18 de junio de 2009.- Intervención de Roberto López en el encuentro "Intelectuales, Democracia y Socialismo":
1. El capitalismo se puede recuperar si no hay fuerzas revolucionarias que luchen por sustituirlo
Ante la crisis mundial no es el escenario en este el momento del debate la caracterización de la crisis pero en todo caso conocemos los distintos análisis que se hacen sobre la misma, sobre la profundidad que probablemente es similar o hasta más profunda que la crisis de los años 30 y que esto involucra una serie de cambios, de transformaciones. En el único lugar del mundo donde se esta hablando de una alternativa ante el capitalismo es en Venezuela y, en general, en América Latina, básicamente en los países que integran el ALBA. La crisis mundial puede ser superada.
Hay que señalar un pequeño detalle que no es tan pequeño: entre 1914 y 1945 el movimiento comunista y los intelectuales de la izquierda mundial debatieron considerablemente sobre la crisis de ese momento —que era considerada la crisis terminal del capitalismo— y si se revisa las obras teóricas de Lenin y Rosa Luxemburgo en adelante, hasta lo teóricos de los años 20 y 30, se podrá corroborar eso, sin embargo y a pesar de los esfuerzos tan grandes que hicieron algunos pueblos como el pueblo soviético —que terminó aplastando y derrotando a los nazis— el capitalismo se logró recuperar y está ahorita vivito y coleando.
Yo pienso que el capitalismo se puede recuperar de la actual crisis si no hay una fuerza revolucionaria que realmente esté dispuesta a sustituirlo. Es totalmente falso estar creyendo que estamos ante el derrumbe definitivo del capitalismo.
2. La responsabilidad de los intelectuales en la formulación de la alternativa socialista
Desde ese punto de vista la responsabilidad que tenemos nosotros los venezolanos es mucho más grande, nosotros tenemos la responsabilidad de que nuestra revolución realmente formule una alternativa anticapitalista real, enmarcada en el socialismo del siglo XXI. Y, de una u otra manera, ésta viene siendo la función de los intelectuales, porque de una u otra manera —y habría que aclarar en todo caso que desde el punto de vista socialista lo que se busca es que no haya intelectuales, no haya especialistas, dado que especialización significa una puerta para la dominación, en todo caso nosotros seriamos intelectuales en transición a una sociedad donde todo el mundo tenga la misma capacidad, en la que no exista la división entre trabajo manual y trabajo intelectual, etcétera. Pero, en todo caso, una función de los intelectuales sería definir qué es el socialismo del siglo XXI como ya lo hacía el compañero Michael Lebowitz en su intervención.
Y, entre otras cosas, definir el socialismo del siglo XXI significa debatir sobre los errores del socialismo real que uno ubica principalmente en dos aspectos: en el excesivo capitalismo de Estado que se construyó en la Unión Soviética y en el excesivo peso del partido que se construyó en la Unión Soviética y a partir de la Unión Soviética en todos los demás Estados socialistas. Cosas que por lo además fueron debatidas considerablemente ya en esa época por Luxemburgo, por Pannekoek, y en épocas más recientes por el mismo Che Guevara, quien se pronunció radicalmente en contra de la manera como los soviéticos organizaban su economía.
Hay un libro muy interesante de Carlos Tablada El pensamiento económico del Che Guevara, que hay que leer obligatoriamente en el proceso revolucionario venezolano.
Pero, al mismo tiempo, yo soy de la opinión incluso que algunos debates que estaban planteados hasta por Rosa Luxemburgo antes que fuera asesinada o que estaban planteados en el Congreso de la Internacional Comunista de 1920 o en el Congreso del Partido Bolchevique de 1921, o sea, el debate entre Lenin con los consejistas holandeses y después con Alejandra Kolontai y los que defendían el papel de los sindicatos —que todos en su momento fueron purgados, expulsados por los leninista en todos esos debates de los años 20— y creo que allí están algunas de las causas por las cuales 70 años después se derrumbó la Unión Soviética.
3. No debemos cometer los mismos errores que el socialismo soviético
Pienso que nosotros no deberíamos hacer eso. No deberíamos construir un socialismo que desde el principio nazca con errores que después de no sé cuántos años lleguen a hipotecar el esfuerzo de no sé cuantas generaciones que estamos dejando la vida en esta revolución. Y digo esto porque, de hecho, de una u otra manera tenemos un proceso revolucionario donde se está dando mucho poder al capitalismo de Estado y se le está dando mucho poder, por lo menos formal al partido.
Yo comparto la opinión de muchos de los compañeros que aquí el partido existe de nombre, pero como partido no existe, no existe ninguna dirección colectiva, ni siquiera un mal remedo de lo que podía ser el partido bolchevique de 1918. Lo que existe es un parapeto electoral que hasta ahora ha demostrado ser efectivo para ganar elecciones, pero que, no necesariamente, como dijeron algunos aquí, puede seguir siendo efectivo en el futuro para seguir ganando elecciones.
