¿Seguiremos haciendo el papel de pendejos con Colombia?

Una errada concepción de amor por el pueblo colombiano nos está conduciendo
a hacer el papel de pendejos, ante la mafia de paramilitares y
narcotraficantes que se adueñaron de las instituciones de ese país y que
continuarán al frente de ellas, ahora con Santos en la cúspide.

La verdad es que nosotros hablamos y actuamos en función de la unidad de
nuestros pueblos, pero Uribe se limpia el rabo con ello.
Siguiendo un plan que tiene años en desarrollo, viola el territorio y la
soberanía de nuestro país; se presta para atacarnos moralmente; calumnia y
ofende a nuestro gobierno en cada ocasión que se le viene en gana y nos
lleva con falsedades ante los organismos internacionales. ¿Y qué ocurre?
¿Cuáles son las consecuencias que esas acciones le acarrean? Nada, ninguna…
absolutamente nada pasa.

A Uribe y a Santos les asignaron el papel de atacar a los gobiernos
progresistas de esta parte del continente y hacen el trabajo a la
perfección. Les dieron la tarea de sabotear la integración Latinoamericana
y a lo macho bombardearon Ecuador y agreden a diario a Nicaragua.
Lo peor es que lo hacen con impunidad, burlándose de las tímidas reacciones
de los gobiernos agredidos y del resto de países del continente.

Uribe y Santos ordenaron atacar el territorio ecuatoriano, convencidos a
plenitud de que se armaría un escándalo; se romperían las relaciones entre
los dos países; se convocaría a reuniones de emergencia en la OEA y UNASUR;
pero al final, y lo que es peor a la brevedad, todo volvería a ser como
antes: los embajadores regresarían a sus posiciones, los abrazos en las
reuniones internacionales seguirían repartiéndose y las relaciones
comerciales serían retomadas.
Nosotros ante esta cruda realidad nos preguntamos ¿Y los muertos? ¿Y la
inviolabilidad del territorio? ¿Y la dignidad de la patria?

Todo lo que ocurre pareciera indicar que nuestros gobiernos no entienden
que la actitud de Uribe y sus cómplices se corresponde con un plan
perfectamente concebido.

Colombia está destinada, por los gringos, a repetir la experiencia criminal
de Israel en el medio oriente y nadie actúa para parar definitivamente los
abusos. De la misma como el sionismo se burla de las resoluciones de la
ONU, Colombia lo hace con la OEA y UNASUR..

Lo últimos acontecimientos son verdaderamente preocupantes. El gobierno
Colombia acaba de agredirnos infamemente y ya algunos piensan en reanudar
las relaciones cuando Santos asuma el poder, como si este fuese inocente de
lo que ha ocurrido o como si tuviese alguna diferencia con Uribe… ¡Que
ingenuos!

Santos se hace el pendejo y no opina, porque ese es el papel que tiene
asignado dentro del plan. La idea siempre fue que Uribe, a pocos días de
entregar el gobierno, agrediera a Venezuela y su gobierno acusándonos de
narcoterroristas, para que pocos días más tarde la situación se arreglara
con el nuevo gobierno.

Si eso hacemos ¿Cuál es el costo para el agresor y mentiroso? ¿Cómo se
resarce la dignidad ofendida? ¿Cómo se cambia la matriz de opinión que
generaron unos medios cómplices?

Todo pareciera indicar que el resultado será el planificado por los autores
del plan: Venezuela se queda ofendida y agredida y los delincuentes que
gobiernan y gobernarán Colombia habrán logrado su propósito al precio de
haber interrumpido las relaciones diplomáticas apenas por unos días.
Dios quiera que estemos equivocados, pero mucho tememos que no es así.

arellanoa@pdvsa.com


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Alexis Arellano


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