A veces en nuestra revolución las contradicciones son graves y producen desaciertos en las filas de nuestro partido.
Estamos en campaña electoral, el Presidente fue claro y preciso al decir que la campaña debía ser austera, de debate ideológico y altura revolucionaria. Sin embargo, vemos en las calles del centro de Caracas, y por otros lugares una tapiceria de afiches, a todo color, candidatos hasta con materiales en glasé y cual bingo político llena de números de los candidatos.
¿Es que nuestra campaña se convirtió en eso, en un Bingo Electoral? El Partido no puede hacer de la campaña una nave a la deriva, o al antojo de los candidatos, el Partido tiene que asumir su rol de partido revolucionario y socialista, asumiendo el encausamiento del debate político.
Mientras que usemos la estructura política de la derecha capitalista, es decir mientras que sigamos en una carrera de candidatos a diestra y siniestra estaremos alimentando lo que el compatriota Aponte llamó “las apetencias”. Si un candidato llega a ser electo porque metió en una campaña 100 millones de bolívares, de su peculio, o que tuvo unos “amigos que lo financiaron”, se han preguntado Uds. ¿Cuál será el desempeño de ese candidato en la Asamblea o en cualquier otro cargo, con relación al Presidente Chávez, al Partido, a la revolución y al pueblo en general?.
¿Cómo hacer que alguien que llegó al poder por su cuenta y riesgo, después piense en el colectivo? Necesariamente pensará en “un colectivo”: el de su entorno, el de las apetencias, pero como será su relación con el socialismo, ¿como serán sus reacciones cuando políticamente el partido le diga que hay necesidad de tocar los intereses del grupo de sus amistades que lo financiaron?
Durante esta campaña se ha dicho mucho del perfil del candidato que debemos elegir, y la imagen es casi la de un santo comunitario, socialista-chavista, y lo mas grave es que se pretende descalificar a los demás camaradas que no sean electos, como si no fueran suficientes. Se hace campaña utilizando los rumores, que si este es la linea del Presidente, que si el otro es de confianza del Presidente, como un manto que apalanque a determinados candidatos, confundiendo a la militancia y dañando a los cuadros políticos emergentes.
Tenemos que revisar y corregir estas contradicciones, queremos hacer revolución pero mantenemos la cultura política del pasado, la candidaturitis debe ser superada, los cargos públicos no pueden ser vistos como parcelas de poder individual dentro de la sociedad, para esta revolución y nuestro partido deben verse como responsabilidades que se le asignan por la estructura del partido de acuerdo a un diseño organizacional dirigido desde las bases a los militantes.
Y en cada rol de elección popular, el partido debe asumir la campaña, su financiamiento, su estrategia y su ejecución de manera que el ser humano que logré el cargo sepa que está allí por designio de la organización y no de su poder personal.
*Militante Jefe de Patrulla El Algodonal, Caracas, D.C.
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