Un partido en el que hay una excesiva concentración de decisiones y de poder en Presidente Chávez y donde además el presidente se ha rodeado de un equipo de seguidistas, de aduladores, en algunos casos o en muchos casos, de incapaces que ponen en entredicho o que hipotecan el eventual futuro del desarrollo revolucionario.
4. El Presidente se ha lanzado a dar una batalla sin contar con el ejército preparado para ello
Yo soy de la opinión de que el Presidente Chávez se ha lanzado a lo mejor con justicia a radicalizar la revolución en lo que va por lo menos de este año —todo lo que hemos visto y no lo vamos a repetir—, pero, al mismo tiempo, pudiéramos decir que el Presidente se ha lanzado a dar una batalla sin tener el ejército con el cual dar la batalla. Nos estamos lanzando a una confrontación frontal con el imperialismo y resulta que no tenemos las herramientas con la cual le vamos a disparar los tiros en ese combate.
Desde ese punto de vista del debate, estoy de acuerdo con lo que decía el compañero Javier Biardeau de que tiene que haber un espacio de debate (como lo han dicho otros también) de la teoría socialista que hasta ahora no existe, a lo mejor este es uno de los primeros que se comienza a constituir, bienvenido sea y ojalá tenga continuidad, porque evidentemente los requerimientos y la marcha de los acontecimientos son cada vez mayores.
Hay que tener en cuenta que como toda crisis grave del capitalismo, si hacemos una analogía con la crisis anterior pues la crisis anterior generó el nacimiento del fascismo, y que en la medida en que la crisis se agudice para el capital mundial, se hará cada vez mayor la necesidad de acabar con la revolución bolivariana, acabar con todo proceso revolucionario en América Latina y acabarlo incluso en términos genocidas: si es posible matar a todos, pues se mata a todos, en todo caso para el imperialismo sobre eso no debe cabernos la menor duda. Y mientras más crisis haya, más estaremos en la mira del enemigo y, como decían algunos compañeros, el tamaño de los combates que están planteados son realmente gigantescos para los revolucionarios venezolanos, para los revolucionarios latinoamericanos.
5. Necesidad de construir una dirección colectiva
Desde ese punto de vista, la necesidad de construir una dirección colectiva del proceso revolucionario es innegable, la necesidad de una rectificación del propio Presidente Chávez, quien debe permitir la construcción de esa dirección colectiva, que permita constituir una especie de vanguardia. Yo no veo esa posibilidad en la actual dirección del PSUV, porque en el PSUV hay personajes que ni siquiera fueron electos y, sin embargo, son vicepresidentes del partido. Fueron cooptados por el propio Presidente Chávez a pesar de que las bases del PSUV no votaron por ellos. El PSUV sería la aberración de lo que sería una dirección colectiva y democrática de un partido revolucionario.
6. Un frente de trabajadores constituido desde el estado
Otro ejemplo es el Frente de Trabajadores Socialistas que se está tratando de constituir, que su concepción es correcta tratando de unir a todas las tendencias sindicales bolivarianas, las corrientes revolucionarias que están en el sector de trabajadores bolivarianos, sin embargo se constituye sobre las decisiones del ministerio del trabajo, desde el ministerio es dónde se decide quien son los que integran el Frente Socialistas y quienes no, se nombra comisiones y decide quien va a cada comisión y quien no, además se decide cuáles comisiones se crean y cuales no. O sea que ni siquiera hay partido lo que hay es una revolución dirigida por el Estado donde a lo mejor algunas de las cosas que dijo Roland Denis no son tan descabelladas. O, esa caracterización de que se pudiera estar conformando otra cosa.
7. Subsanar indefiniciones
Yo dije desde el 2004 que el destino de la revolución se decidía en la lucha interna de la revolución más que en la confrontación con el enemigo de clase, el imperialismo y sus representantes tradicionales. El problema de las indefiniciones del proyecto revolucionario y bolivariano, las indefiniciones del propio socialismo del siglo XXI a las que aludía Vladimir Acosta, han permitido que aquí estén juntas la chicha con la limonada, que en la estructura de dirección del Estado, que en la estructura de dirección del PSUV haya un montón de gente que abiertamente y públicamente todavía afirman que ellos no creen que sea posible construir una sociedad socialista, lo dicen abiertamente incluso en el Taller con Trabajadores de Guayana. Y eso hasta fue transmitido por televisión, hubo ministros que dijeron eso, no sé si esa parte fue transmitida por televisión pero en todo caso lo dijeron.
