"El capitalismo...es el motor de la movilidad social,
la autopista al sueño americano...
el camino más seguro hacia el crecimiento
son los mercados libres"
George
W. Bush
A estas alturas
del siglo XXI el grado de ideologización que se ha alcanzado en la
población trabajadora, o llamada clase media, de Europa es casi
absoluto.
El éxito del marketing publicitario capitalista con que se desayunan,
almuerzan y cenan la gran mayoría de los ciudadanos de los llamados
“países desarrollados” se ha fundido en uno solo con lo que muchos
creen que es su propia opinión, la fe en el libre mercado es como
una conciencia refleja para muchos. Hoy, la estafa que el capital
financiero
ha sistematizado descaradamente contra las naciones periféricas de
Europa es aceptada con alarmante sumisión por la mayoría de sus
ciudadanos.
Solo cuando se produce una agresión carnal directa, como en el caso
de Grecia, hay una cierta respuesta de indignación. Aún cuando, en
esta “crisis”, se han dado miles de millones de euros de ayuda a
los bancos, la propaganda informativa de los canales publicitarios de
televisión directamente culpa al gasto público y al estado del bienestar
de generar un déficit en las cuentas públicas y, aunque
ud. no lo crea, el éxito de esta propaganda es impresionante,
seguramente
algo impensable hace unos 30 años.
En el pasado
reciente, el libre mercado arrasó con las democracias de Suramérica
imponiendo dictadores y suprimiendo libertades políticas. Las jóvenes
repúblicas latinoamericanas con mucho de inexperiencia o corrupción
política de sus dirigentes fueron aplastadas en una estafa contra las
democracias, como lo es el fundamentalismo del libre mercado, que tuvo
éxito en las décadas de los 70, 80 y 90 hundiendo al continente en
las terribles crisis y conflictos sociales de mediados y finales de
los 90. Un país como la Argentina desarrollista de los 40 y 50 se vio
en bancarrota luego de las dictaduras imperialistas impuestas en los
70, cuyo propósito fundamental fue hundir en la sangre propia del libre
mercado al éxito económico de ese país, que se basaba en la intervención
del estado en el desarrollo industrial nacional. Ejemplos similares
valen para Venezuela, con la dictadura de Pérez Jiménez como respuesta
al gobierno nacionalista de Rómulo de Gallegos, Chile con Pinochet,
Bolivia con el presidente Páz, Brasil, entre otros casos. En aquel
tiempo era impensable aplicar ese tipo de medidas en la Europa Central
puesto que estaba blindada al fundamentalismo del libre mercado con
sindicatos obreros fuertes y partidos de izquierda combativos.
En Europa se
impuso el estado del bienestar que sirvió para emancipar de la pobreza
a los trabajadores europeos (para que consumieran más), pero al mismo
tiempo fue utilizado para ideologizar y hacer creer que todos eran
coparticipes
de la riqueza, “fruto del capitalismo”. Tomó tiempo pero ya se
ha visto que, al final, la política de estado del bienestar sumada
a una fuerte dosis de ideologización ha tenido un resultado muy exitoso.
Hoy se empiezan a aplicar, a una ideologizada clase trabajadora europea,
las mismas medidas que se aplicaron a América latina, y que permitieron
hacerla servil suplidora de riqueza, recursos naturales, petróleo,
carbón, gas, oro, cobre y otros minerales al “mundo desarrollado”.
Es alucinante ver como los fundamentalistas del libre mercado (que no
se diferencian casi en nada de los tele-predicadores norteamericanos
o los fundamentalistas islámicos) hablan despectivamente de las
ideologías
como algo propio de los “izquierdistas de los países subdesarrollados”
cuando no hay ideología más absurda y fanática como la del libre
mercado.
Economistas,
para nada comunistas, como Joseph Stiglitz (Nobel de Economía) han
declarado que esta teoría de que el libre mercado y la libre circulación
de capitales es la única forma de garantizar la repartición equitativa
de las riquezas es obsoleta y carece de fundamento científico. Ha dicho
que la teoría económica moderna ha demostrado que es necesaria una
intervención estatal y regulación para que un sistema tal pueda
funcionar.
