y los médicos y maestros cubanos ayudan a los pobres en Venezuela a desarrollar su propia dignidad y autoestima. Estas relaciones especiales que existen entre Cuba y la Venezuela revolucionaria nos muestran un destello de las enormes posibilidades y el progreso que podría conseguir una red de economías planificadas democráticamente en toda América Latina, libres de la interferencia y el paternalismo imperialista. A la larga, una Cuba revolucionaria aislada no puede sobrevivir.
¿Piensas que Cuba va a acabar como la RDA y sufrir una contra-revolución capitalista?
Creo que existe un peligro real de que esto suceda, y todo revolucionario sincero que conozco tiene el mismo temor. Aunque la economía planificada en Cuba tiene un monopolio del comercio exterior, aunque los medios de producción son propiedad del estado, y la mayoría de las joint ventures están controladas por el estado, se nos está acabando el tiempo. La dolarización ya ha tenido efectos negativos. Los directivos de las joint ventures, y los responsables del comercio exterior están bajo riesgo de ser comprados y podrían ser susceptibles a ideas burguesas. Si los capitalistas cubanos exiliados regresan y tratan de usurpar el país con la ayuda de fuerzas pro-capitalistas y pro-imperialistas, tendremos la amenaza de una contra-revolución y un capitalismo de la peor especie. Todos los logros de los últimos 45 años están en peligro. Por eso debemos defender el legado revolucionario de Lenin, Trotsky y el Ché Guevara y avanzar la revolución global.