8. Basta de reflexiones, es necesario mostrar resultados
Entonces la lucha ideológica, el debate y la rectificación son necesarios. Alguien agregaba la cuarta erre: a la revisión, rectificación, reimpulso, el pueblo comienza agregar la cuarta erre: la Respuesta. Dejen las reflexiones y respondan de una vez qué es lo que van a corregir y qué no van a corregir, porque pareciera al final un mal chiste lo de las 3 R —algo que en todo caso esta bien concebido. Nosotros en Maracaibo hemos hecho asambleas populares —tanto en el 2008 como en el 2009— de análisis, de caracterización de los distintos ministerios, instituciones del Estado: con lo que deberían corregir y que no, pero a la final eso termina en un ejercicio intelectual que no conduce a nada. Falta la cuarta erre: la respuesta. Yo espero que el presidente Chávez entienda esto, el presidente Chávez tiene que entenderlo porque él mismo se ha colocado en un papel excesivo determinante de todo. Prácticamente la revolución no puede corregir su destino si el presidente Chávez no accede corregir el rumbo de la revolución y yo me pronuncio porque lo corrija porque de una u otra manera esta revolución sin el liderazgo de Chávez entraría en el caos. Ahorita es imposible concebir el destino de la revolución bolivariana sin el liderazgo de Chávez. Es una contradicción dialéctica que hay que resolver, pero creo que es imprescindible avanzar hacia ahí.
9. Una nueva burguesía bolivariana asociada a grupos empresariales
Con respecto a lo que planteó Víctor Álvarez de que Venezuela se ha hecho más capitalista en los últimos años, creo que eso significa un escenario en el cual sectores empresariales privados que no son necesariamente los que están tratando de derrocar al gobierno, sino los sectores empresariales privados aliados a la burocracia bolivariana, se han hecho multimillonarios en este período. Habría que hacer un análisis de los grupos empresariales y de la relación con los haberes económicos de muchos dirigentes y próceres del proceso. Pareciera que hay una nueva burguesía bolivariana asociada a sectores empresariales. Por ejemplo, un hecho que conozco casi directamente es el de las empresas contratista que acaban de ser nacionalizadas, expropiadas en la Costa Oriental del Lago, donde prácticamente en todas esas empresas estaban empresarios que habían participado en el golpe, en el paro petrolero y todos estaban asociados con dirigentes del PSUV, con dirigentes de la revolución, con diputados, gobernadores bolivarianos, etc.
10. Crear espacios para profesores universitarios bolivarianos en universidades autónomas
Algunos compañeros hicieron una reflexión sobre el tema, sobre los centros de investigación, sobre las revistas científicas. Nosotros hemos sacado como 10 reflexiones sobre el papel de la universidad en Aporrea. Creo que el gobierno ha descuidado considerablemente ese elemento de la batalla cultural por lo menos en el terreno académico al permitir que las universidades autónomas que gradúan decenas de miles de profesionales en estos años y que tienen un impacto cultural: la ULA, la UCV, la Carabobo, Zulia y Oriente, y que están totalmente controladas por la derecha continúen su labor sin que el gobierno, en estos 10 años, haya hecho absolutamente nada ni siquiera para fastidiarle un poco la vida a la derecha en esas universidades.
Se pudiera haber hecho muchas cosas. Yo invitaría al Ministro a que haga algo así como esto para discutir con los profesores universitarios que estamos dando la pelea todos los días en las universidades autónomas para que nosotros podamos proponerle que cosas hacer para sabotearle las políticas a la derecha dentro de las universidades autónomas. Hay mucho que se puede hacer.
11. Intelectuales involucrados en los movimientos sociales
El ideal del intelectual, como diríamos muchos, es el del intelectual que está involucrado en los movimientos sociales, cuya capacidad de sistematización la pone al servicio de la lucha revolucionaria del pueblo. Habría que decir que el pueblo venezolano tiene intelectuales, pero habría que ver cuántos intelectuales, cuántas personas con capacidad de sistematización teórica hay en el Consejo de Ministros, en el Consejo Nacional Electoral y en el PSUV.
Es necesario avanzar en la
construcción de una vanguardia revolucionaria inexistente. Chávez
tuvo la mala suerte o este proceso bolivariano tuvo la mala suerte de
que Chávez ganará las elecciones en el 98, en un período de crisis
del movimiento revolucionario en Venezuela, en un período de crisis
de la izquierda, en un momento de agotamiento de los movimientos
sociales que lucharon en los 80 y en los 90, y que es necesario revitalizar.
Incluso en algún lugar Gramsci dice que toda revolución es antecedida
por una profunda revolución cultural o ideológica, y esta revolución
bolivariana fue antecedida por todo un aporte ideológico, teórico,
desde el punto de vista revolucionario, en la última mitad de los años
80 y en la primera mitad de los 90, algunos de los que hicieron esos
aportes están aquí. Podemos decir el programa político que empieza
enarbolar Chávez a partir del 4 de febrero ya había sido definido
por esa lucha de calle, por esa lucha social de los años 80, incluyendo
la propuesta de la Asamblea Popular Constituyente, lamentablemente ese
fue un proceso, unos movimientos de lucha social que se agotaron y que
yo pienso que hay que reconstruirlos como una de las tareas imprescindible
del momento.