Entonces, ¿como puede llamarse al proceso mediante el cual algo que
no es científico se publicita y esgrime como salvación para todos
cuando, en realidad, es solo para beneficio de un determinado grupo
social? Me parece que eso no tiene otro nombre que ideologización,
y éste proceso ha sido muy bien estructurado, estudiado y ejecutado
sistemáticamente, conjugando “bienestar” con telepropaganda, incentivos
al consumo, créditos, hipotecas y deuda. Así como la colonización
española de Latinoamérica utilizó a la religión católica para doblegar
a la resistencia indígena contra el genocidio de la conquista, así
los “telepredicadores analistas financieros” han evangelizado
en el credo del libre mercado a las “clases medias” y trabajadores
europeos para que vayan en contra de sus propios intereses, incluso
rebajándose el sueldo!. Esto es similar al tributo extraordinario que
tenían que pagar los siervos de la gleba al señor feudal cuando éste
tenía necesidades privadas particulares, solo que aquellos siervos
lo hacían porque los amenazaban de muerto y, hoy, la ideologización
ha logrado que los nuevos siervos tributen contentos y felices (como
quien se está ganando el cielo!).
Este mundo
está muy mal, va muy mal. Durante décadas se ha ideologizado
a una mayoría de la población en el dogma del libre mercado como
inmaculada
concepción de una democracia verdadera, con un éxito aterrador. Los
telepredicadores de la ideología dominante (entiéndase “analistas
financieros”, políticos de los partidos franquicias del libre mercado
en cada país, etc.) dicen que no existen otras formas de hacer las
cosas, de la misma manera que los monjes españoles decían a los
indígenas
que no había más que una religión que les imponían a sangre y fuego.
Hoy se les predica a los trabajadores del mundo y de Europa, a través
de los medios de propaganda, que el paganismo de los países que
no se pliegan, sin condiciones, el dogma de fe del libre mercado,
reduciendo
su gasto publico, suprimiendo el estado del bienestar y tributando todo
al capital privado, será castigado severamente por el dios capital,
que es un dios que va y viene libremente a donde le da la gana, porque
para algo es un Dios que solo conciente el progreso de los que están
a su diestra… Quien no lo acepte arderá en las llamas por sus pecados
mortales, como ya arde en las llamas Grecia!
Otro ejemplo
de ideologización se demostró en la reciente masacre ejecutada
por Israel contra activistas pro-palestina, y la U.E no hizo
absolutamente
nada. Aunque hubiesen ciudadanos europeos dentro del grupo de atacados,
no se hizo absolutamente nada…Se ha vendido a los europeos que Israel
es el enclave occidental (occidental=democracia, aunque haya señores
como Berlusconi) en medio de los “bárbaros
árabes” y que es un aliado en la filantrópica lucha por la
democracia
en esas zonas salvajes (según el dogma de fe del fundamentalismo todos
tenemos que creer que democracia=libre mercado), en las que están
rodeados
por regímenes terroristas del eje del mal como IRAN (según el dogma
de fé del fundamentalismo de libre mercado basta con la intervención
del estado a favor del bienestar social para saber que es una dictadura
terrorista). Finalmente, llama la atención que, por ejemplo en España,
cuando un juez del partido popular (franquicia oficial de la sacrosanta
iglesia del libre mercado en España) acusó sin pruebas al gobierno
venezolano de apoyar a ETA, el revuelo que esto causó en los canales
comerciales de publicidad informativa de ese país fue tremendo. Era
algo “muy grave”, y el gobierno debía tomar medidas drásticas
según decían algunos telepredicadores del libre mercado, a través
de los medios de propaganda. Sin embargo, cuando las masacras (reales)
las ejecuta un adalid del libre mercado (es decir, de la democracia
y la libertad) como Israel, seguramente es porque hay un motivo y hay
que esperar explicaciones, y nada más.
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